[Ya que ni la lejía puede con la mancha roja]
Por Martín Risso Patrón |
Unicato vs. Democracia
No hay forma, todavía, de digerir la paliza
electoral recibida, parece. El asunto es que el Concejo Deliberante aún no
puede formalizar su dirección política, y es por eso nomás, vea. No cierran los
números para los que, vamos a decir, ocupan simbólicamente hoy la Casa de
Moldes.
La paliza trotska duele, y mucho; el espanto rojo moviliza
hasta al más impávido. Hasta los que quedaron pedaleando en el aire porque se
bajó la persiana del negocio de las gorras amarillas, pero quedaron “pegados a
la Democracia”, como es el caso de Ángela Di Bez [que goza de mis respetos por
su hasta ahora evidente transparencia]. ¿Qué es eso de “quedar pegados a la
Democracia, Profe? atiza la Vieja a través de la ventana abierta del
jardín. Para que deje de upitiar, [con perdón de la palabra pero qué linda,
¿no?] la llamo y le digo: Es que hay quienes, entre ellos la señora Di Bez y
otros, que son diputados, quedaron como legisladores electos por un partido que
hoy no existe, lo que no significa que lo borraron, sino que se borró
su mandamás, Doña Clota. Eso y la negación de la Política vienen a ser como
lo mismo ¿vio? Pero el asunto es que, en una coyuntura como la que aquí se
comenta, al parecer eso puede ser como papita pa’l loro como se dice en esta
comarca, en este caso, para el ejecutivo municipal. O al menos así lo puede
estar creyendo el Aparato.
La cuestión es que la mancha roja ni con lejía,
vea...Entonces lo que era siempre campo orégano, se convirtió de pronto
en un montón de áridas segundas minorías municipales, por detrás, y por
culpa de la primera minoría trotska. Entonces las calculadoras echaron
chispas para sumar y restar.
Pero es tanta la discordia, que ni con alfileres se
puede hilvanar algo que se parezca a un razonable estado de Derecho en la
corporación legislativa municipal. Di Bez quedó pedaleando en el aire no sólo
por su situación partidaria, sino también porque de pronto está en medio de la pechadera
de los peronismos que con todos sus pelajes andan con la cuchara en ristre
queriendo sopar la conducción. Hasta en eso, Isa pierde. Pero como todos,
toditos le tienen un asco visceral a la mancha roja, y ésta por la contundencia
de los 9 asume un papel nada despreciable en cuanto a la matemática se refiere, la
concejala Di Bez está en medio de la rosca-de-la-rosca [léase
"entre los peronismos"], porque ahí los mordiscos, los pechazos, los
codazos y bolsiqueos son realmente guarangos.
Así es que está expuesta a las apetencias rosqueras
del Poder [que viene perdiendo espacio, mucho espacio político], para manipular
una vez más las instituciones democráticas. Fue muy clara la edila cuando el
miércoles al mediodía dijo que, sin importarle que el PO la pusiera en su
fórmula de dirección del CD [como segunda], ella no iba a votar a favor
del partido trotskista... Con eso, abrió las puertas a las apetencias del
ejecutivo municipal en su búsqueda de continuidad del Unicato. Qué quiere que
le diga, Doña... Al cierre de esta edición no hay fumata blanca, todavía. Pero
sea cualquiera el resultado, verá que ese partido que tiene otra concepción de
la Democracia, pero que goza del número 9 de bancas que lo convierte en
árbitro, no verá a alguno de sus representantes instalado en la Dirección del
CD, y el que sea, habrá surgido de la rosca-de-la-rosca, entre los que hay, por
hoy, buenos y de los otros. Sin legitimidad de origen, como le dicen.
Que la Razón asista a Ángela Di Bez, y
a otros, como Abel Moya o Ricardo Villada, para
que no acepten tratos políticos que, siendo aparentemente
inocentes, les pueden costar una vida política futura, a la que intuyo honesta
y productiva. Les dan sus espaldas para generar un espacio superador del
amarillismo olmedista y de todos los demás. Si alguno de ellos es presidente del
CD [o constituyen una fórmula completa], que lo sea con los votos genuinos de
sus pares, no de las roscas.
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