Sobornos en el
Senado. Piedra libre para
castigar al poeta
Alberto Fernández.
escribe Oberdán
Rocamora
Redactor Estrella, especial
para JorgeAsísDigital
“Hay que tener cuidado, porque cuando se abre la puerta del
infierno, se abre para todos”, confirma la Garganta.
El mensaje transparente fue entendido por preocupados
exponentes del cristinismo.
En 2003, según la línea predominante de interpretación,
desde “arriba” se le dio demasiado “aire” al conflicto.
En 2012, aquel “aire”, que armó el globo artificial gigante,
ostensiblemente se diluye.
El tema deja de interesar. Podrían inquietarse algunos
encumbrados que pudieron beneficiarse con la gloria del silencio. Del
anonimato.
A esta altura -en nuestra evaluación- deberían inquietarse
igual.
Probablemente emerge el deseo de mantener entornada la
puerta del infierno. Conviene bajar el perfil. Pero es tarde.
Porque la Justicia dicta sus
propios plazos. La causa del “globo artificial” siguió con la lentitud del
bolero.
Impresiona la cantidad de “invitados especiales”. Convocados
para participar, como testigos, en la formal carnicería del juicio.
Funcionarios y legisladores que fueron trascendentes deben
desfilar por la dramática solemnidad del Tribunal.
Es donde muere la Política. Secuestrada
por la Justicia.
En un subsuelo relativamente aséptico de Comodoro Py.
Tristezas de Comodoro
Py
Deprime contemplar a Fernando De la Rúa.
Un presidente de la nación, elegido democráticamente,
imputado ante un Tribunal.
En su momento, deprimió contemplarlo preso a Carlos Menem,
en La Quinta
de Gostanián.
En prospectiva, de mantenerse abierta la puerta del
infierno, va a deprimir verla, sin ir más lejos, a Nuestra César. En el ensayo
de la oratoria altiva, delante de las Comisiones Investigadoras. Por
irregularidades, en su gran parte, heredadas.
Segundo radical que supo ganarle una presidencial al
peronismo, De la Rúa
aguarda su turno en el subsuelo de Comodoro Py. Mientras tanto atiende las
delaciones programadas del señor Pontaquarto, que asume, con vacilante
solvencia, el rol extraño del arrepentido. Encara la vida con la limpieza moral
de la palinodia.
“El Pelado, si lo que dice es cierto, cobró para pecar”,
confirma la Garganta.
“Pero cobró también para contar el pecado”.
El delito que, para De la Rúa , “nunca existió”.
El esclarecimiento queda a cargo del prestigioso Tribunal
Oral Federal 3. De los doctores Larrambebere, Gordo y Pons.
Juristas que destinan medio año de sus agendas para
introducirse, minuciosamente, en el festival de fojas. Indagatorias,
declaraciones, imputaciones. Sobre todo operaciones. Estremecimientos que
aluden al fracaso del gobierno de la Alianza. Tristeza
que condujo, en 2001, al choque de la calesita del país.
El globo artificial
de la historia
Causa molesta. Los sobornos en el Senado. Cinco millones
dulces de pesos-dólares. Para aprobar la Ley Laboral , que pasa a la indiferencia de la
historia como la Ley
Banelco. Por inspiración de Hugo Moyano, El Charol.
El globo signó el lapso endiablado de la Alianza. El artefacto
jurídico no valía, ni por asomo, los millones dulces del reparto, que aún se
pregonan en la mitológica acusación.
La valija que el señor Mario Pontaquarto, El Pelado,
confirma haber retirado de la
SIDE , hoy la SI ,
Secretaría de Inteligencia. Cooperativa de Crédito 25 de Mayo.
El Valijero deambulaba, con semejante dulzura, en su
automóvil, que pernoctó en su domicilio de General Rodríguez.
Secretario parlamentario, El Pelado desperdiciaba la
confianza del senador radical Genoud.
A Genoud le saldría, infortunadamente, en su amargura
posterior, el “tiro del final”.
