Patricia Argañaraz, titular de la ADP, ante los planteos salariales de la docencia salteña. |
Está claro que al gobierno de Juan Manuel Urtubey le
interesa, sobremanera, llegar a un rápido acuerdo salarial con el sector
docente para así poder extender un porcentaje similar al resto de la
administración pública provincial o al de los profesionales de la salud.
Desde los ministerios de Educación y de Hacienda, saben que
un conflicto con el magisterio salteño puede resultar en un desastre político
para el Gobierno, al tiempo que puede disparar una serie de demandas de otros
sectores que hoy la administración de Urtubey no está en condiciones de afrontar.
La titular de la Asociación Docente
Provincial (ADP), Patricia Argañaraz, ya hizo saber que quiere que el gremio
que comanda haga sus propias negociaciones, dejando el terreno del Frente
Intergremial que siempre terminó acordando de acuerdo con las disposiciones oficiales,
es decir, con cuentagotas y no más del 20%.
Sin embargo, Argañaraz, que es maestra primaria y conoce
bien los pesares económicos de sus colegas, recibió el respaldo de la CTA de Hugo Yasky, pero con condiciones:
paritarias pero lentamente y de acuerdo a lo que vaya saliendo con los gremios
estatales de la Nación.
Yasky, que durante la gestión de Juan Carlos Romero ni
siquiera se interesó por las luchas docentes provinciales cuando era entonces
titular de la CTERA ,
ahora presiona para que las demandas del sector no excedan lo que pueda pagar
el Gobierno provincial, es decir, no más del 20 o 21% en dos cuotas.
Argañaraz ha comenzado a visitar escuela por escuela y los
reclamos docentes son similares: con lo que hoy cobran, no les alcanza para
vivir. Cabe destacar, en ese sentido, que un maestro de grado con casi 25 años
de antigüedad, no supera los $4.800 de bolsillo, con un básico que apenas
excede los $1.200.
El magisterio, razonablemente pide más: un salario de
bolsillo de $7.000 y un básico de $5.000, es decir, casi un 30%. Pero el
titular de la CTA
(Yasky) de Salta, Alejandro Wardi descalificó este último reclamo: “No se puede
pedir un básico de $5.000 porque sino el sueldo de bolsillo se iría a más de
$15.000”, dijo hace unos días en una radio local. Sin embargo, Wardi se refería
al salario de los profesores, que superan con creces más de 60 horas semanales
que el propio Gobierno quiere bajar porque entiende que es un despropósito la
descomunal cantidad de horas que nadie puede rendir laboralmente.
El docente de grado, en cambio, tiene un sueldo bajo y la
exigencia del básico de $5.000 sólo aumentaría unos pesos más para el bolsillo
docente por lo que también se exige un sueldo de bolsillo de $7.000 para
compensar ese desfasaje. Además, piden que el aumento sea retroactivo al mes de
julio y en un solo pago y no en dos, como es la propuesta oficial.
En este marco, la titular de la ADP está reuniendo todas las
exigencias de sus colegas para llevarlas a las discusiones salariales con el
Gobierno. Pero, antes de eso, amplios sectores del propio magisterio le están
exigiendo a Patricia Argañaraz que llame a una asamblea del gremio, a fin de
llevar a la negociación paritaria, una posición consensuada. Esta semana, la
secretaria de la ADP
tomará una decisión al respecto.
Informe:
www.agensur.info
0 comments :
Publicar un comentario