jueves, 11 de abril de 2013

Cristina piensa en Zannini como candidato a consejero y heredero

Cristina Kirchner propone a Carlos "Chino" Zannini como primer candidato para el nuevo Consejo de la Magistratura. Así lo instala como su heredero y en 2015 pelearía la Presidencia.

Por Ignacio Fidanza
Cristina Kirchner empezó a mostrar las cartas del principal problema político que enfrenta: Definir un sucesor. Hace instantes blanqueó a su círculo más cercano que Carlos "Chino" Zannini sería quien encabece la lista de integrantes al nuevo Consejo de la Magistratura que se elegirá por voto directo.

Se trata de la coronación de una maniobra que apunta a posicionarlo como su heredero y posible candidato a sucederla en el 2015. Las elecciones de consejeros podrían ser utilizadas por la Presidenta como el instrumento para darle a Zannini una visibilidad nacional que hoy no tiene.

La lista de los 18 integrantes al Consejo de la Magistratura que se elegirán por voto popular, según el proyecto que el kirchnerismo busca aprobar contra reloj en el Congreso, es por distrito único. Esto es como una boleta presidencial: Los mismos candidatos para todo el país. De hecho, lo que hace esta ley es anticipar el 2015 al 2013. Le da marco legal a un hecho político real. El gobierno sabe que se juega este año la continuidad de su proyecto más allá del fin del mandato de Cristina.

Zannini lograría de esta manera encabezar las boletas del Frente para la Victoria de todo el país en las primarias y los próximos comicios de Octubre, ubicandose a la derecha de la boleta y siendo beneficiario del arraste de los gobernadores e intendentes del peronismo.

El proyecto que evalúan Cristina y La Cámpora -hoy el corazón del poder- es que Zannini quede asi instalado como su sucesor y sea el candidato a Presidente del kirchnerismo en el 2015, si no sale la reforma constitucional que habilite a la Presidenta a competir por un nuevo mandato.

Cuando llegue el momento de asumir como consejero, Zannini podría ser reemplazado en la Secretaría Legal y Técnica por el camporista Eduardo "Wado" de Pedro, el otro gran ideólogo de la reforma judicial y el tercer hombre del Gobierno.

Desde esa posición Wado de Pedro se aseguraría ser el filtro de toda la administración, ya que todas las normas deben pasar por el despacho de la Secretaría Legal y Técnica que ocupa Zannini.

Además, la posición es acorde con su perfil de hombre de segundo plano que maneja los hilos del poder por detrás, como hace actualmente el propio Zannini.

La designación de Zannini no deja de ser previsible. Es el único interlocutor político de la Presidenta, protector de La Cámpora e ideólogo del giro ultra del cristinismo.

En términos del pensamiento cristinista, su postulación vendría a reparar un viejo error: No haberlo designado candidato a vicepresidente en el 2011, lo que le restó posibilidad de visibilidad nacional y evitó que ya entonces quedara plantado como el sucesor natural.

El proyecto mete además a la oposición -que esta noche todavía no terminaba de entender las profundas derivaciones políticas y electorales del proyecto- en un brete: Ahora necesita referencias nacionales. Anticipa la pelea del 2105 y desarma la estrategia de ganarle al kirchnerismo peleándole distrito por distrito y dejando para después de octubre las discusiones de liderazgos nacionales, que dificultan los acuerdos.

Esta situación acaso obligue a acelerar la conformación de frentes en la oposición, pero le resultará complicado unificarse en una gran fuerza nacional que derrote al kirchnerismo. La ley aprovecha esto y por eso plantea que el ganador se lleva dos tercios de los consejeros.

El gobierno contaría así con una holgada mayoría que se conecta con el articulado que prevé destitución y nombramiento de jueces por simple mayoría. Es una ley hecha a la medida de la configuración actual del sistema político que presenta un partido hegemónico y una constelación de liderazgos distritales no enhebrados en una gran fuerza alternativa.

El proyecto -redactado por Zannini- dispone en su art. 33 que por única vez los consejeros se elegirán en las legislativas y no en las presidenciales como ordena en su art. 3. De esta manera Cristina puede usar ahora la ley y proponer a su secretario Legal y Técnico.

Esto confirma además que la jugada electoral del Gobierno era esta, no suspender las primarias como en algunos sectores políticos se había especulado sin mucho fundamento. Es que Cristina necesita las PASO para apalancar la elección de octubre. Con una situación económica de declive no sirve de nada postergar la definición, sino por el contrario lo ideal es concentrar toda la fuerza posible lo antes posible y desde ahí generar un golpe de efecto que desarme a la oposición para la general.

© LPO

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