Diputados convirtió en ley el blanqueo de capitales. |
El oficialismo volvió a imponer su mayoría y, con el apoyo
de bloques aliados, logró convertir en ley por 130 votos el proyecto de
blanqueo de moneda no declarada, tras una extensa sesión que se extendió
durante casi doce horas.
Todo el arco opositor se alzó fervientemente en contra con
107 votos, al advertir que la flamante norma abre las puertas al lavado de
dinero y permite al Gobierno financiarse a costa del delito con el fin de
aumentar las reservas del Banco Central.
La ley crea el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo
Económico (BAADE) y el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico para
financiar proyectos energéticos y de infraestructura, y el Certificado de
Depósito para Inversión (CEDIN) para la compra de inmuebles.
Además, establece que no podrán exteriorizar sus divisas los
imputados por delitos de lavado de dinero o financiamiento del terrorismo, así
como sus familiares.
“No es una ley que busca recaudación fiscal ni que aumenten
las reservas”, aclaró el presidente del bloque del Frente para la Victoria,
Agustín Rossi, quien también garantizó que el GAFI “va a terminar aprobando”,
tal como lo hizo en 2008.
Desde el oficialismo aseguraron que la norma permitirá
volcar el ahorro a la reactivación del sector energético y sobre todo al
inmobiliario, uno de los más resentidos en los últimos tiempos.
“Se busca generar la posibilidad y las condiciones para que
una parte de ese dinero que se fue pueda volver y ponerse al servicio de
proyectos productivos”, explicó el titular de Finanzas, Carlos Heller, quien
recordó que “el modelo tiene como pilar que el financiamiento del crecimiento
se base en el ahorro interno y no en el endeudamiento externo”.
La oposición volvió a advertir que quienes blanqueen sus
dólares gozarán de exenciones impositivas y no estarán obligados a informar a
la AFIP el origen de los fondos.
“Se le está otorgando un traje a medida a los evasores, más
atractivo (que el blanqueo de 2008), porque es sólo para los que tienen dólares
y no le pedimos nada a cambio”, arguyó el expresidente del Banco Central,
Alfonso Prat-Gay, y añadió que “al que esté fuera de la ley se le pone la
alfombra roja para que no pague impuestos a la AFIP”.
Roberto Feletti, miembro informante del oficialismo, aclaró
que “cuando (la moneda no declarada) ingresa en el circuito bancario formal,
las instituciones financieras de Argentina tienen la obligación de aplicar
íntegramente la normativa de lavado de dinero”.
A su vez, Heller recordó que quienes ingresen en el régimen
de exteriorización deberán cumplir a fin de año con las obligaciones de los impuestos
a las Ganancias, a la Ganancia Mínima Presunta y sobre los Bienes Personales.
Pero la oposición rechazó los argumentos. “Esta ley
solamente puede atraer a los grandes delincuentes, no van a conseguir que el
pequeño evasor saque la plata del colchón para obtener el CEDIN”, opinó el jefe
del bloque radical, Ricardo Gil Lavedra.
El macrista Federico Pinedo sentenció que “Argentina será un
país financiado por la delincuencia” y vinculó el proyecto a la caída de
reservas del Banco Central y a “una fuga de capitales que superó los 100 mil
millones de dólares”.
Por su parte, la socialista Alicia Ciciliani interpretó que
“el objetivo es llegar a octubre más aliviado y garantizar impunidad a algunos
grupos”. “No queremos una devaluación brusca que perjudique a los sectores
populares, pero tampoco queremos poner a Argentina en riesgo de financiarse en
actividades ilícitas”, justificó.
“En un país donde los trabajadores que pagan Ganancias se
multiplicaron por cuatro, es injusto permitir que los que se la llevaron en
pala por actos delictivos puedan blanquear sin costos”, abundó Claudio Lozano,
de Unidad Popular, quien sentenció: “El Gobierno busca excusas en la economía
para fundamentar una decisión política impresentable”.
Gerardo Milman (GEN) se preguntó “qué hacía la presidenta en
las Islas Seychelles, el país más endeudado del planeta y uno de los paraísos
fiscales que mencionó el financista Federico Elaskar” en “Periodismo para
Todos”, el programa que conduce Jorge Lanata. Más tarde, Rossi le respondió:
“Eso habla mal del señor diputado porque no tiene el recato de respetar la
institución presidencial y lo hace con absoluta irresponsabilidad”, retrucó.
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