Por Alejandro Ahuerma |
“No me muevo
aunque quiebren mis dudas
y hagan crecer
el rumor de los muertos
en las tumbas sin nombre.”
Nelson F. Muloni – "Tumbas sin nombre" (Los Ruidos Ajenos – Ed. Tunparenda 1983)
La inspección ocular se realizó en el paraje conocido como El Gallinato, ubicado a unos 10 kms entre La Caldera y la ciudad de Salta, en un camino que une La Calderilla y el pueblo de Gral. Güemes.
Hasta allí se dirigieron después de una breve audiencia que comenzó a las 9:30 en el Tribunal, el juez Carlos Enríquez Giménez Montilla, el fiscal Toranzos, abogados y miembros de la Querella, entre los que se encontraba Mariana Gamboa, hija de la profesora de la UNSa., Gemma Fernández y su esposo Héctor Gamboa, quienes se cree fueron dinamitados en el lugar en septiembre 1976.
“El lugar”
Quienes se trasladaron hasta el lugar de los hechos, después de recorrer un poco más de 2 kms de camino, descendieron por un sendero acompañados por miembros de la gendarmería Nacional, hasta un arroyo lleno de piedras que surca un monte muy tupido, allí dos testigos, Néstor Colque y Juan Carlos Gutiérrez, ex agentes de policía, quienes afirmaron haber sido avisados por el ex interventor militar de La caldera, Demetrio Tolaba, llegaron hasta el lugar y se encontraron con el lugar donde hallaron una especie de cráter con muchísimas piedras rotas provocadas por una explosión de dinamita, y restos de cuerpos y ropas esparcidos por los árboles, sin poder determinar la cantidad de víctimas que eran, dijeron haber esperado que llegara el cuerpo de bomberos para retirar los restos.
“Un nuevo testimonio escalofriante”
Una vez terminada la inspección ocular y regresando a la entrada del camino, la comisión de familiares se encontró con el Intendente de la Caldera, con quien debían coordinar las acciones para la señalización del camino y del lugar de exterminio, acompañaban al intendente Luis Gerardo Mendaña, dos concejales y el senador provincial, por el departamento La Caldera Juan Moreira, quien brindó espontáneamente un testimonio escalofriante sobre esos días en que se usaba ese camino para dinamitar detenidos.
Moreira contó que ciertas madrugadas de agosto del ’76, cuando iba en bicicleta una vez y en su moto en otra madrugada, se topó con un operativo que cortaba el camino, que siendo las 5:00 de la mañana cuando se dirigía desde El Gallinato a trabajar ya que se desempeñaba como empleado de AGAS (La ex Administración General de Aguas de Salta) se encontró con dos Ford Falcon y un Torino y unos tipos de sobretodo largo, armados con Itakas, se las pusieron en las costillas preguntándole quién era y qué hacía por ahí, al explicarles, uno de ellos le preguntó a quien parecía ser el jefe del operativo: “¿Qué hacemos con éste?” “-Dejalo ir y decile que no vuelva a pasar por acá” y que la segunda vez le tiraron la “ollita” con comida que llevaba a su trabajo.
Agregó que al regresar a las tres de la tarde ya vio al camión de los bomberos levantando los restos de varias personas, y que llegó a saber y ver ese tipo de operativos varias veces y calcula que los muertos que debe haber visto superan los 20 y que algunas madrugadas ya bajaba por el camino con las luces apagadas y al ver la caravana de autos que subían se tiró un par de veces al costado del camino escondiendo su moto hasta que pasaban y que una vez estando a unos 60 mts aproximadamente escondido en el monte, escuchó una violenta explosión y sintió cómo los escombros que volaban le pasaban cerca de su cabeza.
“Una vez vi dos chicas jóvenes, muertas con tiros en la cabeza, por la ropa y la edad eran seguro chicas de la universidad, asesinadas ahí nomás cerca del camino con sangre en las sienes, que le bajaba de la cabeza, son varios lugares donde dinamitaron cuerpos, pero el principal lugar es en el abra del Gallinato.”
Entre los muertos sabe que uno de los que aparecieron era un ex policía apodado “Topoyiyo” Martínez, que se lo encontró destrozado y se lo reconoció con un pañuelo verde que lo amordazaba.
Por último al ser consultado sobre su voluntad de prestar declaración testimonial en la causa, el senador expresó su conformidad en dar su testimonio para que se sepa la verdad y nunca más vuelva a pasar eso tan tremendo que vivió.
Datos: En la causa se investiga la privación de la libertad y homicidios de Silvia Benjamina Aramayo, Martín Miguel Cobos, Víctor Mario Brizzi, Carlos Estanislao Figueroa Rojas, Héctor Domingo Gamboa y Gemma Ana María Fernández Arcieri De Gamboa, algunos de ellos docentes de la Universidad Nacional de Salta y Son juzgados 18 imputados por 34 hechos cometidos entre los años 1975 y 1978.
Ya se realizaron inspecciones en la delegación Salta de la Policía Federal, al penal de Villa Las Rosas, a la Jefatura de la Policía de la Provincia y al Regimiento de Caballería y en la Plaza San Martín de Metán.
Cabe destacar que fue fijada para el martes de la semana que viene la inspección ocular en la principal Necrópolis de la ciudad de Salta, el Cementerio de la Santa Cruz, donde se tratará de identificar el lugar exacto de una fosa común utilizada por el ejército entre los años ’76 y ’77, fosa que ya se abriera en el año 1984 y se extrajeran 13 cuerpos NN, entre ellos una madre y su bebé enterrados en el mismo cajón, ambos con tiros en sus cabezas, y que en el ’84 cuando se identificó el lugar por orden del juez Abel Cornejo dentro del Hábeas Data del “Juicio de la Memoria”, se demoró el trámite y se negaron a abrir por presiones políticas. Para esta ocasión, la querella solicitó se cite a prestar testimonio que ayude a identificar el lugar a Nicanor Guaymás, enterrador en el ’76 y exencargado del cementerio, quien en el ’84 identificó la fosa común y habría ya dado su testimonio contando cómo eran obligados por militares fuertemente armados y con perros, a quedarse en las madrugadas a tapar la fosa donde desde camiones Unimogs del ejército tiraban cuerpos asesinados.
© AA y Agensur.info
En el siguiente video, el autor de esta columna entrevistó al enterrador y exencargado del cementerio que identificó la fosa común en 1984.
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