Las ventas de 0 km cayeron un 12% en junio, respecto del mismo mes de 2011, lo que está mostrando una retracción en el modelo económico. |
Tal como anticipo iProfesional.com, la venta de automóviles 0 km registró en junio una
estrepitosa caída del 12% respecto al mismo mes del 2011. Es decir, se
contabilizaron esta vez unas 68.997 unidades, mientras que en el mismo lapso
del año pasado las ventas fueron de 78.517 vehículos.
Así, se cortó abruptamente el clima festivo que se había
desatado el último mayo, que fue catalogado por la Asociación de
Concesionarios de Automotores (ACARA) como "el mejor de la historia",
cuando se patentaron 75.824 de estos rodados.
Pero la realidad de junio retrotrajo la imagen a la película
que comenzó en abril y en febrero, cuando se registraron, por primera vez en
mucho tiempo, caídas de las ventas.
En aquel momento, la argumentación de las concesionarias,
para que no cundiera el desánimo, era que se había tratado de meses con muchos
días feriados. Y que entonces la comparación relevante no era "mes contra
mes" sino que debía considerarse el promedio de ventas diarias.
Los buenos resultados de mayo parecían darle la razón a
aquellos que, contra los pronósticos de un enfriamiento, esperaban que se
batiera otro récord en 2012.
Pero las cifras finales de junio llevaron a suspender los
brindis ya que no se consideraba que se iba a registrar una baja tan
pronunciada.
En un comunicado oficial, este lunes los propietarios de las
agencias de autos se centraron en el aspecto positivo que el acumulado del
semestre fue 3,5% superior al mismo período del año pasado. Y, en este caso,
las explicaciones del caso para justificar la caída fueron "algunos
problemas de stock, especialmente en determinados modelos de algunas
marcas".
Es decir, ACARA pronunció que "la demanda sigue
firme" y varias "operaciones no se concretaron por no disponer de las
unidades".
Y Abel Bomrad, presidente de la entidad, sostuvo, en el
texto de prensa, que pese a los inconvenientes en las entregas: "Se ha
completado el mejor primer semestre de la actividad".
En mayo pasado, cuando los números sonreían, los dos
fundamentos que existían entre los concesionarios para ser optimistas de cara
al futuro eran: el "efecto dólar" y el "bajo" incremento de
la mercadería respecto a la inflación y los salarios.
El primero, se refería al efecto indirecto del "cepo
cambiario", donde al contrario de lo que puede ocurrir en actividades como
la inmobiliaria, la falta de dólares no sólo no suponía un freno a la actividad
comercial sino que hasta podría funcionar como un aliciente, porque aquellos
que tenían pesos para comprar divisas y no podían hacerlo, verían en los 0km
una alternativa para colocar su dinero.
Así lo explicaba hace dos meses atrás el propio presidente
de ACARA, Ariel Bomrad: "Ante la falta de opciones atractivas en el sector
financiero, son cada vez más los que se deciden a adquirir o renovar su
vehículo, porque es un bien que además de mantener el poder adquisitivo permite
disfrutarlo todos los días".
No sonaba descabellada su explicación. A fin de cuentas, era
un efecto presagiado por los principales economistas: ante una alta inflación,
los argentinos buscan proteger su poder adquisitivo y lo hacen a través del
consumo de bienes durables.
Para el influyente Miguel Angel Broda, este fenómeno es una
manifestación de la caída en la demanda de dinero.
"La gente busca una alternativa de valor para un dólar
de 6 pesos. En las últimas semanas, las esposas de todos los directores de mis
empresas fueron obligadas a cambiar de auto porque todos los maridos les
dijeron ‘es ahora'. Lo mismo ocurre con los electrodomésticos, las familias
hacen un ajuste de portafolios porque no quieren pagar el costo de mantenerse
en moneda local", argumenta el economista.
En línea con esta observación, desde una concesionaria de
autos alemanes señalan que se observa que crece el porcentaje de los
compradores que ofrecen la entrega de su vehículo usado más un plus en pesos,
en detrimento de aquellos que se presentan en el punto de venta con todo el
"cash".
El interrogante, entonces, es por qué se está verificando
una caída tan marcada luego de un mayo tan auspicioso.
Y una primera explicación es que acaso el "efecto
dólar" ya haya agotado su influencia.
Es decir, que ahora sólo queden como demandantes, aquellos
compradores "genuinos", sin el plus de los "inversores" que
vieron al auto como un sucedáneo del billete verde. "La primera reacción
que vimos en mayo, cuando se dio la gran suba del dólar paralelo, fue la de
buscar una alternativa para los ahorros. Pero ahora ese fenómeno se está
atenuando, posiblemente porque se requiere de un panorama más claro antes de
definir una compra", arriesga el titular del concesionario de Fiat.
Por su parte, Hernán Dietrich, CEO de la firma que lleva su
apellido, que comercializa Volkswagen, intenta otra explicación: "No es
que junio haya sido tan malo, sino que mayo fue inusualmente bueno, como
consecuencia de que había una demora en la entrega de vehículos retenidos en la Aduana. Al liberarse el
ingreso de esos coches importados se produjo un fenómeno de "puesta al
día".
