El acuerdo del que nadie sabe pero que muchos imaginan

Hace un mes, la distinción recibida
por Romero y Urtubey sirvió
para una foto sugestiva.

Salta - Juan Manuel Urtubey ha comenzado a alejarse de los primero planos políticos nacionales y su eventual postulación presidencial para 2015, se parece más a un anhelo demasiado lejano que a la posibilidad cierta de concreción. Salvo, como siempre, que se transformen las realidades coyunturales que la política tiene en la Argentina, como sucede muy a menudo, podría decirse que el mandatario salteño tiene pocas o nulas chances de cumplir ese sueño. “No mueve al amperímetro”, decían algunos comentarios de hace diez días atrás en algunos medios de comunicación.

La discusión nacional parece pasar hoy por lo que diga la presidenta Cristina Kirchner y la situación que le plantea otra figura de relevancia como es el gobernador de Buenos Aires, Daniel Sioli. Quizás allí, como se dijo en un comentario anterior, Urtubey pueda acceder a la vidriera nacional como eventual vice del bonaerense si éste se mantiene en su intento de llegar a la Casa Rosada, muy a pesar del kirchnerismo.

Los trebejos nacionales, entonces, se mueven con un ritmo que, necesariamente, aleja al joven gobernador de Salta de esta posibilidad. Pero, ¿dejará Urtubey que el tiempo lo aplane sin intentar alguna jugada que le siga dando relevancia política, ya sea ésta nacional o provincial?

Días pasados, algunos dirigentes del Partido de la Victoria de Salta, mantuvieron una reunión en Buenos Aires con Oscar Parrilli, secretario General de la Presidencia y un hombre de confianza de Cristina Kirchner. El encuentro no figuró en la agenda oficial sino, más bien, en la necesidad de ir esclareciendo estrategias hacia 2013 y 2015 en la provincia. Es decir, esperar alguna “bajada de línea”.

Según uno de los que estuvo en la reunión con Parrilli, éste les habría dicho que “hagan los acuerdos que ustedes crean convenientes y con quiénes crean conveniente. Pero no lo hagan con los traidores”. Parrilli, aseguran, agregó: “Ustedes saben bien a quién me refiero”.

Regresados a Salta, los muchachos del PV comenzaron con las reuniones internas para concretar una posible estrategia. Por ahora, según explicaron, todo será “como si no pasara nada, pero estamos atentos a cada movimiento que se dé en el orden nacional”. No hubo necesidad de dar nombres: todos sabían de quién habló Parrilli al referirse a los “traidores”.

El lanzamiento de “La Ragone”, un agrupamiento político que significa un asentamiento territorial de Manuel Santiago Godoy y de sus hijos (y quizás alguno que otro familiar más), con la idea de una transversalidad dentro del mismo Partido Justicialista, tiene una interesante lectura.

El semanario Nueva Propuesta adelantó una parte de esa lectura: el “Indio” Godoy quiere “levantar el pie del acelerador” en sus fuertes críticas hacia la gestión de Miguel Isa. Una etapa, se diría, de “buenas relaciones” internas.

La pregunta es, ¿por qué justo ahora? ¿Por qué ‘La Ragone’ debería dejar sus severos cuestionamientos a Isa?

Para Godoy, según alguien muy cercano a él, “no mastica vidrio”. Sabe que Isa es un hombre muy relacionado con Oscar Parrilli. Es decir, casi el hombre que el kirchnerismo nacional podría llevar como eventual candidato a gobernador en 2015, salvo alguna propuesta diferente de parte del PV que no ostenta, justo es decirlo, mejores nombres como para hacerle frente al actual jefe comunal.

Isa es considerado, hasta ahora (esto siempre hay que aclararlo en el esquema K), como “propia tropa”, es decir, alguien que no sacará los pies del plato en la estrategia nacional de la Casa Rosada. Godoy asume esa situación y no quiere seguir enfrentándose a quien podría llevar las banderas K en la provincia.

¿Y Urtubey? El titular del Ejecutivo salteño tiene, de hecho, un impedimento constitucional para ser elegido por tercera vez. Su salida es, o ser vice en alguna fórmula nacional, modificar la Constitución Provincial para su reelección o irse a su casa, con más penas que gloria.

