Por Leonardo Haberkorn |
Supongamos que somos malos tipos, arribistas,
oportunistas. Supongamos que, como escribió la decana de la facultad de
Periodismo de la
Universidad de La
Plata , Alvarez y yo somos dos sujetos que pretendemos imponer
nuestra "visión del mundo" mientras "abiertamente"
renegamos "de los cambios culturales por los cuales el país viene luchando
en los últimos años".
Supongamos que, como dijeron Estela de Carlotto y Jaime
Roos, el libro que nosotros escribimos y ellos no leyeron, Relato Oculto, es
parte de una "operación mediática". Supongamos que tiene razón Beto
Casella, y es posible admitir que uno no leyó un libro y al mismo tiempo
calificarlo de "libro miserable". Supongamos que Luis Bruschtein tuvo
el mínimo rigor de leer el libro antes de escribir en Página 12 que todo es un
"pequeño chisme" carente de interés periodístico. Supongamos que es
legítimo hacer lo que hace Rodolfo Braceli: plantear todo el asunto como una
pelea entre Víctor Hugo y Lanata, ignorando por completo el libro.
Lo que cuenta Relato Oculto, ¿es verdadero o falso? Esa
debería ser la cuestión a discutir
Supongamos que toda esta buena gente opina con conocimiento
de causa, que conocen de la historia reciente uruguaya, que se informaron, que
leyeron a quienes intentan destruir. Supongamos que ninguno de ellos tiene
lazos de amistad o intereses comerciales o artísticos o políticos que los
condicionan en sus opiniones. Supongamos que todos ellos son gente seria y que
todos sus falsos enunciados anteriores son verdaderos.
Supongamos que sí. Que somos lo peor. Sicarios. Malos, feos
y sucios.
Lo que cuenta Relato Oculto, ¿es verdadero o falso? Esa
debería ser la cuestión a discutir. ¿No? ¿O será que se discute todo lo
anterior para evitar discutir el contenido del libro?
¿Los artículos que reproducimos en forma textual en los
cuales Víctor Hugo Morales adula, agradece y elogia a la dictadura uruguaya, al
dictador Aparicio Méndez y a otros de sus personeros, son verdaderos o falsos?
¿Los inventamos? ¿Los transcribimos erróneamente? ¿O son verdad?
¿Los artículos en los cuales Víctor Hugo Morales elogia a la Junta Militar que
encabezaba Videla...¿son fruto de nuestra pérfida imaginación? ¿Son acaso una
calumnia? ¿O son ciertos?
¿Es verdad que Víctor Hugo escribió que los jugadores
argentinos campeones del 78 eran como soldados porque habían traído "la
paz y la esperanza"? ¿Es exactamente así o lo inventamos nosotros?
¿Miente Manuel Martínez Carril, alma mater de la Cinemateca Uruguaya
(¿a ese tampoco lo conocen? ¿El también es de derecha y alquilado por Clarín? )
cuando cuenta cómo Víctor Hugo Morales miente en su autobiografía al
adjudicarse un cargo periodístico que nunca tuvo? ¿Miente el cantante de tangos
Aníbal Oberlín cuando cuenta que durante años Víctor Hugo Morales iba todos los
fines de semana a un cuartel del Ejército uruguayo, donde había presos de la
dictadura, a cantar, a jugar paleta, al fútbol y al billar? ¿La grabación donde
Víctor Hugo es presentado como "un conspicuo amigo de todos los
integrantes del batallón Florida" es falsa? ¿Está adulterada? ¿Tienen
alguna prueba en ese sentido?
¿Es cierto o es falso que Víctor Hugo Morales juró por lo
más querido de su vida que nunca tuvo agendando el teléfono de un militar?
¿Entonces es falsa la grabación en la cual se escucha a Víctor Hugo agradecerle
al entonces mayor Grosso por estar siempre al otro lado del teléfono? ¿Miente
también entonces el ex comandante del Ejército durante los gobiernos del Frente
Amplio, el general Jorge Rosales, cuando cuenta que durante años se hablaban
por teléfono para salir de noche todos juntos, Víctor Hugo y la barra del
Batallón Florida? ¿Miente Rosales? ¿Mienten las diez personas que con nombre y
apellido apoyan esa versión de la historia? ¿No será que el mentiroso es Víctor
Hugo?
Nadie los obliga a leer un libro miserable, un chisme
carente de interés periodístico. Pero si quieren debatir con ese libro,
entonces sí deberían leerlo y discutir con hechos y con altura
¿Son falsos los testimonios, personales y documentales, que
muestran que Víctor Hugo no fue preso por oponerse a la dictadura sino por partirle
la nariz a una persona común y corriente en un partido amistoso de fútbol? ¿No
es cierto que Morales tiene una larga trayectoria de violencia y peleas, según
él mismo confesó?
La grabación en la cual Víctor Hugo Morales le pide al
comandante del batallón Florida que cuide la canchita de fútbol donde
"tantas veces, tantas mañanas, nos entreveramos en picados
inolvidables", ¿es falsa? ¿No es Víctor Hugo el que habla? ¿Es un
documento adulterado? Si es así, deberían denunciarlo y presentar las pruebas al
respecto. Pero si es verdadera, ustedes, que son periodistas, académicos,
actores sociales y figuras públicas, deberían dejar de repetir la mentira de
los "dos picaditos de fútbol".
Ustedes vieron a Lanata y creen que el gran tema de Relato
Oculto es la dictadura. No es así. El gran tema de Relato Oculto es la
honestidad. Son los hechos, que en periodismo todavía existen. La verdad y la
mentira.
Nadie los obliga a leer un libro miserable, un chisme
carente de interés periodístico. Pero si quieren debatir con ese libro,
entonces sí deberían leerlo y discutir con hechos y con altura.
Deberían dejar de insultar y de utilizar una y otra vez
descalificaciones ad hominem.
Se sabe que los malos, feos y sucios también pueden decir la
verdad.
Y que los buenos, lindos y limpios también mienten.
Ya tenemos un caso comprobado. Sería una pena tener que
seguir agrandando la lista.
© La Nación
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