domingo, 3 de noviembre de 2013

Urtubey, Isa y los anhelos triturados

Miguel Isa, Evita Isa y Juan Manuel Urtubey: los triunfos
que ya no son.

Por José Montenegro

A Juan Manuel Urtubey, su torpeza política le trituró sus anhelos presidenciales. En política, se sabe, nada es definitivo, pero sí se vuelve cada vez más costoso. Quizás esos sueños destrozados del “Joven Maravilla” puedan recomponerse pero, si ahora, con muchas más posibilidades conmovió el tablero político de su provincia hilvanando todas las torpezas habidas y por haber, es difícil imaginar que en dos años pueda cambiar sus deshilachadas vestimentas de poder.

Aunque el inefable jefe de campaña elegido por el mandamás, el actual diputado nacional Pablo Kosiner, otrora gran espadachín de Juan Carlos Romero, diga que estas últimas elecciones no signifiquen bajo ningún punto de vista, plebiscitar el Gobierno de Urtubey, habría que preguntarle, entonces, qué significaba aquel estúpido slogan de la campaña del hermano Rodolfo (conocido como el “Tolo”) que exhibían orgullosos los sonrientes afiches: “…la misma sangre”. ¿No era, acaso, una alusión al Gobernante Hermano? Y la campaña televisiva en sí, donde el propio Juan Manuel salió al lado de su hermano “Tolo” para tratar de dar vuelta un resultado que, por muy poco, casi le cuesta un desastre como el de Waterloo para Bonaparte, ¿no era mostrar al Gobernador plebiscitando su gestión, lo que ahora niega Kosiner?

Es entendible lo del diputado jefe de campaña: no es sencillo explicarle a nadie la notable pérdida de votos del Frente para la Victoria y el acercamiento, también notable, del archienemigo Romero, considerado por Urtubey como “un florero” del justicialismo salteño. Sólo 4 puntos, de los 10 que había obtenido en las PASO, separaron al Hermano Tolo del reelecto senador. El Frente de la Victoria, de la mano de los Urtubey, perdió en la contienda, más de 40 puntos en sólo dos años.

Lo de las torpezas, viene a colación, justamente, porque la mala campaña, el juego innecesario de su imagen, la contienda casi personal Urtubey-Romero y viceversa y el arrastre sacrificado de la joven Evita Isa, derrumbaron en la capital salteña, el distrito definitorio en cualquier elección, esos anhelos de los que se hablaba al principio y el aplastamiento de las aspiraciones del intendente Miguel Isa, padre de la joven diputada. El cuarto lugar que obtuvo Evita se lo puede facturar, sin temor a equivocaciones, al Gobernador y a su padre, quienes dejaron la capital en manos del conservador Guillermo Durand Cornejo y del trotskista Pablo López, en una mezcla tan extraordinaria que sólo las generales provinciales dilucidarán (sólo en parte) hacia el futuro.

En política, dicen, los errores se pagan aunque por momentos puedan surgir algunos bálsamos (piénsese en la derrota del kirchnerismo en los mayores distritos del país y el triunfo judicial del oficialismo por la Ley de Medios) y Urtubey ya ha sumado demasiados como para no comenzar a pensar qué va a hacer en los dos años que le quedan. Isa, por lo pronto, deberá sumarse a las reflexiones.

Jorge Milton Capitanich, el “Coki” chaqueño, ha revalidado sus laureles frente a un creciente radicalismo y se ubica en la “pole-position” junto a Sergio Urribarri, para heredar a la presidente Cristina Kirchner en 2015. Este “anhelo” (o “sueño del Pibe”) que tenía Urtubey en el mismo sentido que los dos nombrados, parecen necesitar mayor maduración, tanto en experiencia como en responsabilidad.

A ello, se sumará en siempre vigente Daniel Scioli que parte de un notable piso en la provincia de Buenos Aires: más de 1 millón de votos que cualquier candidato anhelaría para comenzar una campaña. Es decir, en el kircherismo, Urtubey no parece tener espacio para su aventura presidencial. Por el lado del “otro peronismo”, tiene el freno puesto con el triunfante Sergio Massa y, por si faltara algo, con el siempre presidenciable Mauricio Macri.

Entonces, parece que los espacios del “Joven Maravilla” deberán volver a la comarca que lo vio nacer y gobernar. Si no hay mayores problemas, podrá intentar una nueva reelección. Pero frustrará a Miguel Isa que, a estas alturas, no parece en condiciones de afrontar una nueva gestión al frente del municipio en el que cumplirá 12 años en 2015. El desastre electoral de las elecciones legislativas nacionales, una gestión cuestionada por la mayoría de los sectores y el desgaste lógico de tantos años al frente del Ejecutivo municipal, no son un andamio firme para seguir construyendo este edificio de poder.

Si Urtubey va por su reelección, Isa deberá pensar en otra alternativa. Él mismo había descartado el Senado porque no estaba “tan viejo” para ello. Pero el tema es que, tanto él como el Gobernador, se arriesgan a nuevas y frustrantes derrotas capitalinas si no cambian sus modos de gestión y si no exhiben mayores logros tanto políticos como sociales y administrativos. El “impuestazo” municipal sigue siendo un verdadero lastre para ambos.

Pero además, ni Urtubey ni Isa pueden mostrar, por lo menos en los dos años que llevan de sus nuevas gestiones, logros que convenzan a los ciudadanos que están frente a exitosos gobiernos. Incluso, admitiendo que lo hayan sido antes, es difícil que el ciudadano común los haya grabado en su subconsciente.

De todos modos, un mérito importante le queda a Isa que lo diferencia de Urtubey, aun cuando ambos apelaron a una especie de nepotismo demasiado irritante para la gente: el intendente no llegó a semejante grado de agresión como el que tuvo Urtubey con su exjefe político, Juan Carlos Romero (y viceversa). Incluso, Isa no tuvo el manejo de medios amparados por la publicidad oficial para apalear adversarios, como sí los tuvo el Gobernador que los usó casi con descaro.

A Urtubey, además, le achacan supuestas protecciones (políticas, se entiende) al impresentable exintendente de Salvador Mazza, Carlos Villalba, embretado en una causa por trata de personas y candidato del oficialismo en las últimas elecciones provinciales; el notable crecimiento de la inseguridad (muertes violentas casi diarias en toda la provincia); malos servicios en agua y electricidad; sueldos empobrecidos; cuestionada política (si es hay alguna) en Educación y en Salud, es decir, un rosario que sería interminable y que ensombrecen cualquier acierto de gestión que pueda existir en algún rincón olvidado de la memoria ciudadana.

Ahora, se vienen las legislativas generales provinciales del 10 de noviembre. Salvo una hecatombe, es probable que el oficialismo no alcance los números deseados en varios municipios y departamentos. Hasta es posible que en varios de ellos, caiga irremediablemente derrotado, como podría suceder en la capital salteña. Como se dijo, en política nunca está dicha la última palabra pero, ¿cómo hacer para dar vuelta un panorama electoral como el del domingo pasado si subsisten, aún, los motivos que llevaron a la derrota del oficialismo?

A ello habría que sumar la presencia, en las boletas principales, de candidatos que suelen ser más que resistidos por la sociedad, tanto en Diputados como en Concejales. Si, a pesar de ello, el oficialismo logra una performance mejor que la imaginada hasta aquí, se podrá pensar en que el 2015 puede ser un poco más halagüeño para el urtubeycismo. Solo un poco…aunque difícil.

© Agensur.info

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