Sin embargo, tanto en el PV como en “La Ragone” vienen leyendo el diario El Tribuno, propiedad de la familia del senador Juan Carlos Romero y no les ha pasado desapercibido de que en sus páginas, en tres oportunidades, hayan sido publicadas notas de importancia referidas a la gestión del ministro de Hacienda, Carlos Parodi, uno de los hombres en los que Urtubey tiene depositada gran parte de su confianza de gestión. Esas notas no tuvieron un sentido crítico hacia el ministro, sino más bien, fueron claramente objetivas.

¿Una simple cuestión de estilo del diario de Romero? ¿O un acuerdo político entre el senador y el gobernador? En política, como se sabe, todo es posible de un día para otro. A veces, de una hora a otra.

Urtubey, además, del problema de su propia candidatura, tiene otro tan serio como el anterior: se ha quedado sin nombres para las elecciones de senadores nacionales de 2013. Godoy, en algún reportaje, dijo que él iba a ser candidato. Pero, frente a Romero, que buscará renovar su banca, sus posibilidades parecen escasas.

Urtubey no se animará a un papelón electoral al no contar con otras figuras que se perfilen con chances óptimas. Además, no las tiene, por ahora.

Romero ya ha iniciado su campaña, aunque lo niegue. Casi siempre está acompañado por Sonia Escudero, quien también finaliza su mandato el año que viene. Escudero está llevando a cabo una serie de acciones que le van dando un protagonismo importante en todos los escenarios. ¿Cómo competir frente a eso?

Urtubey, en días previos, había dado algunas señales hacia el romerismo: “Las puertas del PJ están abiertas para los que quieran regresar”. ¿Exceso de generosidad o el esbozo de una estrategia clara hacia delante? Muchos creen que es esto último.

La idea de Romero, según suponen propios y ajenos, es renovar la banca de senador en 2013 y volver en 2015 a la Gobernación. Para ello necesita un triunfo resonante el año que viene. Y es bueno, entonces, que se desactiven todas las posibilidades de conflictos o enfrentamientos con el presidente del PJ y actual mandatario.

De un eventual acuerdo, nadie lo sabe en concreto, pero la sospecha de que exista ya está instalada.

Urtubey, en ese caso, ¿podría quedarse sin nada en 2015? Así las cosas, si ese tal acuerdo es real, el joven mandatario podría juntar las fuerzas de Romero y las propias (que las tiene dentro del PJ) y colocar el tercer senador en 2013. Tres senadores peronistas son importante potencia política en la Nación. La suficiente como para abrir todas las puertas de las negociaciones como, por ejemplo, la vicepresidencia de Urtubey en cualquier esquema que tenga al PJ como columna vertebral, caso Scioli, o a sectores peronistas disidentes pero fuertes. Todavía podría quedarle a Urtubey la posibilidad de acceder, casi sin problemas, a una banca de diputado nacional y regresar, como quiere hacer Romero, cuatro años después.

La otra posibilidad que le queda a Urtubey, es robustecer ese eventual y sospechado acuerdo para forzar la reforma constitucional que le dé su reelección, esta vez, con el acompañamiento de todos los sectores en que está hoy dividido el peronismo.

En el PV, saben que un acuerdo de esta envergadura, los dejaría de lado por su acendrado kirchnerismo que muchos estiman que, salvo que se concrete la candidatura de Cristina, está en franco declive. Por su parte, Godoy sabe que Romero no le perdonará las deslealtades y duras críticas que le hizo todo este tiempo al actual senador. Miguel Isa, al que le caben las generales como a Godoy, es la última mejor figura con posibilidades de llegar a la Gobernación, pero con un acuerdo así se le terminarían cerrando todas las puertas porque su eventual extensión territorial para lograr ese objetivo se licuaría en manos de Romero y/o Urtubey, que tienen mayor peso.

Los acuerdos políticos, por supuesto, tienen mucho de estrategia a largo plazo, tácticas cortas y, sin dudas, una siempre latente posibilidad de dar el portazo y pegar un giro de 180 grados. Con deslealtades y traiciones. Como diría Parrilli…

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