Por Gabriel Profiti |
Una semana después del duro golpe que significaron las
Primarias, el Gobierno estacionó en boxes su ingeniería electoral para hacer
ajustes que le permitan recuperar terreno perdido en lo que resta de la carrera
al 27 de octubre.
La nueva etapa comenzará después del feriado por el aniversario
de la muerte de San Martín.
Tendrá anuncios económicos dirigidos a responder
demandas insatisfechas, principalmente de la clase media, contención política a
intendentes, y nuevos actores.
Eso no garantiza el éxito. El triunfo de Sergio Massa en la
estratégica provincia de Buenos Aires parece difícil de revertir, pero la
apuesta es que no amplíe esa brecha.
El revés electoral profundizó diferencias entre las
distintas vertientes del kirchnerismo, promovió pases de facturas y precipitó
esa natural vocación del peronismo por discutir poder.
El domingo 11 el PJ entró en estado de deliberación y Massa
busca sacar provecho de esa nueva coyuntura. Para eso se rodeó de viejos
conocedores de la botonera electoral como Juan José Álvarez, Graciela Camaño y
Damaso Larraburu, entre otros.
El plan de Massa es alimentar una diáspora sigilosa,
mientras se prepara para fortalecer su presencia en aquellos distritos en los
que no le fue tan bien como Bahía Blanca.
Scioli en su pulseada
La Presidenta aceptó y valoró el protagonismo de Daniel
Scioli dentro de la campaña. Ese perfil alto continuará en esta segunda etapa.
El gobernador juega a ser el heredero incruento y lo revalidó con su propuesta
para que las candidaturas presidenciales del peronismo en 2015 se diriman en
internas.
Ese fue un mensaje hacia adentro, a fin de mostrarle futuro
al PJ, y para apurar a un Massa que arma "por afuera". Scioli también
anticipó la intención y la necesidad de implementar correcciones en la campaña
oficialista.
El gobernador, Cristina Kirchner y el candidato, Martín
Insaurralde, serán nuevamente bastoneros de la campaña. Pero habrá
incorporaciones. Tendrán mayor protagonismo el ministro Florencio Randazzo y,
desde lo institucional, la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont.
El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, también se alista
para volver a recorrer el interior provincial.
"La inseguridad, el impuesto a las ganancias y el cepo
al dólar van a estar en la agenda con la idea de que son problemas que hay que
resolver. No se van a esconder", se entusiasmó un hombre que se prepara
para vivir diez semanas a puro vértigo.
Randazzo, embarcado en la difícil misión de renovar los
ferrocarriles, buscará mostrar gestión en Buenos Aires, pero también lo
habilitaron para entablar relación política con intendentes, misión que ya
reanudó con algunas reuniones. Se lo verá muy seguido junto a Insaurralde. Por
ejemplo habrá varios actos de anuncios de apertura de pasos bajo nivel en toda
la traza del ferrocarril Roca en el Conurbano.
El reingreso de Randazzo habrá que ver si condena a un menor
protagonismo a Julio De Vido, su adversario interno, quien venía ocupándose del
cara a cara con los intendentes de todo el país a través del plan de obras
públicas, Más Cerca.
Domínguez, en tanto, espera sus nuevas misiones. Por lo
pronto, fue el encargado de reclamar mayor compromiso a los diputados y
senadores durante una reunión de autocrítica celebrada en el Congreso. De ese
encuentro no participaron los diputados de La Cámpora, principal blanco de los
reproches.
Incluso, las diferencias brotaron por la lectura de los
resultados. La agrupación conducida a distancia por Máximo Kirchner propuso no
dar "ni un paso atrás", mientras que desde el PJ orgánico reclamaron
"no ser necios y recibir el mensaje".
Cristina pareció volcarse por la primera opción
confrontativa durante su reaparición en Tecnópolis, pero los dialoguistas del
oficialismo aseguran que van a ganar espacio. Es eso o una derrota más amplia
que sería lapidaria, dicen.
Mientras tanto, en los pasillos del Congreso ya se preparan
para contrarrestar la ofensiva del massismo destinada a que se alivie la carga
del impuesto a las ganancias en los trabajadores.
Massa ordenó a sus seguidores hacer foco en dos ejes para
este segundo tiempo de campaña: la inseguridad, a través de los intendentes, y
la economía, a partir de propuestas legislativas.
En respuesta, Scioli relevó a un comisario que respondía al
intendente de Tigre, se prepara para duplicar anuncios en la materia y ya ordenó
que se apruebe en la Legislatura el proyecto que presentó hace un año y medio
sobre policías municipales.
Esa iniciativa es sustancialmente diferente a la que propone
Massa. En la primera, las policías locales tienen control de la Provincia, en
tanto que la surgida en Tigre promueve que los agentes sean empleados
municipales.
En cuanto a la economía, la Presidenta se reunió por
separado con todos los ministros con mayor o menor injerencia en los bolsillos
del electorado. Al parecer, la jefa del Banco Central será la cara amable
elegida para explicar las variables de la economía y también las posibles
soluciones.
En ese marco, habrá que ver si prospera la difusa
convocatoria al diálogo que hizo Cristina Kirchner en Tecnópolis. El mensaje
conllevó un "ninguneo" al retador de Tigre y al resto de la
oposición.
"Quiero discutir con los titulares", metaforizó.
El miércoles daría el primer paso con banqueros, industriales y sindicalistas
en Río Gallegos.
Esa estrategia seguirá, con el siguiente concepto: "Massa
responde a intereses corporativos, encarna la vuelta al neoliberalismo".
En su éxito o fracaso está la suerte de los dos últimos años de su Gobierno.
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