Ricardo Darín recibió la respuesta presidencial a través de una carta. |
Sin responder sobre el origen de su riqueza, la presidenta
Cristina Fernández de Kirchner le escribió una carta al actor Ricardo Darín
quien había cuestionado, precisamente, la fortuna de la jefa de Estado y de su
marido, el fallecido presidente Néstor Kirchner. A través de su cuenta en
Twitter y Facebook, la Presidenta se dedicó a pregonar que “nunca en toda la
historia política de la Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones
Juradas de un funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad
que a las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner”.
Además, la mandataria se declaró “cholula” de las películas
protagonizadas por Ricardo Darín.
El texto completo de la carta de Cristina al artista, es el
siguiente:
El Calafate, 5 de
enero de 2013
Estimado Ricardo Darín
De mi consideración,
Quiero en primer término
felicitarlo una vez más por su trayectoria artística y por haber dado al cine
argentino memorables actuaciones. Entre otras, El Secreto de sus Ojos y un
Cuento Chino me parecen interpretaciones, sobre todo esta última, que no sólo
evidencian su enorme talento sino que han logrado premios y reconocimiento
internacional a nuestro cine.
¿No sé si sabe que soy
una cinéfila total?
Pero bueno, como usted
imaginará no le envío la presente sólo para comentarle la cartelera
cinematográfica. Si. Acertó. He querido escribirle luego de leer en varios
periódicos del día de hoy sus inquietudes e interrogantes: “Declaraciones sobre
política del protagonista de la Luz de tus Ojos. Darín: Que alguien me explique
el crecimiento patrimonial de los Kirchner”, titula hoy Clarín en página 24. Se
ve que quien escribe la columna, que por otra parte no tiene firma, no ha visto
sus películas, no por lo menos la que yo considero una de las más lindas,
porque confunde el título. Vio. Nada que ver.
No quiero apartarme de
una de las cuestiones centrales de sus preocupaciones: “Que alguien me explique
el crecimiento patrimonial de los Kirchner”.
Es obvio que, por
razones de público, notorio y doloroso conocimiento, - esto último por lo menos
para algunos argentinos -, la única que le puede responder soy yo, Cristina. Y
es precisamente una de las razones que más me movilizaron y decidieron a
hacerlo. Es tan difícil que alguien que no está pueda defenderse que usted
entenderá los motivos por los que le escribo.
Ricardo, permítame llamarlo
por su nombre de pila como usted lo hace conmigo en su entrevista en la revista
Brando, porque es más amigable y aleja toda posibilidad de pelea y
confrontación que tanto parecen afectarlo. No quiero imaginar cómo se sentiría
usted si alguien llevara carteles escritos por la calle insultándolo, deseando
su muerte o festejando la de su compañero de toda la vida como me ocurre a mi
en algunas manifestaciones opositoras. ¿Nunca vio alguna? Seguro que sus
múltiples ocupaciones y compromisos propios de un artista exitoso le restan
tiempo para una observación más completa de la realidad, pero no se preocupe,
tampoco es culpa suya, seguramente los medios que usted lee no publican esa
información.
Pero sigamos con el
tema del crecimiento patrimonial. Quiero decirle que no ha habido funcionarios
públicos, sean políticos, gobernadores, legisladores, intendentes, jueces o
jefes de gobierno más denunciados penalmente e investigados por la justicia
argentina en materia de enriquecimiento, que quien fuera mi esposo y compañero
de toda la vida, y quien le escribe. No sólo se investigó a fondo sino que
también se designó al cuerpo de peritos de la Corte Suprema de la Nación para
que realizara pericias contables, que duraron meses, y concluyeron que no se
había cometido ningún acto ilícito, lo que obligó al juez a desestimar las
denuncias.
Nunca en toda la
historia política de la Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones
Juradas de un funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad
que a las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Ríos de tinta,
fotografías, y todo lo que uno pueda imaginar en torno a una Declaración
Jurada. Lo desafío a que intente encontrar lo mismo de algún funcionario
público opositor ma non troppo, juez, gobernador, legislador o intendente.
Mire Ricardo, sin ir
más lejos hoy otro diario, La Nación, propietario de la revista Brando donde
usted formuló las declaraciones que llamaron mi atención, publica en su página
16 un reportaje al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
No sólo me enteré de que mantiene sus ahorros en dólares (está en todo su
derecho a hacerlo) sino que cuando el periodista le preguntó por el monto de
sus divisas, se rehusó a contestar y declaró que el monto figura en su
Declaración Jurada, que es pública. En un apartado de la nota los periodistas
se se muestran luego sorprendidos porque además, cuando pretendieron acceder a
la información, no se les permitió hacerlo.