"Lo de mayo fue una consecuencia de ese retraso. Ahora
vemos una normalización", indica Dietrich, para quien la industria no atraviesa
un mal momento.
Sin embargo, algunos de sus colegas no se limitan a observar
las cuestiones estacionales del sector, y temen por el impacto de la economía,
especialmente cuando los expertos pronostican un segundo semestre difícil.
"Lo que vemos es que en varias provincias la obra
pública está parada y eso tiene un rebote sobre todos los niveles de actividad.
Ya hay retrasos en los pagos", señala Rubén Beato, secretario general de
ACARA, a iProfesional.com.
Y remarca que en las provincias más chicas registran un
fuerte incremento en la oferta de autos usados en los anuncios clasificados.
"Esto es un indicador de que la venta se enfría", observa.
Su preocupación por lo que sucede en las provincias chicas
tiene un buen fundamento: en los grandes centros urbanos, como Capital, Córdoba
y Rosario ya se está alcanzando un estatus de mercado maduro. Es el resto del
país el que también tiene que empujar las ventas para que se sigan batiendo los
récords.
Las estadísticas explican este fenómeno de forma contundente:
el año pasado, con un promedio de 29% de aumento en la comercialización, el
mercado de Capital Federal "apenas" subió un 15%, mientras que
provincias como Tucumán, Corrientes, Chaco, Misiones, La Pampa , Santiago del Estero y
Catamarca se movieron a una impresionante tasa superior al 40 por ciento.
"Notamos bastante incertidumbre en la gente. Y esto
lleva a que las decisiones de compra se posterguen, aun cuando los precios de
los autos siguen aumentando por debajo de la inflación y las tasas de financiación
son muy buenas", observa el directivo del concesionario de Fiat.
Su conclusión es que "a pesar de las medidas positivas
para que el mercado siga creciendo, los particulares se mueven con
cautela".
Más contundente se muestra el titular del concesionario
Peugeot, para quien el marco político funciona como un desestímulo directo a la
compra: "Hay malhumor e incertidumbre por la marcha de la economía. Y cada
vez que hay un anuncio oficial o una nueva restricción se genera más sensación
de temor entre los compradores".
Otro ejecutivo, más especializado en la gama alta del
mercado y que opera principalmente con autos importados de origen alemán y
japonés, señala que la demanda se mantiene estable en los autos de nivel medio
(precio promedio de $100.000) pero que es evidente cierta ralentización en los
de mayor valores.
El emblema K baja un
cambio
Esa masificación del automóvil en la sociedad argentina ha
llegado a tal grado que se transformó en un emblema y bastión por excelencia
del "modelo K".
Por eso, ninguna industria fue mejor aliada del
"relato" que la automotriz. En primer lugar por el hecho de que la
fabricación de autos es una marca clásica que divide a los países desarrollados
de los que están retrasados.
En segundo término porque el alto consumo de rodados
constituye el gran símbolo y síntoma de la redistribución del ingreso que
pregona el discurso kirchnerista como principal logro de su gestión.
Así lo expone con elocuencia el experto en consumo Guillermo
Oliveto: "En una sociedad que construyó su identidad bajo la impronta de
la movilidad social ascendente, el 0Km -símbolo por antonomasia de la autonomía
de movimiento- tiene múltiples significados, pero hay uno que sintetiza todos
los demás: ‘Llegué'".
Es por eso que un eventual enfriamiento del mercado
automotor es visto en el Gobierno con preocupación.
Significaría, ni más ni menos, que la confirmación de que la
fase expansiva del "modelo", con el consumo como motor de la
economía, está mostrando un agotamiento.
Hoy muy pocos se animan a afirmar de manera contundente,
como lo hizo el titular de ACARA, que se puede "proyectar un año que
finalizará con incrementos por sobre el anterior y se establecerá una nueva
marca histórica".
Lo cierto es que para superar los 857.983 autos vendidos en
2011, el sector tendrá que hacer un esfuerzo que no parece tan viable.
A diferencia del año pasado, cuando todavía la economía del
país crecía a tasas chinas, ahora los economistas debaten sobre si habrá un
modesto crecimiento de 2% o si, directamente, las cifras mostrarán una caída de
la actividad.
El primer semestre terminó con ventas en torno de los
459.470, por ende, para alcanzar los niveles del año pasado habría que vender
en la segunda mitad de 2012 un promedio de 66.000 autos mensuales.
Parece un número accesible, pero debe considerarse que en
diciembre las ventas suelen caer casi la mitad, debido a una cuestión
estacional, porque la gente posterga los patentamientos para enero, de manera
que el auto figure como un modelo más "joven".
Entonces, para equipar a los números del 2011, la
comercialización -desde julio a noviembre- debería situarse en torno de los
72.600 autos mensuales.
En otras palabras, un 7% más que la cifra que se registró en
el frío junio.
Definitivamente, el principal emblema del consumismo K da
muestras de estar bajando un cambio.
Informe: iProfesional.com
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