El jefe de gabinete
pudo haber superado a Orson Wells. Lo nuevo es el “ataque especulativo” del
mundo.
Por Ricardo Montacuto @montacuto |
La culpa es de los “ataques especulativos”.
La culpa es de los medios.
La culpa es de los bancos…
¿Te suena?
La culpa es de los que nos
quieren robar el gas y el petróleo, que durante buena parte del
kirchnerismo prácticamente hemos regalado.
La culpa es de los supermercados y de Ismael Bermúdez. Y de
los periodistas que hablan del dólar
blue.
Esta mañana, el jefe de gabinete Jorge Capitanich sorprendió
a los argentinos con una nueva explicación sobre la inflación, la devaluación,
la presión sobre los precios, la crisis energética, el monstruoso déficit
fiscal, y varios etcéteras. Y parece ser que hay una gigantesca operación mundial, de carácter universal, contra la
Argentina.
El funcionario reclamó esta mañana que "los
argentinos" no seamos "ingenuos" frente a los "ataques
especulativos" contra el país, que pretenden "deteriorar la
credibilidad y confianza" y "comprar activos financieros".
Impresionante: "No seamos ingenuos. Los argentinos
vimos estas películas repetidamente a través de la historia. Quien mejor puede
defender su integridad moral, su bolsillo, su presente y su futuro es un
Gobierno que defiende los intereses de su pueblo", dijo en su habitual
conferencia de prensa en la Casa Rosada.
En apariencia, esta conspiración internacional en la que
confluyen “los sectores concentrados” (¿Serán
los calditos Knorr?) tendría un plan mafioso para "deteriorar la
credibilidad y confianza en los gobiernos" y establecer "recetas
clásicas y ortodoxas del neoliberalismo". Claro, la devaluación y el
ajuste son recetas revolucionarias
para la liberación de los pueblos, Cristina.
¿Cómo no nos dimos cuenta antes?
Hay más Capitanich: "Los países emergentes sufren
ataques especulativos y le echan la culpa al gobierno de turno. Lo que quiero
transmitir es que el modus operandi se da en toda su dimensión, impulsado por
grupos económicos y muchas veces mediáticos. Tenemos que defender lo
nuestro", animó el jefe de gabinete.
Ayer fue la presidenta quien en su ráfaga tuitera apuntó
contra los bancos y las "las presiones especulativas sobre los tipos de
cambio". Esto sería algo así como una “sopa”
que alguien, no sabemos quién, nos quiere hacer tomar de aperitivo de algo
infinitamente peor.
Qué suerte saber que la culpa de todo lo que ocurre es de
una conspiración internacional contra la
Argentina, apoyada desde adentro por traidores que se dedican, tal parece,
a la importación y exportación de productos.
Entonces el problema no es que no sepan qué hacer con la
inflación, o que el equipo económico esté desorientado y sea inexperto. Y que
además se note tanto. El asunto no es
que en una semana hayan cambiado de opinión y de tácticas varias veces respecto
de un mismo tema, la devaluación en el país de los que tenían que esperar a
otro gobierno para devaluar.
El problema es la conspiración
internacional.
Menos mal. A ver si todavía, teníamos la culpa los
argentinos, o el gobierno, o Cristina…
¿A quién se le
ocurre?
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