Nadie parece
preocuparse por ninguna otra Declaración Jurada que no sea la de “Los Kirchner”
(sic). Sólo se conocen fotos de las casas en que vivíamos nosotros, y ahora
habito solamente con mi hija. ¿Se publican fotos de las casas de gobernadores,
jueces, altos magistrados, intendentes, concejales, legisladores actuales o de
mandato cumplido? Sin embargo todo el país conoce mi casa, la de Rio Gallegos,
y a pesar de que a pocas cuadras y en el mismo barrio viven dos legisladores de
la oposición en casas mucho más importantes que la mía, nunca se vió una foto.
¿No le parece raro, Ricardo? Ni hablar de mi casa de El Calafate. Vió que los
medios nunca van al Delta, Punta del Este, Miami. ¿Es extraño verdad?
Siempre me pregunto
por qué siguen también la vida de mis hijos, dónde van, con quién, y nadie
parece preocuparse de la vida rumbosa que esposas, hijos, hijas y otras yerbas
de otros políticos llevan adelante en fiestas y viajes permanentes que parecen
no tener fin. ¿No le llama la atención? Me parece que las personas con tantas
inquietudes e interrogantes deberían observar estas cosas. Pero sabe qué,
después de todo, el haber sido y seguir siendo los únicos funcionarios públicos
observados y fotografiados con tanta tenacidad, nos ha permitido demostrar que
vivir en un país donde el único político investigado es el Presidente (o la
Presidenta, como me gusta decir a mi), significa que vivimos con la más
absoluta libertad. Eso sí, con la información más retaceada sobre otros
funcionarios.
Sería bueno, sano y transparente
para el sistema democrático si todas las Declaraciones Juradas de gobernadores,
intendentes, jueces, magistrados, ministros de la corte, estuvieran a
disposición de toda la sociedad, publicadas, analizadas y publicitadas como
siempre lo son las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Usted quería que
alguien le explicara. Ya se lo hemos explicado a la Justicia y a peritos de la
Corte. Descarto, Ricardo, que usted confía en la Justicia. Usted mismo fue
acusado y detenido por un juez en marzo de 1991, por el delito de contrabando
de una camioneta que ingresó al país con una franquicia especial para
discapacitados. Perdón, no le deseo el mal a nadie, pero menos mal que no
estábamos “Los Kirchner” en el gobierno, o hubiera sido considerado una
persecución política. ¿Lo recuerda? La verdad yo lo había olvidado, con tantas
cosas en la cabeza, pero hoy entré a clarín.com y leí la nota “Un fallo
benefició a Darín”, algunos de cuyos párrafos le transcribo:
Los jueces de la Sala
A de la Cámara, Nicanor Repetto y Edmundo Gendler, consideraron que por el paso
del tiempo la acusación contra el actor está prescripta. Pero se preocuparon
por aclarar que el actor sabía que estaba comprando la camioneta en forma
irregular.
"Debe descartarse
bajo todo punto de vista la buena fe de la compra", apuntaron los jueces.
Y advirtieron que el actor "tuvo una actitud claramente responsable".
Lo que leí y me llamó
la atención en la entrevista de Brando, es su convocatoria a una
reconciliación. Y disculpe si le digo que soy yo la que me gustaría que
explicara que significa para usted “reconciliación” (no se sienta presionado o
intimidado, si prefiere no hacerlo está en todo su derecho). Porque no vivimos
en un país niño, como ha dicho usted y es el título de la nota de la revista
Brando, sino en un país democrático donde cada uno es libre de decir lo que se
le de la gana, y le aclaro que me encanta vivir así y no como lo hicimos
durante los años de la dictadura. Por eso, ¿Cómo llamaría usted a un país donde
nadie hablaba excepto las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo? Si este es un país
niño, ¿aquel qué sería, un país in vitro?
Sigamos con el tema de
la reconciliación. Me interesa saber a que qué se refiere. ¿A los juicios de
lesa humanidad? Porque ha habido alguna jerarquía eclesiástica que se ha
referido a terminar con los juicios por la memoria, verdad y justicia
utilizando justamente el término “reconciliación”. O tal vez usted se refiera a
que me reconcilie con quienes me desean la muerte, festejan la de Néstor o les
gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir que cesen los insultos, las
agresiones, los golpes a periodistas o la falta de respeto a la voluntad
popular?
