Por Ignacio Fidanza |
En ese marco, se despliega una guerra de nervios que quedó
expresada hoy en el furibundo ataque del ministro de Justicia, Julio Alak, a
los integrantes de la Cámara Civil y Comercial. La embestida responde a una
información que por estas horas manejan en la Casa Rosada: Ese tribunal ya
tendría resuelto concederle a Clarín una extensión de la cautelar.
No es casual que esa Cámara concentre la furia del
kirchnerismo. Meses atrás, cuando la pelea con Clarín empezó a enfilar hacia
ese tribunal, un integrante kirchnerista del Consejo de la Magistratura se
sinceró: “Sino colonizamos la Cámara Civil estamos listos, Clarín viene
trabajando hace años ese fuero”, y luego de un largo silencio, agregó
apesadumbrado: “yo creo que no llegamos, no nos dan los tiempos”.
La Cámara Civil rechazó en las últimas horas todas las
recusaciones contra sus miembros que había planteado el gobierno –que hoy las
reiteró- y formó sala con los jueces Francisco de las Carreras y Susana
Najurieta, para que resuelvan si conceden o no la extensión de la cautelar de
Clarín que vence el 7 de Diciembre y que mantiene bloqueado el artículo 161 de
la ley de medios, que obliga al grupo a realizar un downsizing compulsivo.
Si la Cámara Civil le concede a Clarín la continuidad de
esta cautelar, al gobierno le queda la esperanza que el juez de primera
instancia en lo Civil y Comercial, Horacio Alfonso, dictamine sobre la cuestión
de fondo, esto es la constitucionalidad del citado artículo 161.
Fuentes judiciales explicaron a LPO que de ninguna manera
los plazos procesales le permitirían a Alfonso fallar antes del 7D. “Ayer
recién dio vista de la causa al AFSCA y hoy al fiscal, no hay manera que pueda
fallar antes del viernes”, explicaron las fuentes.
Se trata entonces de un rompecabezas judicial, que si se
mantiene en estas previsiones lograría aguarle a Cristina Kirchner el festival
popular que organizó para este fin de semana en el frente de la Casa Rosada
–hoy a la tarde se podía ver a los obreros montando la estructura tubular del
escenario- a modo de festejo por lo que considera el inicio de la jibarización
de Clarín.
Es que a los efectos prácticos, si la Cámara decide extender
la cautelar, esta se mantendría vigente al menos hasta que falle Alfonso.
Porque seguramente el gobierno apelaría esa decisión a la Corte, pero sería la
propia Cámara quien primero debería decidir si concede la apelación y luego la
Corte lo más posible es que insista en negarse a tratar ese tema –como hizo la
semana pasada- y vuelva a pedir que se resuelva la cuestión de fondo.
O sea, pasarían días, acaso semanas con la cautelar vigente
y en ese lapso podría fallar Alfonso. Algunos opinan que para abreviar este
trámite el gobierno podría apelar al per saltum, para llevar el caso
directamente a la Corte. Difícil. Fue una mala ley que hasta la propia Cristina
habría desechado.
De hecho, no parece casual que la Presidenta se haya negado
a estampar su firma en el decreto que vuelve operativa esa polémica norma, que
fue promulgada ayer “de hecho” por el cumplimiento de los plazos legales.
Fue una mala ley, entre otras cosas porque vino a
"consagrar" un instituto que ya existe. La Corte siempre tuvo en los
hechos la capacidad de abocarse a una causa cuando considera que hay riesgo
institucional –lo hizo, por ejemplo, con la privatización de Aerolíneas en el
gobierno de Carlos Menem cuando tomó la causa de un tribunal de primera
instancia-. En esa época no existía la ley de per saltum y nada impidió que la
Corte tomara esa causa.
Esta última creación del laboratorio kirchnerista lo único
que logra es dejar en evidencia al Ejecutivo en sus intenciones. Es decir, su
sanción le hizo pagar un alto costo político al Gobierno para casi nada, ya que
aún si la aplican van a terminar en el mismo lugar: la Corte. Además, quienes
conocen a los actuales integrantes del máximo tribunal, sostienen que
seguramente si la Casa Rosada apela al per saltum, el pedido sería rechazado
sin mayores contemplaciones y se ordenaría que las apelaciones sigan su curso
habitual.
¿Esto significa que ganó Clarín? No esta claro. En
tribunales hay opiniones divididas, pero experimentados abogados sostienen que
ante un fallo de Alfonso sobre la cuestión de fondo la cautelar eventualmente
prorrogada, caería de manera inmediata. Y casi no hay dudas que al final del
camino, Alfonso se pronunciará a favor de la constitucionalidad del artículo
161.
Por supuesto, que en esa instancia Clarín también podría
apelar ese fallo de Alfonso, pero le sería cada vez más difícil lograr que se
reponga una cautelar que la Corte ya dijo –en dos ocasiones- que vence este
viernes.
Es en esta compleja maraña procesal que se viene librando
otra pelea acaso más interesante. Aquella que se vislumbra en las contorsiones
de la Corte y buena parte del Poder Judicial para afianzar su rol en el sistema
como un poder autónomo.
Por eso, el máximo tribunal rechazó de manera vehemente las
recusaciones masivas que ensayó el gobierno en las últimas semanas. Y no sólo
eso. Ayer la Casa Rosada tuvo su día negro en Tribunales. La Corte sacó tres
fallos lapidarios para el Gobierno: Ratificó que debe otorgarle parte de la
pauta oficial al diario Perfil; condenó al Pami por no cumplir con el derecho
de acceso a la información y falló contra la Anses en los juicios de los
jubilados.
Un mensaje demasiado claro, que no necesariamente significa
que el tribunal esté más cerca de Clarín.
© LPO
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