lunes, 21 de octubre de 2013

¿Todo está como era entonces…?

Algunos de los candidatos para los
comicios nacionales del 27/10.
Los protagonistas de una importante disputa en Salta.

Por Javier Luifa

El próximo domingo se cumplirá la tercera de cuatro agotadoras elecciones en las que fue sumergida la sociedad salteña por la irresponsabilidad del gobernador de Salta y, en términos generales, por una falta de reacomodamiento real de las llamadas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), tanto en el orden provincial como en el nacional, que permiten una retahíla de candidatos que, en el caso de Salta, han terminado hartando a los ciudadanos.

Pero estas legislativas generales nacionales presentan, en casi todo el país, alternativas interesantes por la posibilidad de despedir definitivamente la desmesurada intención de una reforma constitucional para habilitar una nueva gestión de Cristina Kirchner. Concluida esta fase, los comicios del domingo 27 servirán para dilucidar el destino del país a partir de 2015.

En Salta, también se definirá la supremacía de los “peronismos” existentes: urtubeycismo o romerismo, ambos con sus cargas de atropellos, disputas, desencuentros, corrupción e interminables internas en las que suelen meter de lleno a los agotados habitantes. “Gana Urtubey”, dicen algunos, en referencia no tanto al verdadero candidato, Rodolfo, sino al impulsor, ideólogo y sostenedor, Juan Manuel.  Otros afirman: “Gana Romero”, pero dejan abierta la posibilidad de una derrota que termine con la carrera política del hombre que gobernó la provincia durante una docena de años.

Es que la diferencia en primarias, es importante a favor del hermano Rodolfo: poco más de 8 puntos que colocaría, además, a la inestable política Cristina Fiore. Juan  Carlos Romero conservaría su banca pero dejaría atrás a Sonia Escudero.

Pero hay nuevos elementos a tener en cuenta para estas generales. Quienes aseguran que Romero puede ganar suman votos independientes, un porcentaje de los que deja el “líbero” Bernardo Biella, que irresponsablemente bajó todo la lista, dejando a sus votantes (casi un 8 por ciento), sin saber qué cornos votar el domingo. Ese porcentaje de Biella, justamente, se aproxima a la diferencia que Urtubey le sacó a Romero en las primarias aunque también es un porcentaje que se van a disputar, entre otros, los olmedistas y el Partido Obrero.

En el caso de la lista de Alfredo Olmedo, no hay indicadores de que vaya a haber una sumatoria de votos hacia su territorio, aunque él asegura que se ubicará en el segundo lugar, desplazando al romerismo.

En la categoría de Senadores, entonces, la lucha parece remitirse en forma casi excluyente a estas tres fracciones.

"Históricas" elecciones

En Diputados, la cuestión aparece más interesante y, posiblemente, más discutida. La llamada “histórica” elección del Partido Obrero en la capital salteña, donde el candidato del PO, Pablo López, se ubicó en el segundo lugar a 9 puntos del conservador romerista Guillermo Durand Cornejo, ha hecho saltar exultantes a los muchachos de Trotsky que ya sueñan con un Pablo López con todas las posibilidades de entrar al Congreso Nacional.

Esa “histórica” elección del PO, sin embargo, tiene otras aristas que algunos no vieron o no quisieron exponer. Si bien en política nada de lo que muestra hoy necesariamente será lo mismo que ha de mostrarse mañana, o más aún, en apenas algunas horas, los obreristas tienen en contra el hecho de que en las primarias la diferencia en toda la provincia entre Durand Cornejo y Pablo López es de más de 8 puntos para nada fáciles de desgranar a favor.

A esto habría que sumarle la disputa entre Evita Isa y Jasbel Singh, a poco más de un punto entre ambas y, a su vez, a menos de 3 de Durand Cornejo. Es decir, el Partido Obrero debe conseguir por lo menos sumar más de 5 puntos para desplazar a Singh, que está tercera, y esperar que las diferencias entre el primero y el segundo sean proporcionales a los que les siguen para que el reparto de bancas por el sistema D’Hont sea de un escaño para cada uno de los tres primeros.

Por el contrario, si el primero y el segundo se mantienen  cercanos pero amplían la diferencia con el tercero, hay una gran posibilidad de que quien gane la compulsa electoral se quede con dos de las tres bancas.

Pero, reiterando que, en política, nada es imposible, la lucha, hoy por hoy, será ardua para el PO. Para colmo, las últimas declaraciones de la candidata a senadora, Cristina Foffani, no parecen ayudar mucho a la campaña obrerista, al manifestarse a favor del aborto libre y considerar al feto como una “deformación”, amén del desconocimiento de las normativas que rigen en la Argentina al respecto. Por supuesto, como siempre hacen los políticos, la responsabilidad de esas declaraciones sería del periodismo que “tergiversó las mismas”. Sin embargo, el audio de sus palabras la desmiente.

En la capital salteña, la lectura seguirá siendo otra y aunque el PO insista en que sus votos significan un apoyo directo a esta fracción política y no son producto de la bronca ciudadana, no es suficiente para considerar, con el exceso de dirigentes nacionales del Partido Obrero, a esta ciudad como una “Salta Trotska”, porque la performance obrerista, con ser más que importante, en última instancia se exhibió al lado del excelente papel de Durand Cornejo. Con la lógica del PO, Salta debería ser llamada, más bien, “Trotsko-Conservadora”.

Además, no habrá que olvidar el papelón electoral de Evita Isa en la capital, donde se ubicó en cuarto lugar a 12 puntos de Durand Cornejo y a 3 de Pablo López. La primera, y para nada descartable, razón esgrimida por la mayoría de los analistas a esta “paliza”, es el infame “impuestazo” de Miguel Isa, padre de la candidata del oficialismo en la capital salteña, lo que además, repercutiría en las generales provinciales del 10 de noviembre. Es decir, al menos en la capital, al intendente le hicieron morder “el polvo de la derrota” a través del sacrificio de la joven Evita.

De todos modos, y como final de esta historia, nada está dicho. Para el romerismo, es posible alcanzar y aún ganarle al oficialismo. Para el PO, las barreras pueden ser derribadas para lograr un escaño en el Congreso. Olmedo confía en su arremetida final aunque, para muchos, ya llegó a su techo. En Diputados, la pelea es de algunos puntos entre los primeros y el acecho del PO.

Después de las primarias, en verdad, nadie sabe aún, si “todo está como era entonces…”

© Agensur.info

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