Alfredo Olmedo ya figura como uno de los nuevos aliados del kirchnerismo en Diputados. |
Desde que recuperó la hegemonía parlamentaria en la Cámara de Diputados, el
kirchnerismo aprueba con comodidad las iniciativas diseñadas por la Casa Rosada. De 87
integrantes durante la composición anterior, el Frente para la Victoria pasó a tener 116
militantes propios. Y con los bloques aliados alcanza los 140, con otros cuatro
o cinco que adhieren en contadas ocasiones.
Semejante número es capaz de despertar la envidia de
cualquier opositor. Es más de la mitad del Cuerpo, aunque supera por poco los
129 diputados necesarios para habilitar el quórum. Por eso, la lealtad y la
disciplina son importantes para mantener la tropa unida y presente en el
recinto, para que no sucedan casos como el de la última sesión.
El miércoles 8 de agosto los bloques opositores revivieron
los tiempos del Grupo A, al asistir al recinto a las 13 pero negándose dar
quórum para tratar el proyecto de depósitos judiciales del Banco Ciudad, tal
como se había consensuado durante la reunión de Labor Parlamentaria.
La estrategia opositora tomó por sorpresa a la bancada K,
que entre propios y aliados contaba con 117 diputados. A la defensiva, los
oficialistas debieron votar una moción para extender la convocatoria y
finalmente a las 13.38 pudieron iniciar la sesión.
Frente a esta inusual experiencia, la oposición rebelde, que
permanecía distribuida detrás de las cortinas del recinto y en el Salón Pasos
Perdidos del Congreso intentó sin éxito detener la sesión. Para ellos, el
quórum debía lograrse antes de la media hora de iniciada la convocatoria y la
prórroga votada era ilegal.
Más allá de los fundamentos reglamentarios puestos en
discusión, el panorama permitía actualizar el esquema de alianzas del Frente
para la
Victoria. Precisamente porque de no ser por los aliados
quizás no hubiese podido deliberar.
En efecto, la sesión ratificó que los diputados Julio
Ledesma (Corriente de Pensamiento Federal) y Juan Carlos Forconi (Santa Fe en
Movimiento) ya no pertenecen al arco opositor que los había contenido desde su
ingreso al Parlamento.
También quedó al desnudo la división del bloque Frente
Cívico y Social de Catamarca: mientras Pedro Molas participaba de la estrategia
opositora, su compañera Mariana Veaute permanecía en su banca, ya no en el
extremo derecho del recinto correspondiente a la oposición, sino al medio,
junto con las fuerzas provinciales.
De manera que hoy, Ledesma y Veaute son parte del
interbloque Unión Federal de Provincias, que aglutina fuerzas afines al
Gobierno nacional. Entre los nuevos aliados hay que sumar al santafesino Juan
Carlos Forconi y al salteño Alfredo Olmedo, que sorprendió por su militancia
opositora durante las elecciones del año pasado. A todos ellos, el mandato se
les vencerá en 2013.
Los protagonistas
- Mariana Veaute: Apoderada de la Unión Cívica Radical
de Catamarca entre 2003 y 2009, ingresó a la Cámara baja con el impulso del exgobernador
Eduardo Brizuela del Moral de quien era secretaria general. Su candidatura
formó parte del Frente Cívico y Social de Catamarca que finalmente se impuso
ante el kirchnerismo por apenas cinco puntos. Así, la alianza se alzó con dos
de las tres bancas que la
Provincia ponía en juego y Veaute se convirtió en diputada
junto con su correligionario Pedro Molas.
Por dos años estos diputados se mantuvieron en el bloque de la UCR hasta que el triunfo de la
kirchnerista Lucía Corpacci en marzo de 2011, y la reelección de Cristina
Fernández en octubre, torciera sus rumbos. Para noviembre, Veaute y Molas ya se
habían pasado al bloque Frente Cívico y Social del exdiputado Raúl Paroli,
aunque manteniendo el perfil opositor como parte del interbloque UCR. Así
rechazaron los presupuestos de 2011 y de 2012 del Gobierno nacional, a
diferencia de Paroli que lo había avalado en 2011.
De ahí en más los vínculos entre Veaute y el radicalismo se
irían agotando poco a poco. Con sus correligionarios catamarqueños el punto de
discordia fue un juicio laboral que había perdido como jefa de la UCR provincial y cuyos
honorarios no le habían pagado. En el ámbito legislativo, la fractura se
formalizaría en marzo de 2012 con la fuerte impronta del Ejecutivo en la agenda
del Congreso.
Si en las extraordinarias de 2011 la catamarqueña había
rechazado las iniciativas oficiales, tres meses después estaba acompañando al
oficialismo con la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y las
modificaciones al Código Electoral, férreamente repudiadas por todo el arco
opositor, inclusive por Pedro Molas. También acompañó el traspaso del
transporte porteño y la estatización de YPF, que el radicalismo apoyó a
regañadientes.
En este escenario formalizó su ruptura con el Frente Cívico
y Social de su provincia y lanzó el partido Pensar (Partido Encuentro Solidario
Amplio y Republicano) en busca de “una política distinta, mas humana y llegar
de otra manera a la gente”.
Hoy, Mariana Veaute es una diputada aliada del Frente para la Victoria y el suyo es un
caso insólito: sigue presidiendo el bloque Frente Cívico y Social de Catamarca
por fines administrativos, pero integra el interbloque oficialista Unión
Federal de Provincias; mientras tanto, su compañero de bancada Pedro Molas se
mantiene dentro del espectro opositor como parte del interbloque UCR.
Por eso su pertenencia política quedó ratificada el
miércoles pasado durante el tratamiento del proyecto sobre depósitos judiciales
del Banco Ciudad. Allí no solo votó a favor de la iniciativa que la oposición
se negó a votar, sino que también le habilitó el quórum al oficialismo, a
diferencia de su compañero que permaneció fuera del recinto para impugnar la
sesión.
