Por Ignacio Fidanza |
Cristina Kirchner empezó a mostrar las cartas del principal
problema político que enfrenta: Definir un sucesor. Hace instantes blanqueó a
su círculo más cercano que Carlos "Chino" Zannini sería quien
encabece la lista de integrantes al nuevo Consejo de la Magistratura que se
elegirá por voto directo.
Se trata de la coronación de una maniobra que apunta a posicionarlo
como su heredero y posible candidato a sucederla en el 2015. Las elecciones de
consejeros podrían ser utilizadas por la Presidenta como el instrumento para
darle a Zannini una visibilidad nacional que hoy no tiene.
La lista de los 18 integrantes al Consejo de la Magistratura
que se elegirán por voto popular, según el proyecto que el kirchnerismo busca
aprobar contra reloj en el Congreso, es por distrito único. Esto es como una
boleta presidencial: Los mismos candidatos para todo el país. De hecho, lo que
hace esta ley es anticipar el 2015 al 2013. Le da marco legal a un hecho
político real. El gobierno sabe que se juega este año la continuidad de su
proyecto más allá del fin del mandato de Cristina.
Zannini lograría de esta manera encabezar las boletas del
Frente para la Victoria de todo el país en las primarias y los próximos
comicios de Octubre, ubicandose a la derecha de la boleta y siendo beneficiario
del arraste de los gobernadores e intendentes del peronismo.
El proyecto que evalúan Cristina y La Cámpora -hoy el
corazón del poder- es que Zannini quede asi instalado como su sucesor y sea el
candidato a Presidente del kirchnerismo en el 2015, si no sale la reforma
constitucional que habilite a la Presidenta a competir por un nuevo mandato.
Cuando llegue el momento de asumir como consejero, Zannini
podría ser reemplazado en la Secretaría Legal y Técnica por el camporista
Eduardo "Wado" de Pedro, el otro gran ideólogo de la reforma judicial
y el tercer hombre del Gobierno.
Desde esa posición Wado de Pedro se aseguraría ser el filtro
de toda la administración, ya que todas las normas deben pasar por el despacho
de la Secretaría Legal y Técnica que ocupa Zannini.
Además, la posición es acorde con su perfil de hombre de
segundo plano que maneja los hilos del poder por detrás, como hace actualmente
el propio Zannini.
La designación de Zannini no deja de ser previsible. Es el
único interlocutor político de la Presidenta, protector de La Cámpora e
ideólogo del giro ultra del cristinismo.
En términos del pensamiento cristinista, su postulación
vendría a reparar un viejo error: No haberlo designado candidato a vicepresidente
en el 2011, lo que le restó posibilidad de visibilidad nacional y evitó que ya
entonces quedara plantado como el sucesor natural.
El proyecto mete además a la oposición -que esta noche
todavía no terminaba de entender las profundas derivaciones políticas y
electorales del proyecto- en un brete: Ahora necesita referencias nacionales.
Anticipa la pelea del 2105 y desarma la estrategia de ganarle al kirchnerismo
peleándole distrito por distrito y dejando para después de octubre las
discusiones de liderazgos nacionales, que dificultan los acuerdos.
Esta situación acaso obligue a acelerar la conformación de
frentes en la oposición, pero le resultará complicado unificarse en una gran
fuerza nacional que derrote al kirchnerismo. La ley aprovecha esto y por eso
plantea que el ganador se lleva dos tercios de los consejeros.
El gobierno contaría así con una holgada mayoría que se
conecta con el articulado que prevé destitución y nombramiento de jueces por
simple mayoría. Es una ley hecha a la medida de la configuración actual del
sistema político que presenta un partido hegemónico y una constelación de
liderazgos distritales no enhebrados en una gran fuerza alternativa.
El proyecto -redactado por Zannini- dispone en su art. 33
que por única vez los consejeros se elegirán en las legislativas y no en las
presidenciales como ordena en su art. 3. De esta manera Cristina puede usar ahora
la ley y proponer a su secretario Legal y Técnico.
Esto confirma además que la jugada electoral del Gobierno
era esta, no suspender las primarias como en algunos sectores políticos se
había especulado sin mucho fundamento. Es que Cristina necesita las PASO para
apalancar la elección de octubre. Con una situación económica de declive no
sirve de nada postergar la definición, sino por el contrario lo ideal es
concentrar toda la fuerza posible lo antes posible y desde ahí generar un golpe
de efecto que desarme a la oposición para la general.
© LPO
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