domingo, 25 de agosto de 2013

El estigma del mal alumno

Por Gabriel Profiti
Sin aplicación inmediata, el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York contra la Argentina implica una instancia más dentro de un juicio largo frente a los fondos buitre, pero ratifica el estigma del mal alumno que acompaña al país.

Refuerzan esa noción los argumentos de los jueces a lo largo de las 25 carillas del fallo: "La Argentina es un deudor recalcitrante" o "las consecuencias predictas por el país son especulativas, hiperbólicas, y casi en su totalidad de propia creación de la República", fueron algunos de ellos.

El Gobierno ya esperaba una definición negativa por parte de este tribunal. Ahora podría presentar una apelación más ante el pleno de la Cámara de Apelaciones y luego buscaría que la Corte Suprema de Justicia estadounidense acepte el caso.

Si bien el fallo no impacta de lleno en las elecciones de este año, porque se estima que todavía resta al menos un año de litigio en los tribunales estodounidense, la noticia refuerza un clima hostil y negativo hacia la Argentina, pese a todas las verdades que acompañan a la posición nacional en esa pulseada.

Esa atmósfera ya había hecho desistir al Gobierno estadounidense y al FMI de intervenir en la condición de "amicus curiae" a favor de la Argentina para que la Corte Suprema tomara el caso. Ambos actores de peso advierten sobre las consecuencias negativas de este fallo para futuras reestructuraciones de deuda pero evitan dar respaldos directos para la Casa Rosada.

LAN, YPF, dos caras

El fallo de la Cámara neoyorquina se dio en la misma semana en la que el Gobierno decidió aplicar una disposición del organismo regulador de aeropuertos (ORSNA) para que la aerolínea LAN abandone el hangar que ocupa en Aeroparque, lo que derivó en un cortocircuito con el gobierno chileno.

Como ya ocurrió en otras oportunidades, más allá de que los argumentos sean correctos o no para el desplazamiento de la firma de capitales chilenos, da la impresión de que la Argentina cambia las reglas del juego sobre la marcha.

Ese comportamiento oscilante, sumado a las restricciones para girar dividendos al exterior, complota -en líneas generales- contra eventuales nuevos inversores.

El mismo día en que el conflicto con LAN ganaba los principales espacios de los medios, el presidente de YPF, Miguel Galuccio señalaba que se necesitan "muchos chevrones", en alusión a la cuestionada petrolera estadounidense Chevron, para desarrollar el yacimiento no convencional de Vaca Muerta.

Las dificultades de YPF para conseguir socios del exterior derivan de otro litigio internacional, el que promueve la española Repsol ante el tribunal de arbitraje del Banco Mundial, Ciadi, por la expropiación de sus acciones en YPF.

Como si fuera un círculo vicioso, el tironeo argentino con los centros de poder provocó este año el veto estadounidense y de otros países desarrollados a préstamos del Banco Mundial. Pese a ello, la Argentina no tuvo inconvenientes para obtener financimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Debate

Ese debate sobre la inserción internacional de la Argentina se dio en el Consejo de las Américas, desde donde habló Galuccio y hacia donde se trasladó la campaña electoral.

Allí, Sergio Massa, principal emergente de las primarias, volvió a mostrarse ante el empresariado local e internacional como el indicado para recrear un clima de negocios en el país. El candidato a diputado dijo: "Tenemos que generar confianza para atraer la inversión que necesita Argentina".

Ante el mismo auditorio, Daniel Scioli se había erigido en garante de los aspectos positivos del kirchnerismo, pero también habló de "corregir lo que haya que corregir".

Scioli negó haber recibido un respaldo explícito de Cristina Kirchner para que sea su sucesor en 2015, tal como trascendió en medios alternativos, aunque a su lado lo ven con una confianza plena de que finalmente será el candidato del PJ.

El principal objetivo de Cristina Kirchner y Scioli ahora es buscar que Massa no quede posicionado como presidenciable más solvente después de las elecciones de octubre.

El Gobierno parece haber tomado nota del revés electoral. Cristina Kirchner animó una primera ronda de diálogo social con empresarios y sindicalistas en Río Gallegos que sirvió para poner blanco sobre negro algunos mitos de la economía, pero que tranquilamente se podría haber hecho antes.

Allí se habló de una reducción del impacto del impuesto a las ganancias, especialmente para los asalariados, pero por ahora no surgió ninguna alternativa que compense los 12 mil millones de pesos anuales que ese tributo garantiza al fisco.

Por otra parte, el gobierno nacional puso en marcha un Plan Nacional de Seguridad, pero sin anuncios grandilocuentes. Claramente, el combate a la inseguridad es la principal demanda del electorado en los grandes centros urbanos. También, es otro de los caballitos de batalla de Massa.

© NA

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