Grossman (izq.) y Vargas Llosa en un valioso rescate de la literatura. |
Arte - “Quienes piensan que la educación debe
centrarse fundamentalmente en lo científico y en lo técnico están trabajando
porque se vuelva realidad esa pesadilla orwelliana de una sociedad modernísima,
de autómatas, sin espíritu crítico y subordinados a una realidad totalitaria”,
dijo el escritor Mario Vargas Llosa, en la Feria del Libro
de Guadalajara. David Grossman afirmó que un mismo libro cada lector lo lee “de
un modo diferente”, lo que le amplía su libertad.
Los escritores Mario Vargas Llosa y David Grossman
coincidieron en que la literatura es “una de las mejores cosas que le ha pasado
a la humanidad”, por la capacidad que tiene de liberar al ser humano y
permitirle vivir otras vidas distintas a la propia.
“Si queremos que el mundo siga cambiando, que la humanidad
siga derrotando a todos los grandes demonios que hacen la vida difícil o
insoportable para mucha gente, necesitamos literatura, esa fantasía que nos
saca de la realidad tal como es y nos acerca a la realidad tal como quisiéramos
que fuera”, dijo el peruano Vargas Llosa.
El Nobel de Literatura de 2010 inauguró este domingo junto
al israelí Grossman el Salón Literario “Carlos Fuentes” de la XXVII edición de
la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), ante cientos de lectores
y escritores reunidos en el auditorio “Juan Rulfo” de la Expo de esa ciudad del
oeste de México.
Provocador, el escritor peruano dijo que era “una terrible
insensatez pensar que las humanidades son una mera distracción, un
entretenimiento”, cuando en realidad “despiertan en nosotros muchas cosas”.
“Quienes piensan que la educación debe centrarse
fundamentalmente en lo científico y en lo técnico (…) creo que están trabajando
por que se vuelva realidad esa pesadilla orwelliana de una sociedad
modernísima, de autómatas, sin espíritu crítico y totalmente subordinados y
conformistas a una realidad totalitaria”, apuntó.
A su lado Grossman, integrante de la delegación que ha
acudido a la FIL 2013 con Israel como invitado de honor, señaló el enorme poder
de los libros con el ejemplo de que “una ‘Anna Frank’ es suficiente para
devastarte” y hacer entender a un lector la dimensión del Holocausto.
Vivimos en sociedades donde “no nos damos cuenta de cuánta
manipulación del lenguaje hay alrededor de nosotros”, añadió Grossman, y señaló
como una virtud la capacidad de los escritores de sospechar de las palabras.
Explicó que los escritores tienen el privilegio de poder al
crear tratar “con los materiales más relevantes” del ser humano para uno mismo
y para su cultura en un mundo que “nos inunda de irrelevancias”.
Crítico con los medios de comunicación, “que son los que
transforman a los seres humanos en una masa por el modo en que nos manipulan”
en un “intento forzado de hacernos sentir que todos somos iguales”, recordó que
un mismo libro cada lector lo lee “de un modo diferente”, lo que le enriquece y
amplía su libertad.
Al término del acto, los dos escritores, ovacionados en
varios momentos de sus intervenciones, moderadas por el periodista español Juan
Cruz, recibieron una medalla cada uno de la viuda del escritor mexicano Carlos
Fuentes, Silvia Lemus, presente en el acto, uno de los más importantes del
programa literario de este año.
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