Estados Unidos está listo para realizar un "ataque quirúrgico" contra el régimen de Siria. (Foto: EFE) |
Una flota que incluye al portaaviones «Harry S. Truman» con
capacidad de proyectar aviones de combate F-18, seis destructores, dos cruceros
y, al menos, un submarino, todos ellos con capacidad para lanzar los misiles
guiados Tomahawk, punta de lanza del ataque inicial planificado por el
Pentágono.
La semana pasada la US Navy dio la orden a la Sexta Flota,
con base en Nápoles (Italia), de desplegar en aguas internacionales próximas a
Oriente Próximo a los destructores «Mahan», «Gravely», «Barry» y «Ramage».
Estos buques de guerra serían los designados por el
Pentágono para lanzar, en una primera fase del ataque, los misiles de crucero
de largo alcance Tomahawk con capacidad para impactar en el objetivo guiados
por GPS. Cada uno de ellos tiene lanzaderas de hasta 90 misiles.
Otra opción es que un submarino, cuya presencia nunca es
reconocida oficialmente, sea el encargado de lanzar también los misiles
Tomahawk, como ya sucediera en la guerra de Libia en 2011 que puso fin al
régimen de Muamar el Gadafi.
Los objetivos designados para esta primera fase del ataque,
según analistas militares españoles consultados, serían infraestructuras y
bases militares simbólicas pero con la suficiente capacidad para intimidar al
dictador sirio. Así se apunta a los cuarteles de la Cuarta División del
Ejército sirio —probable causante del ataque químico— y a la Guardia
Republicana como posibles objetivos, además de los cuarteles generales de
Damasco.
El Pentágono espera que con una primera fase de lanzamientos
de misiles Tomahawk —con capacidad para transportar una carga de 450 kilogramos
de explosivo— el régimen sirio ofrezca algún gesto que cambie el designio de la
guerra civil que arrasa Siria desde hace dos años y medio.
En esa primera fase, o en una segunda si el régimen sirio se
enroca, intervendrían ya los aviones de combate F-18 «Hornet» y «Super Hornet»,
a bordo del portaaviones «Harry S. Truman», que cruzó el pasado 19 de agosto el
Canal de Suez rumbo al Golfo Pérsico, zona donde se mantendrá desplegado
durante los próximos ocho meses. También puede actuar en el Mediterráneo.
Se trata de unos 50 cazas del Ala Embarcada 3 —comandada
esta unidad aérea por primera vez por una mujer, la capitán de navío Sara
Joyner—organizados en cuatro escuadrones de combate.
Además de los cazas, las 98.000 toneladas de «diplomacia»
del «Harry S. Truman» pueden proyectar aviones de alerta temprana en el aire
E-2C «Hawkeye», aviones de guerra electrónica EA-18G «Growler» y helicópteros
de ataque MH-60 R/S «Seahawk».
Desde el punto de vista diplomático el empleo de aviones de
combate requiere más complicaciones aunque sean meramente formales. Entre
ellas, la utilización del espacio aéreo saudí y jordano (aliados de EE.UU.
contra Bashar al Asad), nunca el israelí. Otro de los grandes desafíos de
EE.UU. será mantener, una vez más como sucediera en 1991 y 2003, al margen al
Estado de Israel con el objetivo de que el régimen sirio no pueda utilizar su
participación a su favor.
El Grupo de Ataque del «Harry S. Truman» cuenta además con
la escolta de los destructores «Mason» y «Bulkeley» y los cruceros «San
Jacinto» y «Gettysburg», todos ellos con capacidad para lanzar también misiles
Tomahawk.
Se da la coincidencia de que el portaaviones «Harry S.
Truman» —uno de los diez que tiene activos la Armada de EE.UU., todos de la
clase «Nimitz»— jugó un papel activo durante la campaña militar que concluyó
con el derrocamiento de Sadam Husein en Irak en 2003 con 1.280 salidas,
lanzando más de 700 toneladas de bombas y artillería que «ayudaron a liberar al
pueblo de Irak».
Fuerzas terrestres
En una tercera fase, de la que el Nobel de la Paz Barack
Obama no quiere ni oír hablar, EE.UU. cuenta también con una fuerza de
proyección terrestre de su infantería de marina: los marines. Su despliegue en
el conflicto sirio es, por ahora, improbable ya que EE.UU. basa su estrategia
contra Assad en apoyar a las facciones rebeldes.
La US Navy dispone de unidades marines en Oriente Próximo,
África y Europa (España, sin ir más lejos) listas para llegar a Siria «en pocas
horas» si Obama ordena una acción. Entre esas unidades se cuenta la Unidad
Expedicionaria 26, actualmente cerca del Golfo de Adén, al sur de Siria, con
unos 2.200 marines.
En la base sevillana de Morón de la Frontera se encuentran
desplegados actualmente 550 marines con capacidad de proyectarse en cuestión de
horas en Siria, ya que este destacamento cuenta con seis ultrarrápidas
aeronaves MV-22 «Osprey» y dos aviones KC-130J «Super Hércules» y que permiten
el abastecimiento en vuelo.
Se trata de un destacamento de intervención rápida
desplegado tras el ataque al consulado norteamericano de Bengasi (Libia) y que
evidenció la falta de reacción estadounidense en la zona.
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