sábado, 9 de marzo de 2013

Dilma Rousseff se ubica entre el luto y cierta distancia con el legado de Hugo Chávez

Dilma Roussef trata de marcar cierta
distancia con el legado de Chávez.
Brasil La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, está tratando de tener una posición más moderada en el izquierdismo latinoamericano porque quiere atraer a inversionistas y diplomáticos. Por eso, la mandataria brasileña expresó su admiración por el líder venezolano Hugo Chávez, pero también deliberadamente añadió que Brasil "no estaba del todo de acuerdo" con las políticas más duras del fallecido presidente. Distancia con el legado de Chávez.

Tras dejar Venezuela esta semana luego de una ceremonia fúnebre por el presidente Hugo Chávez, la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, una vez más trató de trazar una marca más moderada en el izquierdismo latinoamericano y enviar así una clara señal a inversionistas y diplomáticos.

Rousseff comenzó una delicada danza entre el luto y una cierta distancia con el legado de Chávez apenas unas horas después de la muerte del mandatario venezolano ocurrida el martes.

En un discurso, Roussef expresó su admiración por el líder socialista, pero también deliberadamente añadió que Brasil "no estaba del todo de acuerdo" con muchas de sus políticas más duras.

Rousseff y su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, han llevado a cabo en los últimos 10 años políticas económicas mucho más pragmáticas que Chávez, que era conocido por arremeter contra Washington, expropiar empresas e intimidar a sus rivales.

Personas cercanas a Lula y Rousseff han dicho que ellos admiraban genuinamente a Chávez y sus políticas hacia a los más pobres, y que estaban devastados por su muerte producto de un cáncer a los 58 años.

Sin embargo, ambos tuvieron también numerosas oportunidades durante la semana para resaltar cortésmente los desacuerdos con Chávez que, según las autoridades, forman parte de una sutil campaña para trazar una distinción entre Brasil y Venezuela a los ojos de la comunidad internacional y de los líderes empresariales.

"El mensaje es simple: 'somos diferentes'", dijo a Reuters un funcionario brasileño bajo condición de anonimato.

"Sí, nosotros respetamos muchas de las cosas que hizo (Chávez), y tenemos una causa común (...) Pero Brasil no es lo mismo que Venezuela", agregó.

Este mensaje podría reforzar la reputación de Brasil como un líder entre los gobiernos de América Latina que en los últimos años han abrazado un izquierdismo más moderado, mezclando sólidas políticas sociales con principios de libre mercado.

Mayor influencia

Diplomáticos en Washington y en Europa también observan cuidadosamente a Brasil, en momentos en que el gigante sudamericano busca una mayor influencia en el mundo y un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Rousseff y Lula viajaron a Caracas el jueves y se unieron a una larga lista de líderes que participaron en los funerales de Chávez.

La presidenta brasileña también ofreció al presidente en funciones, Nicolás Maduro, asistencia no financiera en los próximos meses si gana las elecciones para suceder a Chávez, dijo un funcionario.

La oferta incluye técnicos brasileños del programa de vivienda pública "Mi Casa, Mi Vida" para ayudar a trabajar en proyectos similares en Venezuela.

Sin embargo, tanto Rousseff como Lula dejaron Venezuela antes de una ceremonia fúnebre programada para el viernes a la que asistieron dignatarios de más de 30 países, incluyendo algunas figuras polarizantes como el presidente cubano Raúl Castro y el iraní Mahmoud Ahmadinejad.

A diferencia de Lula, que fue cercano a Ahmadinejad, Rousseff ha evitado contactos con el presidente iraní desde que asumió el cargo en el 2011 debido a que su Gobierno busca hacer hincapié en el valor que tienen las democracias firmes y el respeto de los derechos humanos.

Un miembro de la delegación de Brasil envió el viernes un mensaje en Twitter poco antes de la salida del sol, donde dijo que su avión acababa de aterrizar nuevamente en Brasilia.

La presidenta argentina Cristina Fernández también estuvo ausente en la ceremonia del viernes, aunque ella atribuyó su pronto regreso a Buenos Aires a razones de salud.

Informe de Anthony Boadle. Editado por Rodrigo Charme para Reuters

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