Deportes – Casi cuatro horas demandó la ceremonia
inaugural de los Juegos Olímpicos Londres 2012, con un espectáculo brillante en
el marco de una ceremonia imaginativa y magnífica. La fiesta incluyó la llegada
de la reina Isabel II al Estadio Olímpico acompañada del mítico agente 007,
James Bond. La música cerró empezó con Mike Oldfield y cerró con el exBeatle
Paul Mc Cartney.
Gran Bretaña inauguró los Juegos Olímpicos con una entrada
real como jamás ha habido. Londres recibió al mundo del deporte celebrando lo
viejo y lo nuevo en una ceremonia dramática e imaginativa, que incluyó la
llegada de la reina Isabel II --o, mejor dicho de una doble--, al Estadio
Olímpico en paracaídas acompañada por James Bond .
Poco después, la monarca de 86 años observó un coro de niños
que cantaba Dios salve a la reina, mientras soldados de la Armada Real , el
Ejército y la Fuerza
Aérea Real izaban la Union Jack , como se le dice a la bandera
británica.
Durante el desfile de las delegaciones, Usain Bolt, el
abanderado de Jamaica, recibió una de las ovaciones más cálidas de la velada
saludando a una figura extranjera.
Buena parte de la ceremonia inaugural fue un recorrido por
la historia de la música británica, desde el himno del club de fútbol West Ham
hasta el tema My Generation de The Who y Bohemian Rapsody de Queen.
Después de siete años de preparativos y el gasto de miles de
millones de libras esterlinas, los Juegos se pusieron oficialmente en marcha
con un recordatorio de los momentos claves de la historia británica, incluyendo
sus orígenes campestres y la Revolución Industrial.
La ceremonia incluyó una presentación musical de Paul
McCartney y a JK Rowling, la célebre autora de Harry Potter, leyendo un pasaje
de Peter Pan. También, el humor de Mr Bean .
Además, hubo una secuencia filmada en la que el actor Daniel
Craig, en su papel de James Bond, visitó a Isabel II en el Palacio de
Buckingham y la escoltó hasta un helicóptero decorado con la Union Jack , que luego sobrevoló
lugares famosos de la ciudad como el Puente de Londres hasta llegar al Estadio
Olímpico.
Isabel II apareció luego entre el público acompañada por el
presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.
La gala dirigida por el cineasta Danny Boyle, a un costo de
42 millones de dólares y 15.000 voluntarios, debe alcanzar una audiencia
televisiva global de 1.000 millones de dólares.
Su desafío fue enorme: ser tan inolvidable como el
extraordinario despliegue hace cuatro años en Pekín, el más caro en la
historia.
Boyle apeló a Shakespeare, la cultura pop, literatura y
música para comunicar la esencia británica al resto del mundo. Y se divirtió
encandilando al público con escenas de películas famosas entremezcladas con los
actos en vivo.
Aparte de los miles de atletas y artistas, unos 60.000
espectadores atestaron el Estadio Olímpico, en la zona este de Londres. En la
apertura de la ceremonia, el ciclista Bradley Wiggins, ganador del reciente
Tour de Francia y luciendo la casaca amarilla que conquistó en esa prueba, hizo
sonar la campana olímpica en la misma fundición que produjo el Big Ben.
Informe: AP
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