lunes, 29 de julio de 2013

Buitres afuera, halcones adentro

Por Gabriel Profiti
El litigio contra los fondos buitre en Nueva York dio en los últimos días más disgustos que satisfacciones y en el equipo económico argentino no se sorprenderían con nuevas noticias adversas en el proceso, aunque esperan que no sean definitivas.

Tras haber amagado con realizar presentaciones a favor de la Argentina, Estados Unidos y el FMI decidieron mantenerse al margen del litigio "en esta etapa", pese a que reiteraron que un triunfo de los fondos especulativos sería un precedente preocupante para futuras reestructuraciones de deuda soberanas.

Tenían la posibilidad de avalar con un recurso de "amicus curiae" el pedido que formuló la Argentina para que la Corte Suprema de Justicia estadounidense intervenga en el caso, como hicieron en instancias previas, pero prefirieron abstenerse con argumentos poco convincentes sobre una necesaria neutralidad.

Distinto fue el caso de Francia, que decidió hacer la presentación para acompañar la postura del Estado nacional, al igual que los fondos de inversión Fintech, Exchange Bondholder Group y Euro Bondholder.

Mientras tanto, se espera un fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que analiza el revés que tuvo la Argentina en primera instancia del juez Thomas Griesa.

Pese a que el tribunal es muy reservado, sus últimos movimientos en el expediente impiden ser optimista al Gobierno. De todos modos, en el equipo que conduce Hernán Lorenzino estiman que finalmente la Corte tomará el pleito a su cargo y en ese caso crecerían las posibilidades de un fallo a favor de la Argentina.

Los fondos "buitre" pretenden cobrar sin deducción alguna más de 1.350 millones de dólares por bonos argentinos que entraron en default en 2001, a diferencia de los tenedores que aceptaron ser reestructurados 2005 y 2010.

Ecosistema

El paso al costado del FMI y Estados Unidos encierra un trasfondo político: la decisión de mostrar distancia del gobierno argentino, al que vienen cuestionando por distintas razones.

Hace unos días Estados Unidos protestó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las trabas "discrecionales" aplicadas por la Argentina a las importaciones, en especial contra las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que administra el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

De esa misma herramienta que aplica el guardián del superávit comercial se quejan los empresarios brasileños. Las diferencias quedaron en evidencia en el plenario de presidentes de la última Cumbre del Mercosur en Montevideo y obligó a postergar una reunión bilateral entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.

"El tema del acuerdo automotriz con Brasil está prácticamente cerrado, pero lo que traba todo son las DJAI", resumió una fuente oficial en relación a una cuestión que se ha convertido en termómetro de las relaciones bilaterales.

Más allá de estos cortocircuitos, que también alcanzan a los otros miembros del Mercosur, Brasil suele mostrarse solidario en las grandes ligas. De hecho, su director ante el Fondo Monetario, Paulo Nogueira Batista, salió públicamente a repudiar el giro del organismo en torno al litigio en Nueva York.

El Papa y la agenda interna

Dentro de ese zigzagueo, Cristina Kirchner y Dilma Rousseff volvían a verse las caras este domingo para participar de la misa de cierre de la visita del Papa Francisco en Río de Janeiro.

La figura de Jorge Bergoglio se agigantó en su primera salida internacional como jefe de la Iglesia Católica. Con simpleza y rebeldía busca sacudir a una institución envejecida.

En ese marco, la Presidenta buscó hermanar el mensaje rebelde del Papa argentino a la doctrina kirchnerista y no dudó en invitar al viaje a su principal candidato para las próximas elecciones Martín Insaurralde.

En la Argentina, sin embargo, la campaña del Frente para la Victoria es sustancialmente distinta a la de 2011, cuando primaba el mensaje de concordia. "En la vida hay que elegir", es el lema kirchnerista exaltando su propensión al blanco o negro.

La estrategia no es casual. En esta oportunidad, la principal figura opositora es Sergio Massa, quien buscaba surfear la campaña con una apuesta por las medias tintas.

Azuzado, el intendente de Tigre se subió al golpe por golpe electoral, del que tampoco quedó ajeno Daniel Scioli. Luego, los cruces entre ambos sectores que se posicionan para liderar al peronismo de cara al 2015 surgieron casi por inercia.

El sciolismo le enrostró a Massa deslealtad y cerca del alcalde del norte del conurbano retrucaron que estuvieron a punto de unir sus caminos en contra del kirchnerismo.

Scioli y Massa estuvieron varias horas reunidos el jueves previo al cierre de listas de candidatos junto a sus alfiles Alberto Pérez y Juan Amondarain en Villa La Ñata. Pero el gobernador decidió cortar la negociación y aferrarse a "la necesidad de preservar la responsabilidad institucional".

Ahora, el ex jefe de Gabinete mide sus pasos y en la intimidad dice que prefiere sacar pocos votos de diferencia en las Primarias del 11 de agosto sobre Insaurralde para después apelar al voto útil anti-K en las generales del 27 de octubre.

Massa sabía que la ventaja inicial sobre su rival se iría acortando a medida que Insaurralde se hiciera más conocido. En esa tarea de exhibición itinerante que encabeza Cristina Kirchner también está embarcado Scioli, que apuntala al intendente de Lomas en su recorrida por los 135 distritos del conurbano.

Scioli se mantiene incólumne sin adelantar los tiempos. En uno de esos viajes de campaña de los últimos días, Insaurralde se mostró agradecido y honesto: "Te valoro porque estás pese a que para este espacio hoy sos Brad Pitt y el 28 de octubre vas a volver a ser el cartonero Báez".


© NA

0 comments :

Publicar un comentario