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Los gendarmes amontonados en los pasillos. (Foto: Raúl Maza) |
La improvisada medida del Gobierno nacional de enviar a
4.500 gendarmes al Conurbano bonaerense para redoblar la seguridad hasta las
elecciones, derivó en las pésimas condiciones en las que viven los efectivos
del Operativo Centinela, de acuerdo a lo que denunciaron en las últimas horas
familiares y ex integrantes de la fuerza.
La foto que acompaña esta nota es concluyente. Decenas de
efectivos durmiendo hacinados en un pasillo, prácticamente apilados. La escena
se repite en todas las localidades donde fueron enviadas los gendarmes, que no
tienen la posibilidad de alquilar viviendas debido a que los propietarios les
exigen el pago adelantado de 3 meses y sólo estarán 45 días.
Raúl Maza, que ganó notoriedad en las protestas del año
pasado y luego fue despedido de la fuerza, denunció que “la inoperancia y la
improvisación” del Gobierno “genera múltiples problemas”. El ex gendarme indicó
que los efectivos “tienen que higienizarse, alimentarse y descansar en los
vehículos”, al tiempo que no se les respeta el tiempo de descanso. Además de
los autos, muchos duermen amontonados en pasillos o clubes.
Mediante un comunicado que difundió en una red social, Maza
también encendió el alerta sobre la situación de indefensión de los efectivos.
“Nuestros camaradas carecen de chalecos antibalas acordes”, aseguró y agregó:
“Los gendarmes son enviados a lugares donde no conocen el terreno, no cuentan
con inteligencia básica para realizar con éxito su misión, no existe
coordinación con otras fuerzas policiales o federales en la zona”.
Un miembro de la fuerza le contó a LPO que los efectivos también sufrieron problemas durante los
traslados que se realizaron en el inicio de esta semana. “Parecían vacas en los
colectivos”, comentó.
Algo similar sucedió el sábado, antes del acto que
encabezaron Daniel Scioli y Sergio Berni en la Escuela “Martín de Güemes”.
Luego de ser movilizados de urgencia, los gendarmes “estuvieron todo el día
parados esperando. Ni siquiera agua les dieron”, señaló la fuente. La versión
coincide con lo denunciado por el ex ministro de Defensa Horacio Jaunarena, que
aseguró que los efectivos fueron “sin desayunar ni almorzar”.
La improvisación y la intención meramente electoral de la
medida también quedan de manifiesto en las zonas donde son enviados los
gendarmes. En muchos casos, son ubicados en plazas y calles céntricas de las
localidades del Conurbano. En otros, los efectivos son reducidos a tareas de
control vehicular. Todo esto con el sólo objetivo de que los sectores sociales
más reacios al kirchnerismo los vean en acción. Una insólita manera de intentar
torcer la voluntad electoral.
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