Por Martín Risso Patrón |
«El diputado Rodrigo Cabezas, presidente del Parlamento
Latinoamericano, Capítulo Venezuela, informó que se realizará la jornada
mundial “Chávez tu triunfo será nuestra victoria”, en más de 100 capitales de
países en el mundo.»
[Artículo del periódico “Correo del Orinoco - la artillería
del pensamiento”, en su edición de Caracas del lunes 8 de octubre de 2012,
citando una entrevista de julio del corriente año].
Un triunfo como pa’ sopar
Así también lo dijo Cristina Fernández también, después de las
elecciones venezolanas, en una frase tuitera: “Tu victoria también es la
nuestra...”. Había obtenido el Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez
Frías, el domingo 7-O, una reelección más para gobernar el país sabanero y
caribeño con vistas a 20 años en el poder, con el casi esotérico 54% y un
poquitito más. Queda claro que, según los dichos del dirigente del
Parlatino volcados en el artículo de la artillería del pensamiento de
Caracas, se ha instalado “en más de 100 países del mundo” una
suerte de Nueva Internacional de la que no se sabe muy bien cuáles son sus
orígenes revolucionarios, a no ser que se infiera que, para la Revolución , hoy, sea
menester tener las cuentas ajustadas con los mandatos del Imperio yanqui.
Clarísimo. Venezuela es unos de los principales introductores de petróleo en
Norteamérica, pues Estados Unidos sigue siendo el principal comprador del fósil
energético venezolano, aunque Chávez ha diversificado, en los últimos 9 años la
clientela, con más ventas a China y a sus aliados en Latinoamérica y el Caribe,
y esto haya disminuido sus ventas al norte; no por causas de soberanía
política, por cierto, si no por imposibilidad de solventar tanta demanda yanqui.
El ministro venezolano de Petróleo, Rafael Ramírez, dijo el año pasado
que el país tiene la intención de mantener las exportaciones a Estados Unidos
en su nivel actual: “Tenemos contratos de largo plazo que cumplimos
estrictamente”, afirmó, según El Mundo, periódico digital venezolano,
[perteneciente a la
Cadena Capriles ] editado el lunes 8 de octubre.
Por estos lares, luego de la reincorporación de YPF a las filas
nacionales de la producción primaria, y encendidas las gargantas aún por las glorias al patrimonio
nacional, la denostación del expolio español de la producción, y la
exacerbación nacionalista sobreviniente, corriendo se fueron nuestros
negociadores a colgarse de la manga de la Exxon y de la Chevron para ofrecerles, en condiciones
ventajosísimas, la explotación de los fluidos nacionales.
Una Internacional cuyo ombligo es Caracas
El citado diputado chavista Rodrigo Cabezas resaltó que la
capital de Venezuela se convirtió en un espacio de encuentro para la izquierda
mundial. La izquierda del espejo. Si frente al ídem levanto el brazo
derecho, mi imagen me devuelve el saludo con el izquierdo, haga la prueba Doña
Clota. ¿Se entiende?
Los lenguaraces del régimen [actual de la Argentina ], andan ahora
con la cuchara de sopar, sopando en cada evento... ¡chochos... mire vea...! El
Inefable Morocho Odiador de Blancos, de envidiable retórica, maestro de la
discriminación fascista, Luis D’Elía, muy culi suelto, afirmó que tras
la reelección de Chávez “...no tendría que haber ningún impedimento legal
para la voluntad popular”, hacia una nueva instalación de Ella en
la Rosada , en
el 15. Como si alguna relación lógica tuviera pretender unir la Biblia y el Calefón. Lo
dijo en uno de los 100 países que, dicho sea de paso, incluyen a Siria y a
Irán. O sea.
Los redactores de los mandatos de las Internacionales socialistas, las
verdaderas, las históricas, se estarán revolviendo en sus gélidas sepulturas
moscovitas, vea.
Si no, degustemos esto:
«Las guerras entre estados capitalistas son, en general, las
consecuencias de su concurrencia en el mercado mundial (...). Si una guerra
amenaza estallar, es un deber de la clase obrera de los países
afectados hacer todos los esfuerzos para impedirla por todos los
medios que les parezcan los más apropiados y que varían naturalmente según
el estado de la lucha de clases y la situación política en general», [Resolución
del Congreso de la
II Internacional. Stuttgart, 1907].
La “izquierda” del despotismo ilustrado
Los países de economía social, ni socialistas ni capitalistas,
como la Argentina
y como Venezuela, ambos sustentados por sendas Repúblicas constitucionales
liberales con división de poderes, por hoy dependen de una suerte de déspotas
ilustrados que, manipulando las constituciones, creen que ha
llegado la hora del paternalismo, instrumento eficiente para hacer de todo,
cualquier cosa, incluso lo que el Pueblo no quiere o desprecia, mientras se
exprime la teta del Estado para una supuesta redistribución de la
riqueza. Para hacer la guerra retórica como le gusta a Chávez o la guerra
fáctica como le gusta a Irán, o la guerra sin ejércitos debidamente
formados, y tristemente desarmados como lo apetece Fernández.
