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miércoles, 29 de enero de 2014

El increíble ataque de los calditos Knorr contra la Argentina

El jefe de gabinete pudo haber superado a Orson Wells. Lo nuevo es el “ataque especulativo” del mundo. 

Por Ricardo Montacuto
@montacuto
La culpa es de los “ataques especulativos”.

La culpa es de los medios.

La culpa es de los bancos… ¿Te suena?

La culpa es de los que nos quieren robar el gas y el petróleo, que durante buena parte del kirchnerismo prácticamente hemos regalado.

La culpa es de los supermercados y de Ismael Bermúdez. Y de los periodistas que hablan del dólar blue.

Esta mañana, el jefe de gabinete Jorge Capitanich sorprendió a los argentinos con una nueva explicación sobre la inflación, la devaluación, la presión sobre los precios, la crisis energética, el monstruoso déficit fiscal, y varios etcéteras. Y parece ser que hay una gigantesca operación mundial, de carácter universal, contra la Argentina.

El funcionario reclamó esta mañana que "los argentinos" no seamos "ingenuos" frente a los "ataques especulativos" contra el país, que pretenden "deteriorar la credibilidad y confianza" y "comprar activos financieros".

Impresionante: "No seamos ingenuos. Los argentinos vimos estas películas repetidamente a través de la historia. Quien mejor puede defender su integridad moral, su bolsillo, su presente y su futuro es un Gobierno que defiende los intereses de su pueblo", dijo en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.

En apariencia, esta conspiración internacional en la que confluyen “los sectores concentrados” (¿Serán los calditos Knorr?) tendría un plan mafioso para "deteriorar la credibilidad y confianza en los gobiernos" y establecer "recetas clásicas y ortodoxas del neoliberalismo". Claro, la devaluación y el ajuste son recetas revolucionarias para la liberación de los pueblos, Cristina.

¿Cómo no nos dimos cuenta antes?

Hay más Capitanich: "Los países emergentes sufren ataques especulativos y le echan la culpa al gobierno de turno. Lo que quiero transmitir es que el modus operandi se da en toda su dimensión, impulsado por grupos económicos y muchas veces mediáticos. Tenemos que defender lo nuestro", animó el jefe de gabinete.

Ayer fue la presidenta quien en su ráfaga tuitera apuntó contra los bancos y las "las presiones especulativas sobre los tipos de cambio". Esto sería algo así como una “sopa” que alguien, no sabemos quién, nos quiere hacer tomar de aperitivo de algo infinitamente peor.

Qué suerte saber que la culpa de todo lo que ocurre es de una conspiración internacional contra la Argentina, apoyada desde adentro por traidores que se dedican, tal parece, a la importación y exportación de productos.

Entonces el problema no es que no sepan qué hacer con la inflación, o que el equipo económico esté desorientado y sea inexperto. Y que además se note tanto. El asunto no es que en una semana hayan cambiado de opinión y de tácticas varias veces respecto de un mismo tema, la devaluación en el país de los que tenían que esperar a otro gobierno para devaluar.

El problema es la conspiración internacional.

Menos mal. A ver si todavía, teníamos la culpa los argentinos, o el gobierno, o Cristina…

¿A quién se le ocurre?

© MDZ

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