viernes, 29 de marzo de 2013

Tras su acercamiento a Bergoglio, Cristina desactiva proyectos de “democratización” judicial

Cristina y Francisco: Los proyectos
que el Gobierno desactivaría.
NacionalesLuego del acercamiento de Cristina Kirchner a la Iglesia por la asunción del excardenal porteño Jorge Bergoglio como Pontífice, el Gobierno desactivaría los proyectos de “democratización” judicial. La Presidenta había anunciado estas reformas el 1 de marzo pero tras su encuentro con el papa Francisco, las iniciativas no llegaron al Congreso donde los legisladores oficialistas aseguraron que “no podemos dar un paso sin los proyectos y nadie nos dijo nada”.

En la apertura de sesiones la presidenta anunció la ampliación de las cámaras de casación a todos los fueros y que los miembros de la magistratura se elegirán por el voto. Pero nunca envió los proyectos y en el Gobierno no descartan desactivar todo. En el Congreso lo adjudican a la presión de la iglesia y anuncian cambios en la reforma del código civil.

El acercamiento de Cristina Kirchner a la iglesia a partir de la asunción del ex cardenal porteño Jorge Bergoglio como Papa frenó la reforma judicial que anunció durante la apertura de sesiones ordinarias y hasta cambiaría algunos aspectos del nuevo Código Civil.

La presidenta cerró el discurso de más de tres horas del pasado 1 de marzo en el recinto de Diputados con el detalle de una serie de proyectos de ley para reestructurar el sistema judicial, en su afán por "democratizarlo", según el relato oficial.

El principal consistía en crear Cámaras de Casación en lo Civil y Comercial, en lo Contencioso Administrativo y en lo Laboral, una forma de poner otra barrera antes de recaer en la Corte Suprema de Justicia.

También planteó que los miembros del consejo de la magistratura, el organismo encargado de nombrar y sancionar a los magistrados.

Pero a casi un mes de aquella prédica ante las barras de La Cámpora los proyectos no aparecieron y, según afirman en la Rosada, la presidenta ve más sombras que luces en ir a fondo con el tema.

Los líderes del kirchnerismo en el Congreso no saben qué hacer. “No podemos dar un paso sin los proyectos y nadie nos dijo nada”, confiaron a LPO fuentes del kirchnerismo en el congreso.

Por lo bajo, todos coinciden en que la ascensión de Bergoglio al máximo cargo eclesiástico cambió los planes de la presidenta. Sobre todo, cuando supieron que por orden de Cristina se retocará la reforma del Código Civil, debatida el año pasado por todo el país.

Cuando vuelva a debatirse se descartarían los criterios para regular el alquiler de vientres, a partir de una gestión del presidente de la conferencia episcopal José María Arancedo. Habló del tema con la presidente, pero, claro, después del nacimiento de Francisco primero como líder del vaticano.

Los cambios que no llegan

Sin perder la cautela, como cardenal de Buenos Aires Bergoglio nunca temió a criticar las reformas del Gobierno en sus homilías, a las que jamás asistieron miembros de la Casa Rosada desde la llegada de los Kirchner.

Su distancia con el Gobierno quedó visible en 2005 cuando el propio Néstgor Kirchner se negó a participar del Tedeum del 25 de mayo y prefirió trasladarse a Santiago del Estero.

Por esa época comenzaron la circular versiones sobre su supuesta complicidad con la última dictadura militar a través de documentos interpretados por el periodista Jorge Verbistky.

La fecha no fue casual: en abril de 2005 Bergoglio estuvo cerca de convertirse en Papa tras la muerte de Juan Pablo II, pero el concilio del vaticano optó por el alemán Joseph A. Ratzinger.

A Kirchner parecía no gustarle la idea de un papa argentino. Ahora, con el hecho consumado, Cristina no tuvo más remedio que mostrarse amena con Francisco y dejó perplejos a los suyos cuando viajó a Roma y se fotografió con él.

Y en la justicia creen que fue el inicio de una moderación de la presidenta en su etapa de sintonía con la iglesia. El freno a la reforma judicial sería el primer cambio.

Sobre todo porque, creen en la Rosada, los cambios anunciados en tono rimbombante por Cristina no tendrían mayores beneficios para este Gobierno

“No sé cuál es el negocio. Los camaristas de Casación no se nombrarán en menos de tres años, o sea, los va a tener un próximo Gobierno para ir contra nosotros. Encima nos seguirán acusando de manejar a gusto los tribunales”, señalan.

Los proyectos llegaron a Cristina de la mano de Verbitsky, la procuradora Alejandra Gils Carbó y el juez de casación Alejandro Slokar, entre otros. Y la presidenta no tomó en cuenta que los beneficios no serían tales y los antecedentes, encima, no son los mejores.

Por caso, la justicia nacional aún está transfiriendo algunos órganos a la ciudad y en esa transición la cámara de casación penal nacional nunca fue completada, lo que le valió al Gobierno un reclamo de la Corte, que ahora volverá sentirse si abren cámaras similares en otros fueros.

En el Gobierno también hizo ruido la estadística que indica que el kirchnerismo nombró a la mayoría de los jueces más importantes, como los de la Cámara en lo contencioso administrativa, nada menos que la que lleva juicios contra el Estado.

Además controla a muchos jueces federales y maneja a gusto la casación penal. “¿Tiene sentido avanzar con un esquema tan profundos que no se completará en varios años?”. Es la duda que no resolvió Cristina, mientras en el Congreso sus legisladores no saben con qué agenda volverán de semana santa.

Informe: LPO

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