Quieren hacernos creer que hay una comunidad flotante de Estados
socialistas, cuando los que lo pregonan están aposentados en los sillones que la República les presta
periódicamente, separados de los jueces y de los legisladores, como debe ser, y
se empecinan en que no sea, violándola serial y sistemáticamente,
pretendiendo hacer creer al Pueblo que eso... es un acto revolucionario.
Cuando Venezuela se iba a las manos con Colombia, o el estado de guerra
permanente de Ecuador con Perú, o también cuando nuestros Gendarmes se cargaron
un teniente de Carabineros chileno por el asunto de Palena y Laguna del
Desierto, podrían ser considerados los estados de beligerancia previstos por la II Internacional.
Que se sepa, los soviets hicieron mutis por el foro cuando existían, antes del
siglo XXI, porque las condiciones revolucionarias no existían, como no existen
ahora mismo, en que se rajarían ídem. A ver Doña Clota, por enésima vez le
explicaré lo que sostiene Trotsky sobre los estados de la Revolución.
Sintetizo: Los estados de la Revolución son cuatro, según Lev Davídovich
Bronstein, el Gran Asesinado por el Aparato soviético [con ayuda de los
yanquis]: 1] No Revolución - Las masas populares no sienten la
necesidad de invertir la ecuación, pues el régimen de turno se preocupa de
borrar las ansias de cambio utilizando su aparato, dándole circo con el propio
dinero de la riqueza del Pueblo; 2]Contrarrevolución - El Pueblo es
oprimido por el régimen que sea, con la fuerza, dado algún intento de buscar el
cambio; represión [que en Argentina se potencia descaradamente al reprimirse
a las fuerzas de vanguardia trotskistas, con asesinatos incluidos], control
social omnímodo, etcétera; 3] Prerrevolución - En
circunstancias extremas, el Pueblo comienza a generar la adrenalina suficiente
para tomar las riendas del poder, aunque éste sigue muy fuertemente asido por
las manos del régimen de turno; y, finalmente 4] Revolución - En
condiciones ideales de equilibrio entre represión, emergencia de una dirección
revolucionaria, la reserva de adrenalina suficiente, desgaste del régimen [por
corrupción y desbarajustes varios] y un contexto de anomia social, el Pueblo se
hace del poder inaugurando un Estado nuevo.
Advierto después de tantas relecturas de la teoría revolucionaria de
Trotsky, que la Revolución
se dará cuando los otros tres estados se combinen de alguna manera, creando las
condiciones políticas adecuadas.
Pregunto entonces: Adivina adivinador... ¿en qué etapa de ese análisis
se encuentran Argentina, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador, Irán,
Siria y los 92 restantes? Aventuro mi respuesta: Argentina y los otros países
americanos nombrados están mirando fijamente el alambique donde, lentamente
sube la presión prerrevolucionaria ante los serios desgastes de sus
respectivos regímenes que, sin ponerse colorados aplican la política
del manotazo, que sirve para: Aplastar, exprimir, suprimir, corromper,
manipular, transar y sustraer. Eso, porque ningún Pueblo del planeta, Doña,
come vidrio. Y los 54% que usted quiera no significan nada de nada.
En otras palabras, fermenta y sublima la Revolución , por lo que
estamos, en esta América, en los Estados mencionados, simplemente, y dentro del
alambique, con las suficientes dosis de represión, corrupción, y opresión, como
para hacer el dulce de leche revolucionario.
Entonces, ¡que no me vengan con que Hugo, Evo, Ella, Perú,
Ecuador o Paraguay son jefes y Estados revolucionarios...! Minga Piringa,
Doña Clota.
La cosa es exactamente a la inversa. Por lo tanto, y según el catecismo
de la II
Internacional , al igual que la tesis trotskista, hay
condiciones para voltear los regímenes que se adjudican ser portadores de la Revolución y no son más
que las últimas articulaciones del largo, larguísimo brazo del capitalismo
internacional que al efecto se pone guantes para no contaminarse con el
excremento que manipula.
En fin, y casi me olvido: Hago expresa reserva de quitar a Brasil y
Uruguay de cualquier intento de mescolanzarlos entre los 100 de la jornada
mundial “Chávez tu triunfo será nuestra victoria”. Lo hago porque a la
vista, sus gobiernos manifiestan, por lo menos, una mínima coherencia de lo que
es concebir que resulta posible vivir en una República con economía social,
políticamente liberal e ideológicamente progresista.
Si hay algo que suena a gloria en el Pueblo de esta América del Sur
mestiza y con vocación de libertad, es que haya síntomas de una posibilidad de
Unión concreta como nunca la hubo en casi seis siglos, entendiendo que el
alambique mencionado funciona.
Lo que no cuaja aquí, es ni siquiera concebir que esa Unión venga de la
mano de negadores de la
República imaginada por Artigas, San Martín o Bolívar.
¿Oportunistas, los regímenes actuales? Esa es la cuestión a tener en cuenta.
© MRP
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