Los insumos para las industrias siguen trabados en la Aduana. |
Las trabas a las importaciones de Guillermo Moreno están
dejando a las economías regionales al borde del abismo. El férreo control que
el Secretario de Comercio realiza sobre los productos extranjeros ya afecta la
provisión de insumos para la construcción, la industria petrolera y la
farmacéutica. Y ya empiezan a proliferar los recortes en las horas extras y los
adelantos en las vacaciones.
Hace unas semanas la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba,
junto a la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba
(Cimcc) y la Unión Industrial de Córdoba (UIC), emitieron un comunicado en
donde aseguraban que las “trabas a las importaciones de insumos y componentes
esenciales para las industrias impactan de manera directa en la pérdida de
competitividad”. En el texto advertían que "la política de restricción de
importaciones de bienes no fabricados localmente, está afectando las
condiciones de producción y el normal desarrollo comercial”.
Pero ahora la administración del Comercio Exterior que hace
el polémico funcionario incluso está afectando en forma directa al sector
público. Por ejemplo, con la falta de productos de señalización que se utilizan
en la obra pública como los delineadores flexibles, o las motosierras que necesitan
los beneficiarios de planes sociales para cumplir con sus tareas en la
actividad forestal de los municipios.
Estos son sólo algunos ejemplos que muestran el complejo
momento que están pasando los industriales del país que dependen de insumos
importados. Los stocks ya se están agotando y no tienen forma de conseguir los
productos en el mercado local, porque no se fabrican en el país. De ahí la
sorpresa de que Moreno incluso esté trabando estos elementos.
El control comenzó en febrero del año pasado, con las
Declaraciones Juradas Anticipadas por Importaciones (DJAI) que manejaba la
Secretaría de Comercio. En el transcurso del año, las restricciones empezaron a
relajarse. Moreno les había prometido a los importadores que al iniciar el
2013, el esquema sería similar al de los últimos meses del 2012, porque el
gobierno había superado –controles mediante- el objetivo de llegar a los 10 mil
millones de dólares de superávit en la balanza comercial.
El año comenzó y el funcionario se dedicó exclusivamente al
control de precios, relegando en un segundo plano las autorizaciones de las
importaciones, que en enero crecieron sólo un 1%, en febrero un 10% y un 5% en
marzo.
“Está habiendo un manejo histérico del comercio”, comentó a
LPO Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores de la República Argentina
(Cira). “Por momentos se privilegia la balanza comercial y por otros la lucha
contra la inflación”, denunció.
Es que en marzo, Cristina había anunciado una mayor
liberación de productos de consumo importados, bajo la excusa de luchar contra
los fijadores de precios, apuntando principalmente a los supermercados.
Recurriendo a esta medida liberal, en abril las importaciones de bienes de
consumo subieron un 44%, en el marco del acuerdo del gobierno con las grandes
cadenas. Moreno les había prometido liberarles las importaciones si mantenían
los precios congelados.
Según Ponce, este es el grifo que el gobierno permitió abrir
de vez en cuando, para ponerle un techo máximo a los productos de consumo que
se producen localmente. Además del energético claro, que está complicado por la
crisis que vive el país y se profundizará por el incendio que afectó la
refinería de Ensenada en abril.
De todas formas, hay que tener en cuenta que a esa altura
del año pasado, con la que se hace la comparación, los comerciantes todavía se
estaban acomodando a las nuevas reglas, por lo que se compara con niveles
históricamente bajos.
“Hubo un cambio en cómo se hace la cuenta. Ahora el saldo
sale de las exportaciones menos obligaciones a pagar, menos compras de
combustibles, menos saldo de la balanza comercial que quiera obtener; eso deja
libre lo que se va a importar”, contó Ponce.
“Estamos en el momento más duro del año. Proyectamos que el
2013 va a ser más complicado que el 2012, porque los consultores privados
estiman que no se llegará a los U$S10 mil millones en la balanza”, pronosticó
con pesimismo el gerente de la Cámara.
El propio Indec reconoció que las subas fueron en rubros que
nada tienen que ver con las denuncias de los importadores: aparatos de
rediotelofonía chinos, cajas de cambio de Alemania, medicamentos, glifosato,
grupos electrógenos, vehículos de transporte, energía, herbicidas y calzado.
Lista de insumos
trabados
La semana pasada, en el programa Comercio Exterior Siglo XXI
Ponce se dedicó a mencionar la lista de insumos trabados en la aduana que se
necesitan para que las empresas sigan operando.
Uno de los sectores que está pasando por un momento delicado
es el de la construcción. "Lanzan un blanqueo para reactivar el sector
pero frenan los insumos en la aduana", disparó. En ese sentido, explicó que faltan elementos
básicos para la finalización como silicona, herrajes, y artículos como
ventanas, puertas, persianas, cerrajerías, como así también muebles,
estrechamente ligados a la actividad.
“Tenemos frenadas desde bañeras de hidromasajes hasta
lámparas”, contó, y consideró que “se está empezando a sentir el atraso de
estos elementos”.
Otro ejemplo son los laminados de PBC provenientes de
Brasil, que ni siquiera requieren dólares porque la transacción se hace entre
pesos y reales, y no involucra los dólares del Banco Central.
“Dicen que tenemos que usar la importación para bajar
inflación, pero paran insumos vitales para la industria alimenticia como los
aditivos o los condimentos”, razonó Ponce.
Además hay faltantes en rubros de la salud y de la medicina,
como lentes oftalmológicas, elementos imprescindibles para hacer anteojos a
bajo costo, y otra lista de elementos como las caminas para pesadas que usan
los laboratorios para fabricar medicamentos oncológicos.
La tecnología tampoco pasa por un buen momento. Faltan
mouses, y en la aduana se acumulan los acesorios de todo tipo para celulares
como pilas y cargadores.
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