Estrategias ante la creciente violencia escolar. |
El licenciado Martín Alejandro Álvarez, quien forma parte de
un equipo de la Fundación
“Manos Unidas por la Paz ”, hizo un profundo análisis sobre la violencia
escolar, la influencia de la familia y de la sociedad.
Según Álvarez, la problemática de la violencia escolar, es
bastante compleja en estos tiempos, “donde se rompieron los estereotipos de
autoridad y por otro lado se rompieron algunos códigos que había de acuerdo
entre la escuela y la familia. Entonces los problemas, que por lo general
quedaban fuera de la escuela como la violencia en sí, empiezan a ingresar al
ámbito escolar. Esto no está ni bien ni mal; es la realidad que nos toca vivir
en la post modernidad que nosotros estamos transitando”.
Resaltó que no sólo ha aumentando la problemática y el
número de casos, sino también el nivel de agresión que hay. “Una de las máximas
agresiones constantes que hay es el bullying, que ustedes saben es el acoso a
nivel escolar y esto trae consecuencias bastantes complicadas para el
aprendizaje y para el desarrollo de las personas.
En este sentido, explicó, hay que tener muy en cuenta las
consecuencias de esta violencia. “El desarrollo de una persona bajo niveles de
stress causa secuelas muy graves a nivel del sistema nervioso central. El
stress constante y el estar sometido a una situación de maltrato constante van
elevando los niveles de cortisol en sangre que impacta directamente en el
lóbulo frontal de este individuo. Este lóbulo es el que toma decisiones, el que
organiza, el que puede inhibir los impulsos, el que planifica y el que nos hace
más humanos y el que nos diferencia de los animales. Estos altos niveles de
cortisol en sangre hacen que después las personas que hayan sufrido una
violencia sistemática tanto a nivel escolar como el ‘bullying’ y el acoso
escolar, como cualquier tipo de violencia social, como la violencia familia,
tengan consecuencias y secuelas para llevar adelante procesos de aprendizajes”.
De acuerdo a Álvarez, no hay métodos específicos para tratar
la violencia en la escuela. “Por mi experiencia en la formación docente, no hay
una formación puntual en lo que es el manejo de la problemática de la violencia
de la escuela. Hay algunas cátedras o algunos espacios puntuales donde se
trabaja el tema, pero desde una manera teórica y no desde un abordaje desde la
complejidad como se requiere. Lo que habría que trabajar puntualmente es una
formación específica a los docentes en la estrategia de mediación escolar y
estrategias puntuales del manejo de la violencia en la escuela. También hay que trabajar en el nivel medio con los
preceptores. Hay que revalorizar el rol del preceptor como un agente
dinamizador en lo que es el proceso de convivencia escolar”.
Consideró como importante otras alternativas, dentro del
proceso: “Consideramos que hay dos tipos de gestiones dentro de la violencia
escolar en la escuela. Por un lado la gestión administrativa que es llevar
sistemáticamente un registro de cuáles son los casos, cómo se lo maneja y cómo
se lo resuelve, para ir aprendiendo dentro de la propia escuela, dinamizar esto
y tener una información constante, sobre si aumentan o no los casos. Por otro
lado debe haber una gestión pedagógica. Como docente me parece que es la más
importante, porque el docente dentro del aula puede enseñar estrategia de
convivencia escolar para disminuir los
procesos de violencia a nivel Escolar”.
Según Álvarez, hay una herramienta importante para los
docentes para enfrentar esta problemática que son los contenidos transversales.
“La provincia de Jujuy fue pionera en esto y hace unos once años atrás se formó
en el manejo de los contenidos transversales como herramienta para la educación
para la paz dentro de los circuitos de la formación docentes. Este es uno de
los caminos a implementar en la escuela, no tomarlo como que esto está fuera de
la escuela sino dentro de la currícula escolar. No podemos los docentes, los
directores o los supervisores actuar cuando hay un caso o dos, sino actuar
preventivamente y para esto tenemos no sólo los contenidos de las disciplinas,
sino los contenidos transversales que atraviesan todas las disciplinas en la
gestión institucional para el manejo de estas problemáticas”.
Los valores de la familia también tienen incidencia en la
problemática, aseguró. “En primer lugar tenemos que desmitificar el concepto de
familia, como nosotros lo teníamos como mamá, papá, y los hijitos que se llevan
bien y están todo el tiempo juntos y tienen valores en común y hay transmisión
de valores. Hoy la familia, como dice Silvia Blejman, es una persona que se
deja cuidar y una persona que cuida a la otra. Tenemos que desmitificar la
familia conformada como tal y porque una familia puede ser el quiosquero de la
escuela, con un niño que en la casa no
le dan mucha importancia o no tiene mucho vínculo porque los padres trabajan todo
el día. Entonces aprenden los valores de un quiosquero de una escuela”.
También consideró como importante la relación
familia-escuela, porque “Hoy los chicos por lo general son mucho más autónomos
y muchas veces no tienen una construcción
concreta de cuáles son los límites o cómo manejarse. Es aquí donde la
escuela tiene que empezar a entrar y a replantearse también las cosas. No digo
que la escuela se haga cargo de la crianza de los chicos en la casa, pero sí
debe tener orientación para estos papás y darle herramientas a los padres, porque
muchas veces no hay manuales de padre, darle herramientas en una dialéctica
entre escuela y familia; cómo trabajar en familia y cómo trabajar con estas
cuestiones y también preventivamente, o sea poder instrumentar a los padres con
escuelas para padres, de cómo manejar el tema límite y la convivencia”.
Consideró que los límites en los niños y jóvenes, no están
siendo respetados. “Hoy hay un gran problema que son los límites tanto a nivel
familiar como a nivel social; estamos
transgrediendo constantemente los límites o tendemos a la transgresión. Esto no
colabora con lo que son los sistemas de convivencia escolares y por otro lado,
trabajar dentro de la escuela con la participación de la familia, en construir
sistema de convivencias acordadas a nivel escolar y familiar, ayuda muchísimo.
Los acuerdos de convivencias deben ser construidos con la participación real de
la familia. Esto ayuda a que la familia también se comprometa en esta crianza
de los chicos. Sabemos que muchas veces vienen de una familia donde no están
atendidos, pero si la escuela le tira el fardo a la familia, la familia a la
realidad social, la realidad la tira hacia atrás, nadie se hace cargo del
problema”.
Finalmente consideró que “tenemos que tener en cuenta que
aquí hay una corresponsabilidad: la familia tiene una parte, la escuela otra,
los directivos y así sucesivamente. Los medios de comunicación difundiendo y
planteando esta situación no como un gran problema, sino para educar y formar y
preventivamente, también tienen una responsabilidad”.
Informe: Jujuy al
Momento
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