Rubén Giustiniani (der.) quiere poner distancia de Hermes Binner. |
Rubén Giustiniani macera la posibilidad de cobrarse todas
juntas las facturas que le quedaron pendientes, cuando Hermes Binner cortó su acceso
a la gobernación santafesina con la candidatura de un entonces muy poco
conocido Antonio Bonfatti.
La crisis del narcotráfico que tiene cocinándose a fuego
lento al socialismo gobernante y que ya produjo visibles choques entre el
gobernador Antonio Bonfatti y la intendenta rosarina Mónica Fein, le brinde
acaso a Giustiniani la oportunidad de devolverle a sus socios políticos viejos
favores no deseados.
Giustiniani, derrotado en la última interna por el
binnerismo que le arrebató la candidatura a gobernador, logró mantener un
espacio de poder en el Concejo Deliberante de Rosario donde cuenta con el
presidente del cuerpo, Miguel Zamarini.
Antes de las fatídicas internas, este senador era mencionado
como candidato puesto para suceder a Binner en la provincia, ya que manejaba
las riendas del aparato partidario y poseía mayor inserción territorial. Sin
embargo, el enorme prestigio de Binner bastó para posicionar a Bonfatti y
derrotarlo en las internas abiertas, malogrando de manera muy explícita la carrera
política del senador.
Ahora, que el socialismo gobernante está en baja,
Giustiniani podría darles un golpe de gracia en Rosario, armando listas
separadas para las legislativas de este año.
Según confiaron a LPO fuentes partidarias, hay
conversaciones avanzadas entre el socialista Zamarini y la concejal radical
María Eugenia Schmuck para presentarse este año con listas separadas a las del
frente radical-socialista que gobierna la ciudad y hegemoniza el sector de
Binner.
Nueva ruptura
Schmuck representa una importante franja juvenil
universitaria alineada en la Franja Morada pero que también ha sabido articular
presencia territorial. Si el acuerdo prospera, el sector de Giustiniani ganaría
en márgenes y podría despegarse de las responsabilidades políticas de la crisis
en seguridad y volver a la mística socialista de la que Binner escapa. Sería la
primera gran ruptura luego del alejamiento del “Tigre” Cavallero y una apuesta
muy fuerte, aunque vital, a la hora de analizar qué lugares les reconocerían en
el armado de lista de cara al 2013.
Para Schmuck, el panorama es menos conflictivo. Las
expresiones del radicalismo abarcan un amplio espectro: desde los más alineados
al socialismo hasta los dirigentes que consideran que la fuerza de Binner los
ha relegado y nunca les reconoció el lugar que el partido se merecía. Este
último sector está creciendo de la mano del concejal Jorge Boasso.
Desde el bloque radical confirmaron a LPO los rumores de un
posible acuerdo en tanto que los socialistas –fieles a su estilo- fueron más
cautos y prefirieron “esperar unos días” antes de empezar a hablar de
estrategias electorales.
Informe: LPO
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