Por Martín Risso Patrón |
[Principio jurídico vigente, originado en el Derecho Romano]
«...Una mafia...» [Refiriéndose a los Jueces de la República que
fallaron en contra de la voluntad del Régimen]
[Gustavo López, funcionario de 4ª línea -o más abajo- de la Casa Rosada, et.
al., varios]
“Iustitia est regina virtutis” - [Marco Tulio Cicerón]
Ya que estamos embelesados con los latinazgos, leamos a Cicerón: “La
justicia es la reina de las virtudes”, dixit. Cosa que al
Régimen nac&pop&monto no le interesa un comino,
parece. Desde hace bastante tiempo que ha demostrado una verdadera y cerril
vocación de hacer lo que se le da la gana con los bienes y haciendas públicos,
y por si ello fuera poco, también con pertenencias privadas. Y para lograrlo,
como los caminos institucionales prevén el recurso de la Justicia por parte de
todos los judiciables [he dicho: todos... personas físicas,
personas ideales, y el mismo Gobierno], manotean de la manera más procaz los
delicados hilos con que la República teje el firme entramado de la Justicia.
¡Que...! ¿No? A ver: Dos situaciones emblemáticas nos ayudan a visualizar lo
que intento enunciar: Apartan jueces cuando no quieren perder con las
sentencias... Eligen jueces cuando quieren ganar con las cajoneadas...
Un hecho
que toca el riñón del razonamiento matemático estadístico, dejándolo malherido,
nos dice que, en los tribunales federales, las leyes de la probabilidad han
demostrado ser nada más que constructos con que el Pueblo juega a los dados, y
en las escuelas y universidades no hacen más que divertir y distraer a los
investigadores, y fueron derogadas. El juez enamorado, abogado Norberto
Oyarbide, sale electo por el azar todas las veces según un
elemental criterio: Expedientes en los que el Gobierno o alguno de sus
ladronzuelos con sillón están involucrados, van a parar al Señor de los
Anillos... ¿se entiende? Desde Él y Ella [que
quedaron exculpados de enriquecimiento ilícito], hasta los valijeros, pasando
por los Schiavi, los Moreno, la Viejecita Mal Hablada, el Profesor Anti-blanco
y tanto puntero que quedará impune e inmune.
Si la Corte Suprema de Justicia osa intervenir dentro de sus facultades
constitucionales, y saliendo al cruce de los dichos del neomonto Diego Bossio
de que “resulta imposible pagar los juicios a jubilados porque no hay dinero”,
y exige a la administración agilizar los expedientes de reclamo legal y
legítimo de actualización de haberes, entonces la cúpula del Régimen se vuelve
en improperios contra los togados.
Al ministro de Justicia del Régimen no le quedaron jueces por recusar en
la cuestión del expediente “corpo”. Intervino la Corte, y la Cámara, a pesar de
los improperios de los impresentables de la administración emitió su dictamen,
y acá estamos. Embravecidos y embravecidas los corporativos y corporativas
capitostes y capitostas del Régimen, hoy es el día que se están atragantando
con el garrón inesperado.
Si la CN, en su artículo 109 establece claramente el viejo y querido
principio del “zapatero a tus zapatos” [¡...y ni hablar del 110!],
entonces no hay vueltas; cada uno a lo suyo, que en esto de la división de
Poderes, no hay perro con dos colas, y los jueces, intocables. La
Justicia, Ella, es una virtud. Pero también es un
Estado armónico de convivencia social, y por si esto fuera poco,es un
Valor supremo en la República, y en lo que a usted le toca, por ser
designada Presidente con el tan cacareado como insuficiente 54% [votos válidos
emitidos], pero electa al fin, la Justicia es un Servicio destinado al
Pueblo.
No me hable de fierros, por favor
Quiere hacerse la dura, pero no le da el cuero. Más ronca se
pone, más débil la veo. Los de adentro de la burbuja asienten y asienten.
Pero quisiera verlos cuando la cosa se ponga peliaguda con la inflación, la
Fragata, la corbeta, el dólar de cualquier color, los jubilados
caranchos y buitres que no se van a comer así no más el motete presidencial.
Nada. Pero lo que en realidad espeluzna es qué hará usted, Ella,
cuando sus ratas de peluche abandonen el juego, y La Mafia que
dicen sus locuaces obsecuentes se ponga a investigarla. ¡Pero usted me habla de
fierros...! ¿Es eso una amenaza...? Lo digo porque ese no es lenguaje para la
más alta magistratura de la administración del Gobierno republicano, y menos de
una mujer. ¿O usted llora cuando le conviene, y cuando le viene bien se apoya
en el lunfa impostado ese que, convengamos, no le sale muy bien? Todos sabemos
qué es un fierro...
Con la Justicia no se juega Doña Presidente de la República. Discipline, por favor, a sus
obsecuentes que hablan no sólo porque el aire es gratis, sino que se sienten
seguros [¿vio que eso de la sensación de seguridad a veces es
imposible de negar?] sólo porque todavía sus polleras, las de usted, soportan
tanto tironeo. Cobardes, inútiles, ineptos. Lávense la boca antes de
hablar de los Jueces de la República.
Jueces de la República que se hayan traicionado a sí mismos en el
sagrado Juramento de su investidura... más vale que rajen por tirante, antes
que deban acompañar a los que los corrompen, sean corpos o mascotas del Poder,
cuando suene el escarmiento. La Justicia es para todos. En el Derecho positivo, existen las Leyes
de la República, y éstas están para cumplirse y ofrecen los recursos previstos
para usarse con prudencia.
¿Sabe qué, Doña Ella? La Justicia nos mantiene unidos, y la
Constitución y sus leyes, están para regular esa unión. Ahora, si el gobierno
que usted preside no está dispuesto a cumplirlas, entonces corremos serio
riesgo de disolución... por aquello de que se deben respetar las reglas
de juego, so pena de dejar de existir por su inobservancia en razón de elementos
subjetivos, según el Brocardo latino que nos legaron los romanos. Entonces,
si deja de existir la república ¿qué tal?
¿O se lo digo en Griego Clásico?: La dureza de la Ley no es pa’
picones, Ella.
© MRP
0 comments :
Publicar un comentario