Por Alfredo Leuco |
¿Dónde está Sergio Acevedo? Renunció a la gobernación de
Santa Cruz en marzo de 2006. De sus medias explicaciones se desprende que se
negó a poner el gancho en las obras públicas de Néstor Kirchner, Julio de Vido
y Lázaro Báez. No quiso quedar pegado en ese “Triángulo de las Bermudas” donde
desaparecen millones de euros y aparecen milagrosamente en Suiza. El periodismo
está buscando a Acevedo para que aporte lo que sabe. Tenía la confianza de
Néstor y por eso fue su vice gobernador y su jefe de inteligencia. Amigos
cercanos al honesto abogado aseguraron a PERFIL que su silencio es consecuencia
de las amenazas y aprietes que Acevedo recibió.
Fabiana también sabe. Es necesario que la gobernadora de
Tierra del Fuego agregue sus datos. Fabiana Ríos escribió sobre Báez : “Nadie
quiere hablar de él, pero todos lo conocen y, sobre todo, saben que hay puertas
que solo él puede abrir, por su cercanía con el poder. Es amigo personal del
presidente Kirchner y su entorno más cercano. El Presidente pasa en su estancia
sus días de descanso cuando pisa tierra santacruceña. Es una pieza clave en la
adjudicación de las obras públicas”. Es obvio que Ríos no dijo esto ahora que
está apenas recostada en el calorcito del cristinismo. Fue en diciembre de
2005, 70 días antes de la renuncia de Acevedo y una semana después de la
primera denuncia contra Lázaro realizada por Elisa Carrió que, en aquel momento
era jefa política de Ríos. Fue una columna en PERFIL que ayer sacó pecho con la
primera nota que se escribió sobre Lázaro. Firmada por Marcelo Dimango decía en
su copete: “Nadie se anima a tomarle una fotografía. Contrata un ejército de
seguridad para su familia. Sus vecinos le temen. No le gustan los flashes ni
los periodistas. Dicen que es el socio del presidente Kirchner”. Seis años y
cuatro meses después todo se confirmó, y Lázaro –sin ser Evita– volvió y fue
millones. ¿Es o no Yabrán? Finalmente, obligado por la realidad, Báez mostró su
cabellera blanca en el hotel Patagonia, y en su comunicado Nro.1 dijo que los
testimonios de Fariña y Elaskar fueron editados (una obviedad que ni esos
malandrines dijeron) y le preguntó a los reporteros gráficos:”¿Para que tantas
fotos, chicos?”
La década ganada en Madero Center. Parte de la militancia
que aún cree que millonarios enriquecidos con los dineros públicos pueden
liderar una revolución cuasi socialista están mortificados. Temen que la
construcción emblemática de los diez años de kirchnerismo en lugar de ser el mausoleo
de Néstor sea el edificio de Madero. Hay chicaneros de las redes sociales que
proponen una nueva agrupación llamada “Lombard Odier es la patria liberada”.
¿Para cuando la estatización de Madero Center? ¿O hay que privatizarlo? Tenemos
que recuperar la soberanía monetaria.
Cristina sin voz. Los problemas de comunicación no son solo
por la disfonía recurrente de la Presidenta conseguida por retar a los gritos a
sus ministros, según ella confesó. Desde que Lanata hizo popular a Báez
enmudeció el aparato de propaganda y hasta el gabinete. Tanta concentración de
poder de Cristina y tanto castigo al que comete el mínimo error los han dejado
sin voceros creíbles. Un gobierno que tiene que recurrir a Mauro Viale se
define a sí mismo. Ni siquiera hubo una orientación clara para minimizar lo de
Lanata o el argentinazo callejero del 18A. Nada les dio resultado. Ocultar el
tema llevó más rating al molino de TN y El Trece. Frivolizarlo masificó el
interés entre el ciudadano menos politizado. Decir que el cacerolazo fue contra
toda la clase política fue una mentira ridícula. Un vozarrón radial, recién
llegado por interés a la política, dijo sin ponerse colorado que “fueron muchos
mas los que se quedaron en su casa”. Cristina es más inteligente que sus
salieris. Si creyera en su gente debería estar tranquila: le dicen que fue
menos gente a la marcha. Con su rigurosidad conocida, Nilda Garré dijo que en
Capital caminaron 71 mil personas. Ni el Indec lo hubiera hecho mejor. O Nik ,
que se burló planteando que el Gobierno no cuenta la gente, la pesa. No tienen
un liderazgo común, vociferaban. Y es cierto. Solo coinciden en un par de
cosas: jamás votarían a Cristina, están hartos del abuso de poder y la
prepotencia, quieren vivir en libertad y son bastante mas que ese 46% que
sacaron en el 2011.
El peronismo perdió la calle. En la batalla contra la 125,
se podría haber explicado como un hecho coyuntural difícil de repetir. Pero
cientos de miles protestando en una asamblea popular itinerante y en tres
ocasiones en 7 meses, ya se transformó en una activo ciudadano que antes era
monopolio del peronismo. Cristina lo hizo.
Ficción para todos y todas. “El país está al garete/ nos
roba un trucho con rodete”, decía uno de los carteles mas ingeniosos entre esa
pasión de multitudes que estalló el jueves. Ironías para Leonardo Fariña, que
le dio para que tenga y guarde ficción a Lanata. Igual no se va a salvar de
pasar unos días en la cárcel, igual que su compañero de “La Rosadita, Federico
Elaskar, aunque por otras causas pendientes que tienen en los tribunales.
El suicidio institucional. Aún a riesgo de ser impreciso
pienso que Dante Caputo es un intelectual honesto y lo ubico en la democracia
social y republicana. Nada más lejos de un corrupto y golpista. Su texto
publicado ayer en PERFIL me inquietó porque no se trata de un pensador
alarmista. Manifestó su preocupación porque “a partir de los que estamos viendo
(no hay nada que imaginar) se creen situaciones de alta inestabilidad política,
que puedan llevar a otras locuras mayores, por ejemplo, la interrupción
institucional. El deterioro de nuestra organización republicana, el conflicto,
la protesta, las reacciones de unos y otros, la insensatez de quienes tienen el
poder político, puede transformar la fuga hacia delante en un suicidio
institucional. (…) Dios nos libre que la locura de la presidenta Cristina
Kirchner lleve a otros argentinos a una mayor”.
Todavía falta lo peor. El deterioro económico, el desplome
de la inversión, las reservas, el consumo y los puestos de trabajo; la cabriola
en el aire que tuvo que hacer la Presidenta para recomponer con el Papa
Francisco, la muerte de Chávez y el triunfo de penal sobre la hora de Maduro,
las inundaciones y la llegada de la “corrupción” a los primeros puestos en
todas las encuestas, conforman la realidad que Ella prefiere ignorar por
twitter. Es el momento más complicado para Cristina en el poder, con excepción
de la 125 y las elecciones de 2009. La noticia más grave es que lo peor está
por venir. El Gobierno aún no encontró su piso y está cuesta abajo. Conclusión
provisoria como todas: mientras más poder quiere concentrar, Cristina más se
debilita.
© Perfil
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