José Manuel de la Sota pide "un poco de serenidad" por los escraches. |
José Manuel de la Sota pidió a "todos" los
sectores políticos, aunque en particular al Gobierno nacional, tener "un
poco de serenidad" para evitar situaciones de tensión como las que sufrieron
el vicepresidente Amado Boudou y el viceministro de Economía, Axel Kicillof.
El gobernador de Córdoba reclamó "poner freno" a
la confrontación y opinó que "necesitamos todos tener un poco de
serenidad, principalmente quienes gobiernan", ya que "si en vez de
aceptar cuando hay una crítica, el Gobierno responde con mayor virulencia, se
está fomentando un clima que cada vez es más intolerante".
En diálogo con Radio Mitre, De la Sota aseguró que "no
he visto a ningún país en el mundo que haya progresado estando dividido,
estando separado, menos cuando se lo hace desde el Gobierno (…) la gente no
quiere peleas entre los políticos, quiere soluciones". "¿Qué le
importa a un vecino de la ciudad de Buenos Aires, de cualquier ciudad del país,
si el intendente es radical o peronista, o del PRO, o socialista, si la
presidenta es kirchnerista, si el gobernador de su provincia es peronista? A
ese vecino lo único que le importa es que les resuelvan los problemas con los
que se despierta toda las mañanas", planteó.
De la Sota lamentó además el "estado de
intolerancia" que se vive y remarcó que "eso es muy malo porque
realmente las familias se encuentran en situación a veces de no querer reunirse
para no ver como se enfrentan unos a otros sus miembros" y recalcó que los
episodios del domingo contra Boudou y Kicillof son "señales de
atención".
"Cuando el fanatismo reemplaza las convicciones, el
fanatismo aniquila las convicciones y el diálogo. Con una persona con
convicciones fuertes usted puede dialogar y ponerse de acuerdo, o no, pero
siempre en un marco de respeto. El fanático no acepta otra manera de pensar y
ahí es cuando se complican las cosas", agregó.
Quien también se refirió a este tema fue el gobernador
bonaerense Daniel Scioli, quien pidió que "todos contribuyamos a la
armonía". Además, advirtió que "no puede pasar que la gente se
empiece a enojar con la política".
Ayer, dos funcionarios nacionales la pasaron mal en
diferentes situaciones. Amado Boudou fue silbado y insultado en un acto oficial
que compartió en Santa Fe con el gobernador Bonfatti. En medio de un discurso
que culminó casi a los gritos para tapar los abucheos, el vicepresidente debió
escuchar gritos de "ladrón" de los asistentes a la celebración por
los 200 años de la Batalla de San Lorenzo.
En tanto, Axel Kicillof fue increpado en un barco de
Buquebus, cuando viajaba de regreso a Buenos Aires desde el puerto de Colonia.
Según las versiones, los pasajeros comenzaron a insultarlo y le recordaron el
cepo al dólar que complica los viajes al exterior. Esta situación, obligó a que
la tripulación lo refugie, junto con su familia, en la cabina del capitán.
Informe: LPO
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