lunes, 3 de diciembre de 2012

Corpacci quiere que los catamarqueños voten en marzo, en abierto desafío a Cristina

La gobernadora Lucía Corpacci adelantaría
las elecciones legislativas en Catamarca,
desprendiéndose de las nacionales.
CatamarcaLa provincia de Catamarca podría realizar sus elecciones legislativas en el mes de marzo, según lo que la gobernadora Lucía Corpacci le habría comunicado a varios referentes del justicialismo. La mandataria no quiere acompañar a los candidatos nacionales de la Casa Rosada para evitar que la campaña se prolongue durante todo 2013. Además, Corpacci aprovecharía que los radicales están divididos y no correría el riesgo de que se unan antes de marzo.

Lucía Corpacci tiene previsto adelantar las elecciones legislativas de Catamarca para la primera semana de marzo, siguiendo una costumbre de los gobiernos radicales que siempre puso en apuros a los presidentes peronistas.

Fue el caso de 2009, cuando Néstor Kirchner, entonces candidato a diputado nacional, no soportó la dura derrota en la elección de esa provincia y ordenó adelantar las legislativas en todo el país, restándole margen a otros distritos para anticipar los comicios.

El año pasado Catamarca trajo las primeras buenas noticias para el kirchnerismo: después de más de dos décadas perdió el Frente Cívico y Social, una alianza de peronistas y fuerzas locales. Y lo hizo en manos de la kirchnerista Lucía Corpacci.

La entonces senadora nacional estaba 20 puntos abajo en las encuestas pero levantó en los últimos meses, apoyada en la buena imagen de la presidenta.

Pero ahora Corpacci no tiene intención de devolver gentilezas a la Casa Rosada y ya le advirtió a peronistas cercanos a su Gobierno que su intención sería que los cargos legislativos de la provincia se elijan en marzo.

No quiere que la campaña se extienda durante todo el 2013 y se atenúen los problemas económicos y de gestión, como el que afrontó con las marchas contra la explotación minera La Alumbrera.

La Constitución catamarqueña reformada varias veces tras el crimen de María Soledad Morales en 1990, que sepultó al peronismo hasta el año pasado, obliga a que los comicios locales sean en marzo o junto a los nacionales.

El radicalismo optó siempre por la primera opción y esta sería la primera vez que un gobierno peronista haga lo propio y desafíe a la Casa Rosada. Justo en un año en el que a Cristina le interesa sumar todos los legisladores nacionales posibles para llegar al número que le permita aspirar a una re reelección.

Relación poco sólida

El triunfo de Corpacci fue mostrado como un trofeo por el Gobierno pero luego la relación nunca fue sólida. La gobernadora sorprendió a los pocos días al ratificar con orgullo pertenecer a la familia Saadi, implicada en el asesinato de María Soledad.

En la oposición le cuestionan no haber aprovechado su pertenencia kirchnerista para lograr obras del Gobierno nacional. “En 20 años Catamarca fue la provincia olvidada y ahora parecía nuestra oportunidad. Pero no pasó nada”, confesó a LPO una fuente del peronismo catamarqueño.

Su desembarco no fue fácil. De entrada se enfrentó a su vicegobernador, Dalmacio Mera, por el reparto de poder en el Gabinete. Y pronto vinieron los incidentes con las manifestaciones que blanquearon también su decisión de no retocar la anticuada cúpula policial.

“Corpacci tuvo que armar un gabinete de urgencia porque ni pensaba que podía ganar. Prefirió no tocar ninguna estructura y quedó rehén del viejo esquema de poder”, señalaron a LPO fuentes de la provincia.

Por su fría relación con la Casa Rosada, la duda en el peronismo catamarqueño es si Corpacci resistiría un pedido de Cristina para mover las elecciones a octubre, cuando con Buenos Aires como estandarte la presidenta pretende revalidar su gestión en las urnas. Para esa fecha una de las candidatas que suena es la es la ministra de Educación, María Julia Acosta.

Una derrota en Catamarca sería un mal inicio para el Gobierno, aunque una victoria tal vez le de un empujón de arranque.

La esperanza de Corpacci es que se profundice la crisis de la UCR, divida entre la línea de los renovadores del ex gobernador Eduardo Brizuela del Moral y la Celeste, del senador Oscar Castillo. “Ella cree que si les da tiempo es peor”, cuentan en Catamarca. No saben qué piensa el Gobierno.

Informe: LPO

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