jueves, 14 de marzo de 2013

DOS CARAJOS DE SEGURIDAD [...y con esta entrega, un pucherito de Doña Clota]

Por Martín Risso Patrón
«A la gente no le importa dos carajos la seguridad»
[Tte. Cnel. Médico D. Sergio Berni - Secretario de Seguridad de la República Argentina]

Primero lo primero 

Que se han instalado la procacidad y la soberbia en la boca pública de los funcionarios nacionales, ya nadie lo niega. Lo que además sorprende, es que ahora vienen acompañadas de estupidez, mucha estupidez. Los dichos del Teniente Coronel Médico del Ejército Argentino Sergio Berni en declaraciones a radio La Red confirman ambas cosas, con valor agregado: La impudicia politiquera de la sucia campaña.

Lo sucedido en Junín [provincia de Buenos Aires], inevitablemente conjuga dos situaciones del insondable estado de anomia que aqueja a la sociedad argentina. Una, la desolada realidad de que la vida de unos está en las manos de otros, que disponen de ella a su antojo; la otra, el desparpajo con que se sale a quemar todo lo quemable, destruir todo lo destructible, ensuciar todo lo ensuciable, con el agregado que está instalada la sospecha de que tales situaciones son comandadas desde algún centro de poder interesado [sea de un lado u otro de la realidad social].

Finalmente, la increíble replicación que se observa en tiempo real, de la violencia de los dos tipos señalados.

Los dos carajos del teniente coronel Berni

Este impresentable personaje de la escena nacional, formado académica y militarmente, una suerte de superhéroe mediático de esos que andan volando con los calzoncillos fuera, insulta a la paisanada poniendo en su mente y su palabra [las de la paisanada] justo lo opuesto a lo que piensa y dice, cansada. En realidad, interpreto que los dos carajos de Berni son: 1] “¡Carajo, dónde me metí...!” y 2] “¡Qué sensación nefasta de inseguridad tiene esta manga de imbéciles...!”. Ambas hipótesis tienen solución de continuidad entre sí, además que son expresivas de una explicación de cuán fallidos suelen ser los lapsus de quienes tienen la vaca atada, pero se les escapa la tortuga.

Lo que piensa, siente y dice la paisanada, en realidad está, también, en dos sustentables carajeadas: “No sé si volveré a casa esta noche, ¡carajo...!” y 2] “Al carajo con todo: Me compro un fierro y chau... por lo menos uno, seguro me lo llevo...”.

La violenta Cultura de ciertos “artistas”

Luego de semanas de ocupación del icónico Teatro General San Martín de Buenos Aires por parte de “artistas defensores de la Cultura”, Macri, que no encuentra el camino de una respuesta saludable a las crisis, ordena la incursión policial para el desalojo. El martes a la nochecita, hubo jaleo y quedó destruido el San Martín, con bombas molotov, fierros y “fierros”, balas de goma y toda la parafernalia que ni la obertura 1812, vea.

Entrevistado un “artista” desalojado, el miércoles a la madruga, por radio La red, dijo “intento ser artista, soy laburante...”, para identificarse. Cuando el periodista le consulta acerca de si sabía que había una orden judicial legitimando el desalojo, respondió: “Así es... pero esto no es un problema judicial, es un problema político”, etcétera. Hasta las manos. Estamos hasta las manos, digo. O esto es anomia pura, o Francisco Papa no es argentino. Y a propósito de esto: Para protestar, ya no se utilizan piqueteramente los espacios abiertos.

Ahora la moda es incursionar en lugares públicos, cerrados, como el templo católico máximo de la Autónoma ciudad de BA, que fue ocupado con bombos, palos, banderas y agitaciones varias, para reclamar ¡por la Educación...!

Bonus extra: Pucherito de Doña Clota

Jorge Mario Bergoglio SívoriFranciscus Pontifex Maximus. Jesuita, sagitariano, técnico químico, hincha de San Lorenzo de Almagro y hombre de a pie. Cumple con aquello de Nostradamus y Malaquías: El Papa Negro. Históricamente los seguidores de Loyola son “los negros”; de hecho, su General cuando es electo por la Orden, suscita una gran atención de la Curia vaticana, que le adjudica un valor simbólico de papado a tal jerarquía, llamándoselo el Papa Negro [por lo de la sotana, claro está]. Innovadores y reformistas, los jesuitas, fueron siempre los excluidos del proyecto colonizador español y sometidos al silencio. Fungen aparte de los hábitos, profesiones profanas, contándose entre ellos psicólogos ingenieros, arquitectos, abogados, técnicos, médicos, etcétera. El Gran Maestre de la Masonería Argentina Ángel Jorge Clavero, saludó públicamente el advenimiento de Francisco.

Nicolás Maduro Moros, presidenciable venezolano actual, obtuvo esta increíble conclusión: Nosotros sabemos que nuestro comandante ascendió hacia esas alturas y está frente a frente a Cristo, alguna cosa influyó para que se convoque a un papa suramericano, alguna mano nueva llegó y Cristo le dijo bueno llegó la hora de América del Sur, así nos parece". Ocioso será formular algún comentario.

Alejandra Gils Carbó, primera espada judicial en manos del Ejecutivo, no paga impuesto a las ganancias, y la Corte de Justicia, a la que ella le exige tal tributación, se lo recordó amablemente. Miró para otro lado [ella].

Empresa brasilera retira fabulosa inversión minera que estaba iniciando en obras en Argentina. Miles de desempleados. Motivos: La galopante inflación, que torna insostenible cualquier esfuerzo empresario. Ella y su claque: Muy enojados. Van por más.

Eso es todo: Parece que es verdad, Dios es argentino.


[Edición impresa: Semanario Nueva Propuesta del viernes 15-M-13]

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