Los economistas no se
ponen de acuerdo y el Gobierno, que antes acusaba a Bein, hoy lo celebra.
Relato y ética.
Por Alfredo Leuco |
Miguel Bein hoy asesora a Daniel Scioli, pero fue
viceministro de Economía de José Luis Machinea durante el gobierno de Fernando
de la Rúa.
La presidenta de la Nación lo citó largamente por su denuncia sobre
“ los especuladores financieros que quisieron vaciar el Banco Central y hacer
volar al gobierno por los aires”.
Machinea no está de acuerdo con su viejo
compañero de ruta al que no frecuenta hace tiempo pero sigue respetando: “ Sus
palabras dan la idea de que hubo un complot para voltear a Cristina y eso no es
cierto. Me parece mas precisa la definición de Aldo Ferrer que planteó que hubo
río revuelto y ganancia de pescadores y yo agrego que al río, lo revolvieron
las malas políticas económicas”. Sorpresas de esta Argentina impresivible e
irracional que instalaron los Kirchner. Cristina coincide con Bein, al que
Guillermo Moreno le quiso aplicar una multa por difundir los números de la
inflación que finalmente Axel Kicillof reconoció en gran parte. Y Machinea,
radical hasta los huesos, elige los conceptos de un ecomomista legendario y
respetado que apoyó con suaves críticas el modelo económico que generó
importantes avances pero cuya mayor producción fueron los errores no forzados que
desembocaron en fuertes turbulencias por las que estamos atravesando ahora.
Ni Bein ni Machinea auguran una inflación anual menor al
33%. Profesionales de la economía saben que el mayor impacto de la devaluación
progre-reaccionaria que hicieron Cristina y Axel va a impactar en las
mediciones de febrero. Arranca muy mal el año para los trabajadores y jubilados
pese a las gárgaras progresistas que dicen defender el bolsillo, la heladera y
el horno de los argentinos que menos tienen. El 11% anunciado a los jubilados
con bombos y platillos es por el semestre y la inflación de enero-febrero va a
ser superior al 7%. Los oficialistas de la CGT ya están preparando protestas
para calmar a sus bases y sólo la devolución de una parte de los 20 mil
millones que el Gobierno les debe por las obra sociales podrían calmarlos. De
todas maneras hay que destacar la prudencia de todos los sectores sociales,
gremiales y empresarios que constrasta con la agresividad y hostilidad
permanente que desatan Cristina y sus pibes para la liberación. ¿O no es
Cristina la autora intelectual de la peor foto de la semana con Quebracho y sus
capuchas y palos rodeando una estación de servicio de Shell? ¿Cree Cristina que
esa imagen la favorece? ¿Piensa que esos muchachos aptos para todo servicio
violento van a poder ser disciplinados una vez que se hayan lanzado al ataque?
El último invento del relato victimizante de Cristina es
colocarse en el mismo lugar de Raúl Alfonsín. Eticamente están en las
antípodas: la austeridad republicana intachable del lado de Chascomús y el
enriquecimiento veloz a expensas del Estado, del lado de Calafate. Pero la
comparación de los contextos políticos de cada época también es forzada y
caprichosa. No obstante la presidenta ya lo repitió en dos ocasiones por lo menos.
Algunos para-periodistas fogoneraron la idea. Victor Hugo Morales en
complicidad con Lepoldo Moreau, lo dan como verdad revelada y algún escriba de
triple empleo estatal se atrevió a citar al riguroso libro de Luis Majul, que
explica porque cayó Alfonsín. ¿Se habrá lavado las manos después de mancharse
con un autor al que ubican entre los conspiradores? Se sabe, el fin justifica
los medios.
Alfonsín fue el padre de la refundación democrática que fue
la segunda en la región después de la era de las dictaduras del terrorismo de
Estado. El genocida Reynaldo Bignone le entregó el bastón de mando con 600% de
inflación, una deuda externa terrible y los precios internacionales mas bajos y
las tasas de interés mas altas desde la posguerra.
Néstor y Cristina dilapidaron un viento de cola fenomenal
con los precios de la soja por las nubes y el crédito por el suelo aunque
hicieron ( ¿O fueron Lavagna-Nielsen?) una muy buena reestructuración de la
deuda. Todos nuestros vecinos, aún los mas radicalizados ideológicamente como
la Bolivia de Evo Morales, aprovecharon para crecer muy fuerte con baja
inflación. Todos menos la Venezuela chavista con la que compartimos el podio de
las dos inflaciones mas altas del mundo.
Jesús Rodríguez, el ex ministro de Economía de Alfonsín
escribió que “ el poder de compra de los productos de exportación -medido en
términos de importaciones- es el más alto de la historia y casi el doble del
vigente a mediados de la década del 80.”
El gobierno de Cristina viene batiendo varios de los peores
récords, ademas del inflacionario, por su propia mala praxis. La asfixia
impositiva también es la más alta de todos los tiempos y aún así, no pudo
evitar que durante 2013 parieran un preocupante déficit financiero cercano al
5% del PBI.
Los aportes que hicieron ambos ex ministros radicales
muestran las diferencias políticas entre Alfonsín y Cristina. Ella cuenta con
mayorías parlamentarias cuasi verticalistas que aprobaron leyes inquietantes
como la expropiación de Ciccone al solo efecto de “esconder” las huellas
digitales de Amado Boudou y dos blanqueos celebrados con champagne por los
carteles de la droga y padecidos por los ciudadanos honestos de a pie.
La Presidenta, en su obsesión por el aislamiento se recuesta
casi exclusivamente en la agrupación fundada por su hijo y descuida la relación
con intendentes y gobernadores justicialistas que la apoyaron y ahora miran con
simpatía a Scioli o a Massa y empiezan a dar los primeros saltos.
Cristina los abandonó a su suerte y ahora las cuentas en
rojo se explican por el unitarismo extorsivo fiscal al que fueron sometidos.
Obras a cambio de disciplina y silencio.
Y por último, la diferencia de mayor magnitud.
Alfonsín debió enfrentar sublevaciones militares golpistas
con verdaderos fusiles y tanques en la calle y con el poder de la dictadura
casi intacto. Las balas picaban cerca y sin embargo, los responsables de la
tiranía del horror y las desapariciones, fueron juzgados. Hoy ocurre todo lo
contrario, salvo algún delirante con cero representatividad, toda la dirigencia
política y sindical está para sostener el sistema democrático y ayudar a la
Presidenta (si es que se deja) a finalizar su mandato en paz. En algunos
aspectos, Cristina debería hacer borrón y cuenta nueva.
Construir puentes en lugar de trincheras, convocar a
expertos y no a voluntariosos en economía y reconstruir la ley de leyes, ese
presupuesto que quedó reducido a cenizas con un dólar a 6,33 y un IPC de 10,8
para todo el 2014. ¿Hay algo mas falso que eso?
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