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domingo, 9 de febrero de 2014

Preocupado por la tensión en el país, el Papa llamó a un diálogo en el Vaticano

El papa Francisco ha llamado a un diálogo en el Vaticano preocupado
por la situación del país.
Por Mariano Obarrio

En medio de la tensión política y económica que llevó al gobierno de Cristina Kirchner a denunciar una conspiración de sectores del empresariado y de la oposición para forzar un acortamiento del mandato presidencial, el papa Francisco convocó a una reunión el 19 del mes próximo en el Vaticano de empresarios, sindicalistas y funcionarios del Gobierno. El objetivo: garantizar la paz social.

Según pudo saber La Nación, Francisco presidirá el encuentro, al que ya comprometieron su asistencia el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, y su vicepresidente, Daniel Funes de Rioja, y el secretario general de la Uocra (sindicato de la construcción), Gerardo Martínez.

No se descarta que participe también el secretario general de la CGT oficialista, Antonio Caló.

"La reunión por ahora era reservada. Todavía no había intención de comunicarla", dijeron a La Nación fuentes directamente vinculadas con la iniciativa. El diálogo convocado por el Papa será "una señal de pacificación" y de promoción de "la cultura del encuentro", agregaron las fuentes, en medio de la escalada inflacionaria, la devaluación y la inminente puja salarial en las paritarias.

Esa tensión se hizo evidente el martes durante un acto en la Casa de Gobierno, cuando Cristina Kirchner atacó a empresarios y sindicalistas en su discurso por cadena nacional. De hecho, fue muy crítica con Caló, que asistía al acto. Sin embargo, al día siguiente la Presidenta lo recibió en Olivos, en reserva, y acordó que volverían a reunirse con él y su mesa chica el miércoles próximo. No se sabe si en la residencia o en la Casa Rosada.

Fuentes eclesiásticas confiaron ayer a La Nación que Francisco se preocupó por el discurso de Cristina Kirchner -lee los diarios argentinos por Internet- y le hizo llegar mensajes a la Presidenta para que se reuniera con Caló.

Algunos arriesgan que incluso hubo un contacto telefónico entre Bergoglio y Cristina, lo cual no pudo ser confirmado en fuentes de la Casa Rosada.

Sin embargo, la invitación de Francisco a Funes de Rioja, Martínez, Méndez y Tomada comenzó a gestarse hace algunas semanas.

Según pudo saber La Nación, el padre Carlos Accaputo, presidente de Pastoral Social porteña y operador político histórico de Bergoglio, llamó a Funes de Rioja y le formuló la invitación del Papa a todos los sectores involucrados.

Funes de Rioja habló con Méndez, Tomada y Martínez. El encuentro tuvo la venia de Cristina. Tanto el Papa como la mandataria necesitan bajar las tensiones sociales, aunque la mandataria no acierta el camino.

Francisco optó por darle un marco global al diálogo y no tan local. Por eso eligió a los actores argentinos vinculados con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En tanto, se estima que la Presidenta, Caló y la CGT oficialista comenzarán a conversar este miércoles sobre las próximas negociaciones paritarias salariales, los aumentos de sueldos y los precios.

La Presidenta convocó el martes último a la CGT y a toda la militancia kirchnerista a defender el modelo y supervisar los precios y presionar a supermercados, al punto que la agrupación Unidos y Organizados difundió afiches descalificatorios contra estos empresarios.

En rigor, la política kirchnerista no contribuye a pacificar.

Según confiaron en la Uocra, interpretaron la invitación del Papa como un gesto "claramente político" vinculado a las paritarias, la inflación y a la creciente puja social. Esperan que Francisco pida "profundizar el diálogo" y "la búsqueda de la unidad" en sentido amplio. Sin embargo, el Santo Padre también deslizó a sus amigos argentinos que promueve la unidad de la CGT. Además, suele mencionar su preocupación por la crispación política, los discursos beligerantes de la Presidenta, la inflación, la devaluación y las próximas paritarias. Convoca así a evitar una eventual crisis social y a trabajar por la pacificación.

Es así como a sus interlocutores políticos y sociales de la Argentina, a los que llama por teléfono, les pide promover el "diálogo" y la "cultura del encuentro". La reunión del 19 de marzo podría ser el primer gesto concreto para ese diálogo social que promueve Francisco.

De hecho, Méndez pidió públicamente al Gobierno un diálogo con todos los sectores productivos.

El Santo Padre considera que la unificación de la CGT evitaría el desborde de la puja distributiva y procura favorecer un diálogo entre las distintas fuerzas políticas.

Pero la reunión del 19 en Roma tendrá el marco de la OIT como una manera de Bergoglio de darle un tinte global. Es por ello que irán Gerardo Martínez, representante sindical argentino ante ese organismo, y Funes de Rioja, que además de ser vicepresidente de la UIA y titular de Copal (cámara de alimentos) en junio próximo asumirá como presidente de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), que es parte activa de esa organización.

Total hermetismo

En la Casa Rosada no confirmaron ni negaron la invitación. Pero otros voceros confirmaron la reunión.

Las negociaciones se mantuvieron en el hermetismo absoluto. La iniciativa papal se originó hace unas semanas, con el llamado de Acaputo a Funes de Rioja, y fue anterior al duro discurso del martes último de Cristina por cadena nacional.

Luego de ello, Caló dijo públicamente que por la inflación a muchos sectores "no les alcanza para comer" y la Presidenta lo cruzó el martes cuando dijo "Antonio no creo que los sueldos no alcancen para comer".

La mandataria sospecha que un sector del peronismo disidente y de los empresarios quieren provocar su renuncia antes de 2015 y con ello buscó darle un sacudón a Caló para que defienda al modelo.

En la Casa Rosada explicaron que Cristina avala al Banco Central, que preside Juan Carlos Fábrega, para que luego de la devaluación, subiera las tasas y forzara a los bancos a desprenderse de los dólares.

Con ello buscó bajar la presión sobre el dólar y aquietar la inflación, que amenazaba con salirse de control. Mientras apuesta a que en abril próximo ingresen alrededor de 30.000 millones de dólares de la soja y 2000 millones de las cerealeras a fin de mes.

© La Nación

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