Después de dejar la comunidad de Varginha, en el complejo de
Manguinhos, el Sumo Pontífice se dirigió a la Catedral Metropolitana y allí, en
su discurso, el Papa dijo que la Iglesia "tiene que salir a la calle"
y que "no puede ser una ONG". “Hagan lío”, dijo Francisco, “salgan a
la calle, la Iglesia tiene que salir a la calle” repitió.
"No licúen la fe en Jesucristo. No tomen licuado de fe.
Es entera la fe en Jesús", dijo.
"No se dejen excluir y no excluyan a los ancianos.
Cuiden los dos extremos de la vida, de la historia de los pueblos", pidió.
La llegada de Francisco hizo estallar en aplausos y cánticos
a los cientos y cientos de jóvenes que viajaron especialmente miles de
kilómetros para reencontrarse con quien fue durante años primado de la Iglesia
de la Argentina.
Ante cada paso, los saludos y las muestras de cariño eran
incesantes. Fueron devueltas con bendiciones, abrazos, besos y gestos de afecto
a quienes estuvieron toda la noche esperándolo.
"Esta es la juventud del Papa", había dicho poco
antes el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quien había
destacado que muchos pasaron la noche en vela y bajo la lluvia para poder
entrar a la Catedral de San Sebastián.
Principales conceptos
del Papa Francisco
“Agradecido por estar
aquí y gracias a los 30 mil que están afuera, agradezco a todos ustedes que
están aquí, debajo de la lluvia. Gracias por haber venido a la Jornada Mundial
de la Juventud. Yo pedí a las personas que organizan este viaje que quería
tener un minuto para encontrarlos a ustedes, entonces, quiero agradecerles públicamente”,
expresó el Sumo Pontífice.
“Creo que en este
momento, la civilización mundial ‘se pasó de rosca’. El culto al ‘dios dinero’
es tan grande que estamos generando una exclusión de los dos polos de la vida,
que son los ancianos y los jóvenes. Esa civilización nos ha llevado a excluir a
esas dos puntas que son nuestro futuro”.
“No dejen de ser la
reserva cultural de nuestro pueblo, que transmite la justicia y la memoria. Por
favor, no se metan con los ancianos, no los excluyan. Escuchémoslos y sigamos
sus consejos. Es por eso que ustedes deben trabajar”.
“La fe en Jesucristo
es una cosa seria. Es un escándalo que Dios haya tenido que venir a ser uno de
nosotros y haya muerto en la cruz. Por favor, no diluyan ni licuen la fe en Jesucristo.
La fe no puede ser licuada”.
“El Señor nos dejó en
medio de nosotros a su madre para que nos acompañase. Que ellos nos cuide, nos
proteja en nuestro camino, en nuestro corazón, en nuestra fe. Que nos haga
discípulos así como ella fue, y misionera, como ella también fue”.
“Y recen por mí. No se
olviden…”
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