Por Gabriel Profiti |
El litigio contra los fondos buitre en Nueva York dio en los
últimos días más disgustos que satisfacciones y en el equipo económico
argentino no se sorprenderían con nuevas noticias adversas en el proceso,
aunque esperan que no sean definitivas.
Tras haber amagado con realizar presentaciones a favor de la
Argentina, Estados Unidos y el FMI decidieron mantenerse al margen del litigio
"en esta etapa", pese a que reiteraron que un triunfo de los fondos
especulativos sería un precedente preocupante para futuras reestructuraciones
de deuda soberanas.
Tenían la posibilidad de avalar con un recurso de
"amicus curiae" el pedido que formuló la Argentina para que la Corte
Suprema de Justicia estadounidense intervenga en el caso, como hicieron en
instancias previas, pero prefirieron abstenerse con argumentos poco
convincentes sobre una necesaria neutralidad.
Distinto fue el caso de Francia, que decidió hacer la
presentación para acompañar la postura del Estado nacional, al igual que los
fondos de inversión Fintech, Exchange Bondholder Group y Euro Bondholder.
Mientras tanto, se espera un fallo de la Cámara de
Apelaciones de Nueva York que analiza el revés que tuvo la Argentina en primera
instancia del juez Thomas Griesa.
Pese a que el tribunal es muy reservado, sus últimos
movimientos en el expediente impiden ser optimista al Gobierno. De todos modos,
en el equipo que conduce Hernán Lorenzino estiman que finalmente la Corte
tomará el pleito a su cargo y en ese caso crecerían las posibilidades de un
fallo a favor de la Argentina.
Los fondos "buitre" pretenden cobrar sin deducción
alguna más de 1.350 millones de dólares por bonos argentinos que entraron en
default en 2001, a diferencia de los tenedores que aceptaron ser reestructurados
2005 y 2010.
Ecosistema
El paso al costado del FMI y Estados Unidos encierra un
trasfondo político: la decisión de mostrar distancia del gobierno argentino, al
que vienen cuestionando por distintas razones.
Hace unos días Estados Unidos protestó ante la Organización
Mundial del Comercio (OMC) por las trabas "discrecionales" aplicadas
por la Argentina a las importaciones, en especial contra las Declaraciones
Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que administra el secretario de
Comercio, Guillermo Moreno.
De esa misma herramienta que aplica el guardián del
superávit comercial se quejan los empresarios brasileños. Las diferencias
quedaron en evidencia en el plenario de presidentes de la última Cumbre del
Mercosur en Montevideo y obligó a postergar una reunión bilateral entre Cristina
Kirchner y Dilma Rousseff.
"El tema del acuerdo automotriz con Brasil está
prácticamente cerrado, pero lo que traba todo son las DJAI", resumió una
fuente oficial en relación a una cuestión que se ha convertido en termómetro de
las relaciones bilaterales.
Más allá de estos cortocircuitos, que también alcanzan a los
otros miembros del Mercosur, Brasil suele mostrarse solidario en las grandes
ligas. De hecho, su director ante el Fondo Monetario, Paulo Nogueira Batista,
salió públicamente a repudiar el giro del organismo en torno al litigio en
Nueva York.
El Papa y la agenda
interna
Dentro de ese zigzagueo, Cristina Kirchner y Dilma Rousseff
volvían a verse las caras este domingo para participar de la misa de cierre de
la visita del Papa Francisco en Río de Janeiro.
La figura de Jorge Bergoglio se agigantó en su primera
salida internacional como jefe de la Iglesia Católica. Con simpleza y rebeldía
busca sacudir a una institución envejecida.
En ese marco, la Presidenta buscó hermanar el mensaje
rebelde del Papa argentino a la doctrina kirchnerista y no dudó en invitar al
viaje a su principal candidato para las próximas elecciones Martín Insaurralde.
En la Argentina, sin embargo, la campaña del Frente para la
Victoria es sustancialmente distinta a la de 2011, cuando primaba el mensaje de
concordia. "En la vida hay que elegir", es el lema kirchnerista
exaltando su propensión al blanco o negro.
La estrategia no es casual. En esta oportunidad, la
principal figura opositora es Sergio Massa, quien buscaba surfear la campaña
con una apuesta por las medias tintas.
Azuzado, el intendente de Tigre se subió al golpe por golpe
electoral, del que tampoco quedó ajeno Daniel Scioli. Luego, los cruces entre
ambos sectores que se posicionan para liderar al peronismo de cara al 2015
surgieron casi por inercia.
El sciolismo le enrostró a Massa deslealtad y cerca del
alcalde del norte del conurbano retrucaron que estuvieron a punto de unir sus
caminos en contra del kirchnerismo.
Scioli y Massa estuvieron varias horas reunidos el jueves
previo al cierre de listas de candidatos junto a sus alfiles Alberto Pérez y
Juan Amondarain en Villa La Ñata. Pero el gobernador decidió cortar la
negociación y aferrarse a "la necesidad de preservar la responsabilidad
institucional".
Ahora, el ex jefe de Gabinete mide sus pasos y en la
intimidad dice que prefiere sacar pocos votos de diferencia en las Primarias
del 11 de agosto sobre Insaurralde para después apelar al voto útil anti-K en
las generales del 27 de octubre.
Massa sabía que la ventaja inicial sobre su rival se iría
acortando a medida que Insaurralde se hiciera más conocido. En esa tarea de
exhibición itinerante que encabeza Cristina Kirchner también está embarcado
Scioli, que apuntala al intendente de Lomas en su recorrida por los 135
distritos del conurbano.
Scioli se mantiene incólumne sin adelantar los tiempos. En
uno de esos viajes de campaña de los últimos días, Insaurralde se mostró
agradecido y honesto: "Te valoro porque estás pese a que para este espacio
hoy sos Brad Pitt y el 28 de octubre vas a volver a ser el cartonero
Báez".
© NA
0 comments :
Publicar un comentario