Enrique Alfonso Severo, testigo clave en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra, está desaparecido desde el miércoles. |
Uno de los testigos del caso sobre el asesinato de Mariano
Ferreyra y que debía declarar este jueves al mediodía está desaparecido desde el
miércoles a la noche. Se trata de Enrique Alfonso Severo, un trabajador
ferroviario de quien el último dato que se tiene es que estaba por buscar a sus
nietos en Sarandí, en territorio bonaerense.
"Alguien lo secuestró" y "se lo
llevaron", dijo este jueves el hijo, Gastón Severo, y agregó que su padre
"está desaparecido y nosotros estamos destruidos".
El joven precisó que Enrique "salió de casa, en
Sarandí, a eso de las once y media de la noche, iba a diez cuadras, a la casa
de la madre de mi hijo. Llamó y dijo 'estoy yendo', pero nunca llegó".
Silvia Núñez, la esposa del hombre desaparecido, radicó a
las 3.20 de la madrugada una denuncia por la suerte que habría sufrido su
marido, que recayó en la
Unidad Funcional de Instrucción número 13, de Avellaneda.
Por su parte, el Ministerio de Justicia y Seguridad
bonaerense informó en una nota que instruyó "acciones de búsqueda"
del empleado de Ferrobaires a la
Dirección de Personas Desaparecidas de la Subsecretaría de
Justicia, y a las Superintendencias de Investigaciones y Delitos Complejos.
Severo hijo también precisó que su papá iba vestido con
pantalón jean, camisa y zapatos, que los familiares "preguntamos en todos
los hospitales y ahí no está", así como que "el auto no se encontró
en ningún lado, un Renault Clío cinco puertas, color negro, con patente
HSA137".
"En ningún momento él se hubiera borrado, pongo las
manos en el fuego por mi padre", indicó al canal de noticias TN y aseguró
que "estaba súper entusiasmado con ir a declarar hoy porque quería que se
aclare todo esto" del asesinato de Mariano Ferreyra.
Consultado sobre qué tenía para decir en el juicio, Gastón
sostuvo que "él conoce desde el primero al último (de los ferroviarios)
que aparecen en los videos en la estación Avellaneda cuando fue el crimen de
Mariano Ferreyra" y comentó: "Sabe qué clase de personas son".
"Cuando fue el crimen él salió a hablar, dio un par de
notas, colaboró para hacer un libro, y a nosotros nos tirotearon la casa,
tuvimos amenazas y tuvimos seis meses un móvil en la puerta de mi casa",
recordó.
Desde que la semana pasada había recibido la citación del
Tribunal Oral Criminal 21 para declarar este jueves, expresó, "veníamos
con tres días de llamadas telefónicas con amenazas". "El nunca tuvo
miedo de nada y estaba súper entusiasmado porque su vida es el ferrocarril y
empezó a pasar todo esto (...) nos echaron, nos tirotearon, nos golpearon, hay
muchas cosas atrás" se lamentó y declaró que "por ayudar termina
siendo dañado uno mismo".
El abogado de la querella, Ismael Jalil, confirmó los dichos
de Gastón Severo y consideró que su padre "es un testigo que comprometía
seriamente a los referentes de la Unión Ferroviaria , a José Pedraza, a Juan Carlos
Fernández...".
Y recordó que "ya al declarar en la primera instancia
hablaba de un entramado de responsabilidades que había entre la conducción de
la empresa de la línea Roca y la UF ".
Además Severo reveló que la agrupación del sindicato Unión
Ferroviaria (UF) de Plaza Constitución guardaba armas en su oficina de esa
terminal de trenes, según el letrado.
También destapó que en la víspera del asesinato de Ferreyra,
el 20 de octubre de 2010, la empresa Trenes Metropolitanos y la UF habían convocado a los
ferroviarios a sumarse a la patota del gremio para repeler la protesta de los
trabajadores tercerizados, que querían cortar las vías de la línea Roca.
El Tribunal Oral en lo Criminal 21 juzga el crimen de
Ferreyra y las heridas producidas a otras tres personas cuando militantes
políticos que apoyaban una manifestación de empleados ferroviarios tercerizados
fueron atacados por una patota de la
UF.
Pedraza y su segundo en el gremio Juan Carlos
"Gallego" Fernández están acusados de ser instigadores del crimen,
mientras que Cristian "Harry" Favale, barrabrava de Defensa y
Justicia vinculado al gremio, y el ferroviario Gabriel "Payaso"
Sánchez aparecen como supuestos autores materiales.
Otras seis empleados ferroviarios y afiliados de la UF están sindicados como
integrantes de la patota que con distintos roles participaron del ataque,
mientras que siete oficiales de la Policía Federal , entre ellos los comisarios Luis
Mansilla y Hugo Lompizano, están imputados de liberar la zona para facilitar el
ataque y luego no detener a los implicados ni recolectar prueba para la
investigación judicial.
Aquel 20 de octubre de 2010 un grupo de trabajadores tercerizados
de la línea Roca protestaba por 117 despidos y reclamaba pasar a planta
permanente y planeaba cortar las vías del tren a la altura de la estación
Avellaneda, como ya habían hecho en otras oportunidades.
Informe: LPO
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