Última columna de Joaquín Piña Batllevell, Obispo Emérito de Iguazú, antes de su muerte.
El día después de las elecciones, tanto el Gobernador como
el “Conductor” trataron de minimizar la derrota. (O el triunfo con sabor a
derrota, como dijo el mismo canal 6), hablando de que la del domingo había sido
una jornada ejemplar, un triunfo de la democracia, que se vivió en nuestra
provincia con mucha paz y tranquilidad. Más vale así.
Algo tenemos que ir aprendiendo si es que queremos vivir en democracia como país civilizado.
Pero a mí, que soy un poco malicioso, se me ocurrió otra
interpretación: Que nuestra gente ya está cansada de tantas elecciones, y
tantas mentiras, y que no pasa nada.
Que todo sigue igual, a pesar de tantas promesas y mentiras.
Por esto que esta aparente tranquilidad y silencio puede ser una muestra de apatía. Total todo me da lo mismo. Que hagan lo que quieran…
También me llamó la atención. -¿será por lo mismo?-, el
escasísimo número de jóvenes de la franja etaria, (de 16 y 17),que se decidió a
hacer uso de esa facultad que se les dio de poder votar. -¿A quién vamos a
votar?.-decían algunos. Naturalmente que
no voy a ser yo quien se lo diga. Que voten por éste o por aquél. A lo más les
diría, como ya lo dije otras veces que entre los sinvergüenzas, voten al menos
sinvergüenza, si es que ninguno de los candidatos les convence.
¿O es que tenemos este triste sino, que siempre son los
peores los que nos tienen que gobernar? Yo estoy convencido de que existe mucha
más gente buena y honrada, que no delincuentes. Aunque también es cierto que el
mal hace más ruido que el bien. (en la selva, un árbol que cae hace más ruido
que cien que se mantienen de pie). Siempre dije que esos que gritan tanto es
porque no tienen razón. La verdad se impone por sí misma, no porque uno
grite más que otro.
Pero, ¿qué podemos decir de esas últimas elecciones
provinciales para legislativos?. Doy mi opinión, sencillamente, como un pastor viejito, que se preocupa
siempre por su gente.
Pienso que nuestras autoridades tuvieron mucha razón en
adelantar la fecha de los comicios, para despegarse de los de octubre, que se
supone que van a ser un desastre, o una debacle aún peor que el actual. Por lo demás, estas elecciones provinciales
son un aviso para todo el país. Porque, en este mundo, todo tiene su término.
(O, si quieren, su fecha de vencimiento).
Y como yo dije alguna vez, el que se cae de más alto se golpea más
fuerte.
Es bueno que la gente empiece a pensar. Que no se dejen
engañar, (comprar), como lo dijimos tantas veces. El domingo pasado les dije
que las elecciones eran la oportunidad para que
premiemos a los que son buenos (de verdad. No a los que se dicen que lo
son). Y castiguen a los que lo hicieron mal; y de paso se enriquecieron tanto
en tan poco tiempo. ¡Qué escándalo! Por algo será que en el 2011 alcanzaron
aquellos porcentajes tan altos, y ahora no sacaron ni la mitad de los votos.
Incluso haciendo votar a los más chicos, que no son tontos y por esto se abstuvieron.
Por algo municipios tan importantes como Eldorado, Iguazú,
San Vicente y el alto Uruguay se dieron vuelta. (Felicito a mis ex diocesanos,
que se ve que algo aprendieron). ¡No pierdan nunca la esperanza! No olviden que
Dios no abandona nunca. Y si somos menos egoístas, personalistas, nos ayudará
aún más. No le fallemos nunca a Él y a nuestra conciencia, y así es que vamos a
vivir mejor.
© El Territorio
El obispo emérito de
Puerto Iguazú, Joaquín Piña, falleció este lunes en Buenos Aires, mientras le
practicaban una intervención quirúrgica en el corazón. Piña había encabezado en
2006 una coalición que consiguió evitar un proyecto de reelección indefinida en
Misiones, que impulsaba el entonces mandatario provincial Carlos Rovira. (NA)
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