Y ante esta situación los radicales no hacen nada para
ocultar su malestar. “Ya no hay puntos de contacto, no participa de las
reuniones de bloque ni vota con el radicalismo. No queremos ni verla. Tampoco
dio explicaciones de su cambio. Quizás sea por razones personales o
económicas”, confesaron a Semanario Parlamentario desde el partido centenario.
- Alfredo Olmedo: Pero los radicales no son los únicos que
se sienten ofendidos. Otro tanto sucede en el macrismo, luego de que el
diputado salteño permaneciera en su banca para avalar el proyecto de Diana
Conti. Es que desde su ingreso a la
Cámara de Diputados en 2009, Olmedo siempre hizo gala de sus
aceitadas relaciones con el Pro, con quien comparte más que el amarillo intenso
que luce a dondequiera que vaya.
El año pasado Olmedo agradeció fuertemente a Mauricio Macri
por haberlo respaldado “espiritualmente” en su candidatura para gobernador de
Salta. Por eso asistió personalmente al bunker del Pro para festejar su
reelección y se encargó de lucir las coincidencias: “Viene del sector privado,
dejó todo en su carrera para trabajar por la sociedad, como yo”, dijo, y
remarcó ver “con buenos ojos varias cosas que hace Mauricio y cómo conduce la Ciudad de Buenos Aires”.
“El electorado votó por un verdadero cambio, por otra forma
de hacer política y de comunicarse con el pueblo, que es en definitiva el que
elige. Demostró su vocación de cambio y esto también pasará el próximo 14 de
agosto cuando Argentina vuelva a elegir la opción del doctor (Eduardo) Duhalde
para volver a pilotear el destino del país”, había afirmado el salteño ante la
prensa.
En este concierto de cosas la identidad opositora de Alfredo
Olmedo no se había puesto en duda hasta que el kirchnerismo recuperó la mayoría
parlamentaria en diciembre de 2011. Y al igual que Mariana Veaute, Olmedo
esperó el otoño para ponerse en “sintonía fina”. En consecuencia, el hecho de
manejarse bajo el bloque unipersonal de Salta Somos Todos le permitió acompañar
con comodidad todas las iniciativas de Cristina Kirchner sin tener que rendir
cuentas a nadie. Como guiño al Gobierno, no solo puso su voto favorable en los
temas más conflictivos, sino que además presentó proyectos para avanzar contra
la dolarización de la economía y rescindir el contrato a TBA.
Hoy en el Pro aseguran que no hay relación con Alfredo
Olmedo. Sin embargo, como nuevo aliado K, el salteño tampoco encaja en el
espacio kirchnerista en el que predomina un espíritu ideológico con el que poco
parece tener que ver. Cabe destacar que en el último proyecto del oficialismo por
la expropiación de Ciccone, Olmedo votó a favor.
- Juan Carlos Forconi: Bien es recordado que las
legislativas de 2009 significaron una dura derrota para el kirchnerismo. No
solo en territorio bonaerense, sino también en Santa Fe donde por poco Agustín
Rossi no logra retener su banca en Diputados. Los peronistas disidentes con el
“Lole” Reutemann a la cabeza se habían alzado con dos senadurías y cuatro
diputaciones nacionales.
Hoy, la mitad de ellos ya juegan explícitamente con el
oficialismo. La primera en dar el portazo poco después de las elecciones fue la
senadora Roxana Latorre, aunque bajo el perfil de un bloque independiente. Y
como reacción tardía de la recuperación política del kirchnerismo, la diputada
Celia Arena y el diputado Juan Carlos Forconi avalaron en diciembre pasado la ley
de Presupuesto que años atrás habían rechazado.
La transición formal de estos legisladores comenzó con la
reelección de CFK y la desintegración del Peronismo Federal que tuvo como
momento simbólico la partida de Felipe Solá. Pero mientras que Arena optó por
sumarse a las filas ya engrosadas del Frente para la Victoria , Forconi escogió
las ventajas y oportunidades de la vía monobloquista.
El diputado acompañó al oficialismo en la reforma de la Carta Orgánica del
BCRA, el traspaso del transporte porteño y la reforma del Código Electoral.
- Julio Lesdesma: En Buenos Aires el triunfo de la Alianza Unión Pro
que encabezó Francisco de Narváez en 2009 no tuvo a la larga los efectos
políticos que buscaban. Pues sí, se había alzado con un diputado más que el
Frente para la Victoria ,
que a la larga lo perdería.
Julio Ledesma ya había ingresado a la Cámara baja en 2007 por la
lista del Frente para la
Victoria en reemplazo de Graciela Zulema Rosso. Sin embargo,
había decidido adherirse al bloque opositor de Unión Celeste y Blanco que
comandaba De Narváez y que le ofrecería la reelección dos años más tarde.
Pero el Grupo A no pudo contar con el voto de Ledesma, que
estuvo ausente en los debates parlamentarios más importantes para la oposición,
más allá de que esto no torciera el rumbo de las deliberaciones.
Y con el regreso de la hegemonía oficialista, optó por
conciliarse con el Gobierno bajo el paraguas de un bloque unipersonal,
Corriente de Pensamiento Federal. Desde entonces, acompaña todas y cada una de
las iniciativas de la
Casa Rosada.
Hoy el oficialismo ya cuenta con el apoyo de dos diputados
más de los que había logrado en 2009: Ledesma, como integrante del interbloque
aliado de Unión Federal; y Martín Sabbatella, que había ingresado por una lista
aparte dividida ahora entre el kirchnerismo y el Frente Amplio Progresista.
Informe:
Parlamentario
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