Profesionalmente bien asistido, Pontaquarto parece disfrutar
de la centralidad. Responde durante seis horas, ante los hurgadores de
contradicciones. Defensores que se proponen pincharle el globo.
La sesión es de alta morosidad. El Pelado explica, por
definitiva vez, dos reuniones que van a ser sustanciales para entender el globo
de la historia.
Con su “amigo Daniel Bravo” -hijo del profesor don Alfredo-,
El Pelado asistió a una reunión con Aníbal Ibarra, entonces Jefe del Artificio
Autónomo de la Capital. Y
que después, siempre con Bravo, El Pelado asistió a la reunión con el poeta
Alberto Fernández. Jefe de Gabinete, o Premier.
Pontaquarto cuenta que le contó rápidamente al sensible
poeta el telenovelón de los millones dulces y de la valija errante. Y que le
habló, acaso, del cansancio moral. De la culpa que lo impulsaba al
arrepentimiento. Dar la cara.
Alberto debía informarle al Presidente.
“Pasa que cuando arrancó, Kirchner intentó hacer creer que
era el gran campeón de la anticorrupción. Y decidió cargarse dos presidentes.
Carlos Menem y De la Rúa ”.
Así declaró en Entre Ríos, su provincia, el ex senador
Alasino, El Choclo. Imputado que padece, en el fondo, la fantasía popularmente
instalada de haber protagonizado una célebre historia de amor. Transcurrida,
según las fuentes, en la “convencional” Santa Fe.
El episodio, que suele entretener en los asados, contiene
ilusorios ingredientes que aluden al poderoso marido enojado, que había llegado
a Santa Fe sin avisar. Y que buscaba, desesperadamente, por diversos arrabales,
a la esposa.
Pese a la magnitud de sus innumerables historias encantadas,
El Choclo sabe que, “por la política”, se encuentra en este infierno. Y que”
por la política va a salir”.
Son varios los imputados que responsabilizan de sus
desgracias, según nuestras fuentes, al poeta Alberto Fernández.
Lo califican de ser el autor “de la parodia”. Con el
objetivo de diseñarlo, a Kirchner, como el gran referente contra la corrupción.
(Como Bravo e Ibarra, Alberto sabe que también tiene que ir
a declarar.
Sostiene Alberto, según nuestras fuentes, que nada tuvo que
ver.
Que es aún amigo de Bravo. El que le pidió verlo con
urgencia. Para llegar acompañado, justamente, del “regalito”. Pontaquarto.
Cuando le contaron por qué motivo lo iban a ver, Alberto
confirma que dio por finalizada la entrevista. En cinco minutos).
Epílogo
El costoso desfile de declarantes durará hasta el próximo
otoño.
La justicia marca los tiempos. Llega cuando la política
decide entornar -tardíamente- las puertas del infierno.
Los protagonistas, como los intereses, cambian. Ahora Bravo
está con Passarella en River, y no le consiguió, a Pontaquarto, el trabajo
prometido.
Pero El Pelado tuvo suerte. Pasó de atender un bar cubano,
con mulatas encantadoras, a desempeñarse en la administración de una
multinacional del juego.
Ibarra hoy es un concejal de base. O sea, un ampuloso
“diputado por la ciudad”.
Néstor Kirchner, El Furia, partió. Será aún el depositario
de muchas culpas, para diluir en la fealdad del Mausoleo.
Genoud, como se dijo, acertó en el “tiro del final”.
De acuerdo a la evaluación, Alberto Fernández está
ingratamente en problemas.
Cometió la osadía de renunciarle, por los diarios, a Nuestra
César.
Hoy Alberto deambula por los canales de cable, en el
mantenimiento de su imagen personal. Busca su lugar. Desconoce, acaso, que
sigilosos exponentes del gobierno que abandonó dejaron de cuidarlo. No tienen
mayores reparos en que se le arrojen dardos. Al contrario, los impulsan, “hay
que darle”. Hoy pegarle es barato. Piedra libre. Abunda el jubileo para la
perversidad.
© JorgeAsisDigital.com
Continuará
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