Por Eduardo Antonelli |
La serie de televisión que inspiró la saga de las películas
Misión Imposible, comenzaba con "el actor" que entraba en una cabina
telefónica donde escuchaba una cinta grabada que le daba las instrucciones
"imposibles", luego de lo cual la grabación concluía: "esta
grabación se autodestruirá en cinco segundos…". El Presupuesto provincial
está un paso delante de la serie, porque la Ley de Presupuesto se autodestruye ipso facto, expresión latina que quiere
decir: por el mismo acto, lo que es
mucho más rápido que cinco segundos o menos, porque la mutilación de la Ley de
Presupuesto opera por el mismo acto de
aprobarla, ya que, como hecho insólito -pero no por eso menos apoyado
mayoritariamente desde hace interminables años por la Legislatura- en el mismo
acto por el cual la Ley es aprobada, deja de tener efecto…
Estas situaciones, que en las economías normales llamarían la atención, en la Provincia Bananera de Salta -que curiosamente dejó de serlo, ya que ahora importamos y consumimos bananas del Ecuador: ¡volvé Guillermo, te echamos de menos; queremos nuestras bananas!...- sí ocurren -lo mismo que en la Argentina toda que al igual que ahora Salta, no cultiva bananas pero es igual un país bananero- y ocurre porque la Ley de Presupuesto dice que se puede violar la Ley, lo cual es aprobado calurosamente por la bancada oficialista, que disfruta dándole al Ejecutivo un instrumento por el cual la Legislatura deja de ser necesaria hasta la nueva aprobación del Presupuesto del año siguiente, que será igualmente violentado por la propia Ley…
Por supuesto, todo esto ocurre porque la Legislatura
solamente le concede al Ejecutivo dos alternativas: transferir partidas y
agregar partidas presupuestarias para que las gaste donde mejor le parezca siempre y cuando no se altere el resultado
del Presupuesto ¡Faltaría sólo eso!...
Además de aceptar este mamarracho jurídico-institucional, la
Legislatura Provincial acepta que la contabilidad
creativa que propone el Ejecutivo -que ni siquiera tiene mérito propio,
porque copia pautas seguidas también en la Nación- escamotee partidas y las
ubique donde mejor le parezca al Ejecutivo, de modo tal que en lugar de mostrar
un déficit, el Presupuesto muestra un superávit, al menos entre los ingresos y
gastos corrientes, porque el rubro de la Amortización de la Deuda, según la
inventiva de Martínez de Hoz de 1980 que nunca fue puesta en discusión, no
forma parte del Presupuesto, que es lo mismo que sostener que el pago de la
tarjeta de crédito no forma parte del presupuesto hogareño: "Querida; este
mes nos vamos de vacaciones porque tenemos superávit creativo, ya que eliminé
del presupuesto el pago de la master…". "está bien querido"
-responde ella- "vos quedate pagando la cuenta que yo me voy de viaje
creativo con los chicos con ese superávit…". Lo más insólito de esto es
que, como consecuencia de este escamoteo de cifras, siempre el resultado
presupuestario es cero… con lo que hay que ponerse en el lugar de algún futuro
-e imposible desde luego- Gobernador que tenga sus cuentas en orden: luego de todos
sus esfuerzos, cuando quiera mostrar un superávit, los contables creativos lo
frustrarán mostrando un resultado cero… Y a propósito: ¿para qué se incluye esta última
línea de resultado cero en el Presupuesto si el único resultado posible,
conforme los creativos, es cero?...
Cuando se analizan las cifras, se tiene lo siguiente,
comparando el presupuesto que no fue de 2013, con el que no va a ser, de 2014
(las partidas no son exactamente las mismas que las que presenta el Ejecutivo).
Adviértase que la obra y equipamiento público representan
porcentajes muy reducidos, como viene ocurriendo desde hace tiempo. Nótese
también que el resultado presupuestario no es cero, sino negativo, tanto en 2013
como en 2014.
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