lunes, 17 de septiembre de 2012

Procesan a periodistas en causa por “espionaje”

La jueza Sandra Arroyo Salgado procesó a
varios periodistas en una causa por
supuesto espionaje.
JudicialesUna magistrada que estaría relacionada con los servicios de inteligencia (según Tribuna de Periodistas), procesó a ocho acusados en una causa por supuesto espionaje que derivaría del hackeo de mails. La jueza Sandra Arroyo Salgado explicó que los acusados pertenecen a “una empresa criminal” para obtener y difundir información. Sin embargo, “lo que realmente se ha buscado, es presionar a los periodistas críticos al kirchnerismo”, aseguró Tribuna de Periodistas.

La jueza Sandra Arroyo Salgado, a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de San Isidro, dispuso el procesamiento sin prisión preventiva de ocho acusado en el marco de una causa por espionaje.

Entre los periodistas alcanzados por la medida, se encuentran Carlos Pagni, de La Nación; Héctor Alderete, del sitio Seprin; Edgard Mainhard, de Urgente24; y Roberto García, ex Ámbito Financiero, hoy diario Perfil.

La medida alcanza también a Juan Bautista Yofre, Pablo Alfredo Carpintero, Néstor Carlos Ick y Daniel Manuel Reimundes, sobre quienes la magistrada ordenó trabar un fuerte embargo dinerario.

"Desde agosto del 2006 y hasta junio del 2008, una empresa criminal con un fin lucrativo operó dedicada a la procuración, búsqueda, sustracción, revelación y comercialización ilegal de datos, archivos e información de diversa índole: político, social, militar y económico; siendo que gran parte de esa información obtenida de los correos electrónicos de funcionarios públicos del Gobierno nacional debía permanecer secreta en función de la seguridad, la defensa y las relaciones exteriores de la Nación", según explicó la jueza Arroyo Salgado en su resolución.

La causa está caratulada como "Averiguación por el delito del artículo 222 del Código Penal", que dice: "Será reprimido con reclusión o prisión de uno (1) a seis (6) años, el que revelare secretos políticos, industriales, tecnológicos o militares concernientes a la seguridad, a los medios de defensa o a las relaciones exteriores de la Nación".

Mainhard, uno de los procesados, escribió un artículo en su portal donde dio su versión de los hechos: "De acuerdo a Su Señoría, yo tendría que haber denunciado que recibía correos obtenidos supuestamente en forma ilegal. Se equivocó Su Señoría: las fuentes son tan sagradas como la amistad. Yo decido, bajo mi responsabilidad, qué información doy y qué información no doy, pero un periodista siempre intenta obtener toda la información posible, y la única limitación es la veracidad".

"Por ejemplo, es falso que exagentes de inteligencia trabajaran por cuenta propia en el espionaje ilegal del correo electrónico de diversas personas. Si fuera cierto que existió lo que la Fiscalía concibe como una 'pyme' destinada a comercializar intrusiones de correos electrónicos, eso no resuelve una cuestión mucho más importante que no ha sido abordada y que provoca enormes dudas sobre la actuación judicial en el caso. Para realizar las intrusiones, los exagentes de inteligencia reportaban a sus superiores, recibían órdenes, contaban con aprobación o, al menos, tolerancia de sus jefes, una situación que puede convertirse en un búmeran para el propio gobierno del Frente para la Victoria", escribió el periodista.

Tribuna de Periodistas

"La evidencia que aparece en la causa judicial es bastante pobre y salpica a tangencialmente solo a tres de los acusados: Yofre, Velázquez y Carpintero. Los demás, no parecen tener vínculo real con la trama que se pretende mostrar públicamente, lo cual permite especular que, lo que realmente se ha buscado, es presionar a los periodistas críticos al kirchnerismo", según publicó Tribuna de Periodistas el pasado 12 de agosto.

En esa nota se anticipó que el procesamiento era un hecho, ya que la jueza Arroyo Salgado responde a intereses de la Secretaría de Inteligencia y la instrucción que le fue dada era la de avanzar contra esos acusados. Así se reveló en la nota de marras:

Hay dos detalles que no parecen ser menores a la hora de justificar esta especulación: por un lado, sorprende que una investigación tan sencilla haya demorado seis años para resolverse; por el otro, no parece casual que quienes iniciaron el expediente referido sean jerarcas de la ex SIDE. ¿Por qué motivo un grupo de espías se interesaría por impulsar la indagación de un hecho que afectó a personas ajenas al ámbito de la Inteligencia?

También es sintomático el hecho de que la instrucción de la misma causa haya caído en manos de Sandra Arroyo Salgado, jueza de San Isidro que responde a los intereses de la Secretaría de Inteligencia.

Como se dijo, las pruebas que se acumulan en el voluminoso expediente son paupérrimas y no alcanzan siquiera para encarcelar a los imputados más comprometidos. No es que el ilícito no haya existido, pero ciertamente no reviste la gravedad que trata de imprimirle la Justicia. Se trata de un delito excarcelable, “violación de secretos políticos o militares”, el cual según pudo saber TDP, será "reforzado" por la jueza Arroyo Salgado con una oportuna asociación ilícita —delito no excarcelable— para caer con todo el rigor de la ley sobre algunos de los señalados.

La trama era tan previsible que Tribuna la reveló en el año 2008.

 
Informe: CIJ, Perfil.com y Tribuna de Periodistas

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