Ministro de Trabajo Rubén Fortuny |
En primer lugar, Fernando Palópoli, el vocero del senador
Juan Carlos Romero, intentó explicar cómo y por qué su jefe, siendo aún gobernador
de Salta en 2007, utilizó el helicóptero sanitario para ir de pescar por las
amorosas aguas del Bermejo. Palópoli no pudo zafar de la realidad y ésta le dio
una tremenda cachetada mediática y moral.
Ahora, desde el lado del Gobierno, las huestes de Juan
Manuel Urtubey no le van en zaga a Palópoli y buscan justificar lo inaudito: la
orden a los empleados públicos para que concurran a un acto organizado por el Gobierno
el pasado 9m de diciembre en la plaza Güemes.
La orden se emitió a través de un comunicado del Ministerio
de Trabajo instando a los trabajadores públicos a concurrir a ese acto bajo
advertencia de que su asistencia será controlada por planilla. El memo, tiene
la firma de Luis González Campos y especifica que esa concurrencia debe hacerse
“por expresa instrucción del Señor Gobernador de la Provincia de Salta, Dr.
Juan Manuel Urtubey”, según reza la imagen de ese documento publicada por www.quepasasalta.com.ar.
En la FM Cadena
Máxima, el titular de la cartera de Trabajo, Rubén Fortuny, en una remake
de Palópoli, se trabó la lengua asegurando que no hubo ninguna orden a los
empleados para que concurran al acto. “Lo que se hizo fue avisarles de que
había un acto porque muchos no sabían. Yo pedí simplemente que se avise, jamás
se mencionó ni al gobernador” (sic).
Claro, ni los partes oficiales de prensa, ni las emisoras de
radio, ni los diarios y muchos menos Internet tienen existencia real para la administración
pública provincial, de tal modo que los empleados jamás pudieron enterarse de esa
ceremonia oficial. ¡Parece increíble!
Pero Fortuny, más enterrado en su pobreza argumental, señaló
que “se quiso acelerar el trámite porque no quedaba mucho tiempo y era más
rápido un memorándum”. Además, tuvo un gesto de compasión: “El funcionario que
firmó el memorándum presentó ayer la renuncia, porque se sintió mal por esto”.
Le faltó agregar, como en las redes sociales: “Paaabreee…!!!”
Por suerte, Fortuny aclaró que a ese acto “fue el que quiso
y no se tomó asistencia”, una concesión maravillosa de este funcionario.
Pero, como dice el portal www.noticias.iruya.com “ningún
funcionario de la Administración se atrevería a invocar por escrito una orden
verbal del Gobernador de la Provincia si esta orden efectivamente no hubiera
existido. Es necesario ser muy estúpido para inventarse de la nada una orden
del Gobernador cuyo contenido agravia la dignidad y la libertad de conciencia
de los empleados públicos, pero hay que ser muchísimo más estúpido para poner
esta orden por escrito”.
Todo es cuestión de buscar en el aire, lo que no existe en
la razón: la explicación fútil de actos perversos que, precisamente, no tienen
explicación.
Informe: Agensur.info
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