La palabra
“reconciliación” goza de múltiples acepciones. ¿Con quiénes deberíamos reconciliarnos?
Porque créame, no estoy peleada con nadie, aunque sí es público y claro que
existen diferencias de pensamiento con respecto a nuestro proyecto de país,
políticas públicas, la memoria, verdad y justicia... y eso es vivir en un país
democrático. No ponerse de acuerdo también es un derecho, como lo es resolver
de acuerdo a la voluntad y responsabilidad que el voto popular le ha asignado a
cada uno, sin la menor soberbia, simplemente con la responsabilidad que me
otorga la Constitución Nacional.
Usted define que el
problema de nuestro país es la falta de “tolerancia”. Hubo un tiempo en que yo
usaba esa palabra, sin embargo me di cuenta de que la significación de tolerar,
era algo así como que te aguanto porque no me queda otro remedio, entonces decidí
cambiarla por “aceptación”. Aceptar al otro, al diferente, al que piensa y
actúa diferente. Piénselo, es más positivo que tolerar.
¿Recuerda usted algún
otro momento del país con tanta libertad, libertad de palabra, de pensamiento y
de acción?¿Recuerda usted que se haya tratado a un Presidente de la Nación como
se me trata a mi desde medios, dirigencia opositora, etc.? No crea que me
molesta, yo he vivido cuando era joven otro país que era el que cantaba Charly
cuando decía “Los que están en los diarios pueden desaparecer, los que están en
la radio pueden desaparecer, los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los
dinosaurios van a desaparecer”. Afortunadamente ya no estamos en esa etapa del
país, aunque algunos dinosaurios resisten, atacan, impiden y algunas cosas
peores. Estoy segura de que a usted los dinosaurios tampoco le gustan.
No lo distraigo más.
Usted se preguntará y esta mujer, con todo lo que tiene que hacer, se ocupa de
escribirme... Y debo reconocer que soy un poco cholula y usted es uno de mis
actores preferidos. Hoy es sábado 5 de enero, víspera de Reyes, estoy en El
Calafate, leí los diarios y me pregunté, por qué no explicarle a Ricardo Darín,
algo que lo tiene tan preocupado.
Con todo mi respeto y
admiración.
Cristina Fernández de
Kirchner
Presidenta de la
Nación Argentina
P.D.: Podría haberle
contado también como se encontraba nuestro país en mayo de 2003 cuando Néstor
Kirchner asumió con apenas el 22% de los votos, pero como nunca lo había
escuchado hacer declaraciones políticas antes, en su extensa y exitosa
trayectoria, supongo que debía estar más de acuerdo con el otro país que con
este. No lo tome como reproche, está en todo su derecho. Ah! Me dijeron que su
nueva película, un thriller (le aclaro que me encantan), es muy buena y desde
ya me atrevo a recomendarla. Atentamente y con la misma consideración de
siempre.
<Personalmente, no escribiría nunca una misiva con tanta mezcla de ideas que van y vienen. Unas veces positiva y otras no. Se unen aquí recuerdos propios. Ajenos y también sucesos inherentes a la vida del actor. Que no tienen nada que ver con la cuestión por la cual se responde al mismo. Sea cual fuere la intención de la Señora Presidenta al responder. Salvo destacar que su patrimonio fue debidamente investigado en tiempo y forma. Todo lo demás que dice no es interesante. Que ella guste de las películas de Darin. Tampoco es algo que sea del interes del pueblo. Sí la intención fue esa. No tiene sentido. Ni pies ni cabeza. Antes de escribir hay que pensar porque se escribe. Dado que las palabras no se las lleva el viento. Sobre todo sí como actualmente se pueden repetir y repetir in eternunm, gracias a la tecnología que nos rodea. Todos a veces cometemos el error de apresurarnos a decir lo que pensamos y no encontramos las palabras. Creo que la carta no parece redactada por una persona que paso por la universidad.
ResponderEliminarMás allá o más acá de las apreciaciones personales a sí misma y su familia. Parecería que la carta la redacto otra persona. Bastante ignorante por cierto.
Me imagino que Darin se debe haber quedado perplejo al leerla. Porque hablar de la época del proceso... y de tanta historia. Para no decir nada en concreto.
Lástima. No da para más. Es lo que hay como dicen acá y sinceramente. Yo no le escribiría nunca más a una persona que responde tan arteramente.
Siempre hay que contar con los servicios de un Estudio Contable que ayude a atrapar las estafas que le puedan querer ocasionar a una empresa.
ResponderEliminar