domingo, 14 de abril de 2013

Una ofensiva que excede el plano institucional

La reforma de la Justicia contiene una estrategia electoral y por primera vez Cristina Kirchner podría promover un sucesor. Pero la oposición buscará frenarla en Diputados o con amparos.

Por Gabriel Profiti
Obligada por la muerte de Hugo Chávez, la inesperada elección de un papa argentino y las trágicas inundaciones, Cristina Kirchner debió esperar hasta la semana pasada para enviar la anunciada reforma judicial al Congreso y el oficialismo libra ahora una batalla contra el reloj para aprobarla.

El objetivo de la democratización de la Justicia excede el ya denso espesor institucional. También pretende nacionalizar las elecciones legislativas para consagrar un triunfo del Frente para la Victoria y dejar a un candidato a "consejero de la magistratura" posicionado para las presidenciales de 2015.

La movida no es sencilla y hay que desmenuzarla. El Gobierno propone que los miembros del Consejo de la Magistratura sean electos en las próximas elecciones legislativas.

En esta primera elección se elegirían solo cinco académicos y un abogado, con una proporción de cuatro por la mayoría y dos por la minoría.

Para eso necesitaría tener el paquete de leyes aprobado por el Congreso en junio cuando comienza a correr la cuenta regresiva hacia las primarias del 11 de agosto y las generales del 27 de octubre.

El 22 de junio hay que formalizar los candidatos.

La ampliación del órgano que designa y renueva magistrados es claramente el proyecto más polémico de los seis que envió Cristina Kirchner, aunque el que limita las medidas cautelares que se aplican contra el Estado no se queda atrás.

Por un complejo sistema de mandatos inconclusos y miembros electos, el Consejo pasaría a tener más de 19 miembros hasta 2014. En cualquier caso, el oficialismo dominará las votaciones que ya no requerirán de dos tercios sino de mayoría simple.

La nueva pulseada parlamentaria movilizó a la oposición porque plantea que el Gobierno busca controlar a otro poder del Estado a partir de su órgano rector.

El abanico antikirchnerista sabe que la reforma saldrá sin restricciones del Senado, donde el oficialismo cuenta con una sólida mayoría, pero aspira a trabarla en Diputados.

"Para aprobar el acuerdo con Irán tuvieron que hacer volver a dos diputados que habían renunciado, así que ahora con una gran presión popular aspiramos a que no salga", explicó a este columnista un referente opositor.

Buena parte del arco anti K ya comenzó a movilizarse juntando firmas contra los proyectos, el martes hará un abrazo a Tribunales y espera que el jueves un nuevo cacerolazo termine de convencer a los diputados que sean clave para dar quórum.

En caso de que finalmente la cruzada contra la reforma judicial fracase en el Congreso, comenzarán a llover amparos en la Justicia, y quizá allí radique el gran obstáculo del Gobierno para tenerla vigente antes de las elecciones.

Los pedidos de no innovar irán a un tribunal de primera instancia y luego de un primer fallo podrían llegar a través del per saltum a la Corte Suprema, tal como avisó su presidente Ricardo Lorenzetti.

Como sea, no es un trámite rápido.

Un plan maestro

Con el proyecto de elección de consejeros, el Gobierno hizo converger lo institucional con lo electoral.
Frente a un panorama adverso en los grandes distritos electorales del país, Cristina Kirchner opondrá una lista nacional de consejeros que seguramente será la única ganadora en el plano federal.

Tras la frustrante ronda electoral de 2009, la Presidenta enfrentó los micrófonos y dijo que aun con una merma de votos, el Frente para la Victoria fue la fuerza más votada.

Ahora el escenario muestra posibles derrotas en Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza y una victoria estrecha en Buenos Aires, donde se desinfla la posibilidad de que la candidata sea la ministra Alicia Kirchner.

El esquema consiste en incluir un tramo de las boletas electorales que diga consejeros de la magistratura. Mientras en cada distrito se votarán candidatos distintos a legisladores nacionales, provinciales y municipales, la lista de consejeros de la magistratura será la misma en todo el país y debería presentarse una nómina por cada partido.

El tramo de los consejeros de la magistratura iría justo en el medio, entre las de legisladores nacionales y las provinciales.

Solo el Frente Para la Victoria y en menor medida el radicalismo estaría en condiciones de presentar candidatos en todo el país.

Sin embargo, el peronismo opositor, donde confluyen José Manuel de la Sota, Francisco de Narváez, Daniel Peralta, Jorge Busti y Hugo Moyano, entre otros, ya se plantea la posibilidad de ensamblar un incipiente armado en esa lista.

Pero el FPV tiene la estructura montada y llevaría las de ganar.

"El candidato a primer consejero del oficialismo sea Carlos Zannini, Axel Kicillof o Alicia Kirchner quedará consagrado como el ganador a dos años de las presidenciales", aseguró un hombre del oficialismo.

Las posibilidades de que sea Zannini, secretario de Legal y Técnico y arquitecto jurídico del Gobierno, son muchas, según distintos observadores. Quedaría consagrada la dinastía kirchnerista.

Cordobés de origen y pingüino por adopción, Zannini acompaña a los Kirchner desde los 80 y siempre se mantuvo en el primer círculo concéntrico de la pareja presidencial.

El plan tiene varios efectos colaterales. Por ejemplo, obligaría a Daniel Scioli y a otros gobernadores del oficialismo con aspiraciones a respaldar una lista del Frente para la Victoria que lleva a un seguro candidato presidencial.

Otros no descartan que Cristina Kirchner sea la candidata a consejera como primer paso simbólico para la búsqueda de una re-reelección. La Presidenta tiene una contra muy grande. Aun la mejor elección posible dejará al Gobierno ante una tarea titánica de conseguir los dos tercios de los votos en el Senado para una reforma constitucional.

Paradójicamente la cámara más dócil para la reforma judicial es la menos permeable para la constitucional.

© NA

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