martes, 18 de diciembre de 2012

“A los empleados no se los obligó a ir al acto: solamente se les avisó porque muchos no sabían”

Ministro de Trabajo Rubén Fortuny
Especiales - En cuanto a explicaciones insólitas sobre irregularidades y sospechas varias, el romerismo y el urtubeycismo no se dan tregua en eso de justificar la estupidez y, principalmente, la perversión que enmarca el accionar de sus gestiones.

En primer lugar, Fernando Palópoli, el vocero del senador Juan Carlos Romero, intentó explicar cómo y por qué su jefe, siendo aún gobernador de Salta en 2007, utilizó el helicóptero sanitario para ir de pescar por las amorosas aguas del Bermejo. Palópoli no pudo zafar de la realidad y ésta le dio una tremenda cachetada mediática y moral.

Ahora, desde el lado del Gobierno, las huestes de Juan Manuel Urtubey no le van en zaga a Palópoli y buscan justificar lo inaudito: la orden a los empleados públicos para que concurran a un acto organizado por el Gobierno el pasado 9m de diciembre en la plaza Güemes.

La orden se emitió a través de un comunicado del Ministerio de Trabajo instando a los trabajadores públicos a concurrir a ese acto bajo advertencia de que su asistencia será controlada por planilla. El memo, tiene la firma de Luis González Campos y especifica que esa concurrencia debe hacerse “por expresa instrucción del Señor Gobernador de la Provincia de Salta, Dr. Juan Manuel Urtubey”, según reza la imagen de ese documento publicada por www.quepasasalta.com.ar

En la FM Cadena Máxima, el titular de la cartera de Trabajo, Rubén Fortuny, en una remake de Palópoli, se trabó la lengua asegurando que no hubo ninguna orden a los empleados para que concurran al acto. “Lo que se hizo fue avisarles de que había un acto porque muchos no sabían. Yo pedí simplemente que se avise, jamás se mencionó ni al gobernador” (sic).

Claro, ni los partes oficiales de prensa, ni las emisoras de radio, ni los diarios y muchos menos Internet tienen existencia real para la administración pública provincial, de tal modo que los empleados jamás pudieron enterarse de esa ceremonia oficial. ¡Parece increíble!

Pero Fortuny, más enterrado en su pobreza argumental, señaló que “se quiso acelerar el trámite porque no quedaba mucho tiempo y era más rápido un memorándum”. Además, tuvo un gesto de compasión: “El funcionario que firmó el memorándum presentó ayer la renuncia, porque se sintió mal por esto”. Le faltó agregar, como en las redes sociales: “Paaabreee…!!!”

Por suerte, Fortuny aclaró que a ese acto “fue el que quiso y no se tomó asistencia”, una concesión maravillosa de este funcionario.

Pero, como dice el portal www.noticias.iruya.com “ningún funcionario de la Administración se atrevería a invocar por escrito una orden verbal del Gobernador de la Provincia si esta orden efectivamente no hubiera existido. Es necesario ser muy estúpido para inventarse de la nada una orden del Gobernador cuyo contenido agravia la dignidad y la libertad de conciencia de los empleados públicos, pero hay que ser muchísimo más estúpido para poner esta orden por escrito”.

Todo es cuestión de buscar en el aire, lo que no existe en la razón: la explicación fútil de actos perversos que, precisamente, no tienen explicación.

Informe: Agensur.info

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